La Vida contemplativa de Vitoria celebra el Jubileo de la Esperanza ¡Qué saladas ellas!

¡Qué saladas ellas!
¡Qué saladas ellas! DV

Tras la visita a las Salinas de Añana la monjas se han dirigido al Santuario de Angosto, uno de los templos jubilares de este año

Tras la Jornada Pro Orántibus, en el marco de la fiesta de la Santísima Trinidad, que celebra la Vida Contemplativa la Diócesis de Vitoria ha convocado a las seis órdenes religiosas presentes en la Diócesis, Clarisas, Salesas, Agustinas, Comendadoras, Carmelitas y Dominicas a ganar el Jubileo de la Esperanza con una excursión a la zona de Valdegovía. El destino era el Santuario de Ntra. Sra. de Angosto donde han tenido la celebración y la comida en la Casa de Espiritualidad de los P.P. Pasionistas. Pero antes han hecho una parada en Salinas de Añana, donde han podido disfrutar de la visita turística guiada a las salinas milenarias, y aprovechar los beneficios de las aguas salinas que se ofrecen en este recinto recuperado para la producción de sal y el turismo. 

La diócesis de Vitoria cuenta con seis órdenes religiosas en su territorio, y en sus conventos residen un total de 102 mujeres, de las que 43 han participado en esta fiesta jubilar. 

Las monjas, o también denominadas religiosas de clausura, celebran cada año su fiesta con una excursión, disfrutando de un día de hermandad entre iguales, que les ha llevado a vivir el jubileo de Estíbaliz el pasado año, a visitar la Vieja Catedral o el pórtico de Santa María de Laguardia en ediciones anteriores. 

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Non solum sed etiam

Hay otras realidades de vida consagrada en la Diócesis pero la Jornada Pro Orántibus se fija en la vida de aquellas personas cuya orden ha sido reconocida por la Iglesia para dedicar su tiempo a la vida contemplativa en clausura. Hasta hace dos años Vitoria contaba también con la orden masculina de los benedictinos pero ahora son solo órdenes femeninas las que tienen presencia en la Diócesis. 

En ediciones anteriores participaron algunas de las religiosas llegadas desde el convento de clarisas de Orduña, que luego protagonizarían el caso Belorado siendo posteriormente excomulgadas por orden del Arzobispo de Burgos Monseñor Iceta. 

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