Ramón Baltar Amicísimo de negocios seculares
(Ramón Baltar).- Parecería que el arzobispo de Valencia quiere la portavocía del sector de la ICAR patria que suspira por el régimen de cristiandad, vacante tras el paso del cardenal Rouco a las clases mediopasivas. De otra manera no puede explicarse que defienda como si tal cosa la tesis de que la unidad de la nación es un asunto de moral, disparate descalificante.
En efecto, a nadie en sus cabales se le ocurre a estas alturas de la película analizar en términos religiosos un problema clara y distintamente político. Que Cataluña siga siendo parte del Reino de España o se convierta en República es algo que, por más que le escueza al catolicismo visigótico, no tiene nada que ver con las prédicas de Jesús de Nazaret. Suponer lo contrario demuestra el nulo respeto que le merece al purpurado levantino la inteligencia de los destinatarios de su mensaje.
Esta frívola inserción vertical sobre un terreno que por su posición eclesial debería de privarse de pisar daña también a la vida pública. Y es que, enrarecido como está el ambiente político por el debate sobre el derecho a decidir de los catalanes, va en deservicio de la convivencia que la jerarquía tome partido por una de las opciones apelando a razones interesadas que no aguantan ni medio pase. El profeta sabido cantó la hermosura de los pies del mensajero que anuncia la paz, no la de los sembradores de cizaña.
Hace medio siglo que el II Vaticano reconoció, para bien de la Iglesia y de la Humanidad entera, la autonomía del poder político. No es muy edificante que desde las filas del episcopado se desautorice la propuesta programática de Francisco de seguir las enseñanzas del concilio que abrió la Iglesia al mundo de hoy. Interpretarlas según el espíritu de Trento es una forma de traicionar la Tradición.
Debemos agradecer la disposición de los obispos de la Tarraconense que han tenido la valentía de pedirles a los católicos españolistas que respeten a los católicos catalanes favorables a la autodeterminación. Esto suena más a cristiano.