El pecado original del neoliberalismo

En un trabajo publicado recientemente (R.A. Yunes “Original Sin: A new Historical-evolutionary view” Syntropy 2017 (I) 43-56) sugerí que el edén primitivo existió durante miles de años hasta aproximadamente el 6000 a C.

Las comunidades primitivas eran reducidas a decenas de personas que vivían como cazadores y recolectores en una extrema igualdad social. Esto inspiró a Marx a denominarlo “el comunismo primitivo”. Ningún individuo podía acumular más de lo que podía transportar, o de aquellas que precisaba para su uso inmediato en lo cual todos se sentían obligados a compartir.

La idea de que originalmente los pueblos eran politeístas y luego con la evolución se originó el monoteísmo, defendida especialmente por los darwinistas, se demostró errada e actualmente se piensa que el monoteísmo fue originario y el politeísmo fue una consecuencia de su degradación y corrupción. (Corduan W. 2013 “In the beginning God: A Fresh Look at the Case of Original Monotheism” B&H Acad. Nashville, USA).

En un importante libro Taylor (Taylor S. 20-10 “La Caída. Indicios sobre la edad de oro. La historia de seis mil años de locura y el despertar de una nueva era” La Llave D.H. 2da ed. España) cita antropólogos que han demostrado que los cazadores-recolectores empleaban solo 12 a 24 horas semanales para el trabajo de procurar alimentos y el resto del tiempo lo dedicaba a la música, contar relatos, trabajos artesanales, o estar con la familia y amigos. Los actos de egoísmo y dominio posesivos eran castigados y el poder de los lideres era limitado.

Los recuerdos de esta época fueron trasmitidos de generación en generación hasta finalmente transformarse en mitos o relatos folclóricos. Así el relato del génesis originado en Oriente Medio, en la Mesopotamia cuna de civilizaciones, comparado con otros relatos semejantes (Epopeya de Gigamesh de Sumeria) difiera en su interpretación y sentido, o sea, el paraíso, no idealizado por teólogos y filósofos, fue real.

En el relato Bíblico Dios ordena a Adán que podía comer los frutos de todos los arboles menos de uno plantado en el centro que era “el árbol del conocimiento del bien y del mal” Comer el fruto de ese árbol revelaría la consciencia del bien y de la miseria humana.

Aquí debemos tener algún concepto de antropología. Durante el curso de la evolución biológica que llevó a la emergencia del ser humano observamos que el tiempo que duraron la línea de reptiles fue de aproximadamente 280 millones de años. Pasaron a mamíferos y estos duraron aproximadamente 95 millones de años. Finalmente, el contacto con el Infinito Absoluto y la entrada en el mundo espiritual se dio aproximadamente hace 60-50 mil años.

Esto dio lugar a la existencia de dos egos fundamentales en el ser humano: un ego que denominé reptilico y un ego espiritual (Yunes R.A. 2013 “The real sate. Strange loops evolution and the uniqueness of the human mind. Psychological Implications” Syntropy (1) 42-59). Concuerdan con este concepto los dos inconscientes de la Tercera Escuela de Psicología de Viena fundada por Viktor Frankl (Frankl V.1981 “La presencia ignorada de Dios: psicoterapia y religión” Herder, Barcelona), el ego verdadero y el ego falso de Thomas Merton (Merton T. 1978 “The silent life” Sheldon Press, USA) y la antropología de S. Pablo (Rm 7:21-24). La camada emocional correspondiente a la evolución como mamíferos queda subordinada a el ego que predomina.

Entre el ego reptilico y el espiritual existen tendencias antagónicas. El ego reptilico esencial para la vida por presentar los instintos de conservación y de reproducción, es egocéntrico, individualista, dominador, agresivo, codiciador. El ego espiritual, que es mas profundo por estar relacionado con Dios, es solidario, comunitario, compasivo, del arte, la ciencia y el amor.

En una época que ocurría una desertificación de la región, y por eso escaseaba la comida, el ego reptilico inducido por fuerzas negativas estimula a Eva robar y comer del fruto del árbol del bien y del mal diciendo; “sus ojos se van a abrir y Uds. Se tornarán como Dioses, conocedores del bien y del mal”. Así perdieron su inocencia, se centraron en sí mismos de forma individualista, cortando su relación con Dios y con la fraternidad humana que exigía compartir la comida.

Los liberales y neoliberales desean crear una concepción de la sociedad y de hombre que sea científica y racional. Así, desde Adam Smith en su libro “La Riqueza de las Naciones” (1776) sostienen que el hombre es egoísta, posesivo y que la relación de la propiedad de si mismos, de sus capacidades y de sus bienes serían las conexiones con los otros y el mundo. Rompen su relación con Dios y con la fraternidad humana, es el pecado original del neoliberalismo.

Esto lleva al predominio del ego reptilico y con él la codicia, raíz de todos los males según S. Pablo (Timoteo 1, 6:10), y la idolatría de este mundo como Demas que lo abandonó (Timoteo 2, 4:10).

El hombre se transforma en un ser individualista, nada debe a la sociedad, y esta, solo sería la suma de individualidades. La humanidad, las naciones son meras abstracciones El cálculo económico se convierte en el criterio central para comprender la realidad humana, personal y social.

El valor fundamental del liberalismo y neoliberalismo es la libertad absoluta del ser humano, el define el bien y el mal, pero es una libertad básicamente económica. Hayek, incluso abstrae la libertad política “porque un pueblo de hombres libres no es necesariamente un pueblo libre” (Hayek F. 1960 “The Constitution of Liberty” Univ. Chicago Press, Chicago), abstrae la dimensión social pues ella seria individual. Defiende solo la libertad como ausencia de coerción intencionada e ilegitima del Estado y de terceros especialmente en el mercado y por ello es fundamentalmente económica.

El Edén primitivo de solidaridad, distribución igualitaria del producto y del trabajo en común son atavismos incapaces de autodisciplina y de comprender las “leyes abstractas que rigen la vida social” (Hayek ídem 1960).

Curiosamente, Pio XI un profeta de su tiempo, rechazaba lo que denomina el “internacionalismo” o “imperialismo” del dinero, propios del comunismo y del liberalismo (Levinas E. 1939 “A propos de la mort du pape Pie XI” Paix et Droit, n° 4, Paris p.4).

Lo utópico del neoliberalismo

En su concepción del mercado el neoliberalismo manifiesta su carácter de utopía. Sus teóricos desarrollaron una concepción que “sacraliza” el mercado atribuyéndole un grado tal de perfecciones que el cristianismo solo atribuye a Dios.

1- “El mercado es el mas justo porque da a cada uno en proporción exacta de lo que éste da, por ello sería un perfecto intercambio de equivalentes.

2- Sería el mas sabio porque sus precios libres reunirían mas información que toda la que podría conocer un hombre.


3- Sería igualmente el mas generoso porque da bienestar a todos.

4- Sería la fuente de vida puesto que permite que vivan mas personas.


5- Sería lo más poderosos en la tierra porque puede hacer mucho más por los Estados, o lo que podría lograr cualquier grupo de hombres.

6- Sería como un ser viviente porque tiene mecanismos propios de auto-regulación.


7- Sería completamente libre, porque nadie esta obligado a entrar en una relación económica. Y seria plenamente democrático porque cualquiera puede votar por los productos que desea. Sin él los hombres volverían a la barbarie” (Estévez J. V. 2003 “La utopía neoliberal y sus críticos” Polis n° 6).

La pregunta importante que se nos presenta es: ¿Sera esta utopía la que lleva a muchos católicos ilustrados de movimientos de la Iglesia y de la jerarquía eclesiástica apoyar el neoliberalismo, especialmente en Latino américa?

El pecado original de Adán y Eva dio origen a las guerras desde aproximadamente 4000 a.C. Guerras que no existían en las comunidades primitivas, en el Edén. Y actualmente hace que los científicos coloquen el reloj del Juicio Final a 2 minutos para que la humanidad alcance su destrucción total (Periodista Digital 25/01/2018). Rachel Bronston director del comité del Boletín de Científicos Atómicos que estudia los peligros del cambio climático, las armas nucleares y biológicas anunció hoy la disminución en 30 segundos, de un inicio de 7 minutos cuando los EEUU arrojaron sus bombas atómicas sobre Japón.

En definitiva, el hombre, el ser humano no vale por si mismo, por su dignidad espiritual sino en el neoliberalismo por ser útil al mercado, o es valorado por este. En el comunismo es por desarrollar las fuerzas productivas. Para meditar desde un punto de vista cristiano.
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