Fiesta de Guadalupe sin la reivindicación de su salida de Toledo Antonio Aradillas: "Extremadura SANTA Extremadura"

Extremadura
Extremadura

"La pobreza-pobreza es santidad-santidad. Así lo salmodia el santo evangelio y tal doctrina apuntalan los papas, los teólogos, los biblistas, los respectivos obispos y curas y el catecismo"

"Esta Comunidad Autónoma es la más pobre –empobrecida-y un puñado de sus pueblos ocupan los últimos lugares de "carencia de lo necesario para vivir" en toda Europa. Zahínos, en la provincia de Badajoz, es la "capital" de una de estas comarcas…"

"De todo 'Año Santo' dedicado a Guadalupe, que no tenga en cuenta hoy prioritariamente la reivindicación administrativa de la Virgen a ejercer el patronazgo en su Comunidad Autónoma, hay que poner en duda su 'santidad' tanto política como religiosa"

Con evangelio, teología y eclesiología puede asegurarse que la Comunidad Autónoma de Extremaduraes santa. Muy santa. Algunas de las razones y argumentos para demostrarlo justifican, sin necesidad de cánones y de liturgia, aseveración tan rotunda De entre las mismas subrayo las siguientes:

Conste que no se trata de las canonizaciones al uso, con exigencia de procesos curiales largos y caros, sin faltar los preceptivos “milagros” , que no todos, ni mucho menos, “son de recibo”, a la luz de la antropología y de los conocimientos científicos de los que en la actualidad se dispone y que hasta hacen dudar a los más crédulos y piadosos.

Milagros-milagros, aplicables además a la intervención e intercesión de canonizables, o aspirantes a serlo, no son muchos los sometidos al rigor del análisis de la ciencia. Por si algo faltara y para descalificar más el argumento, en determinadas ocasiones, como en las del “”¡santo súbito!”, se canonizan sin más y… ¡sea lo que Dios quiera¡….

La condición para aspirar a que Extremadura sea santa- santa y reconocida como tal por la misma Iglesia, está más que colmada, con largueza y documentación, y con el aval de estudios sociológicos que reconocen con unanimidad que esta región se encuentra en los últimos puestos de cualquiera de los índices de progreso establecidos. Lo mismo dentro que fuera de España, esta Comunidad Autónoma es la más pobre –empobrecida-y un puñado de sus pueblos ocupan los últimos lugares de “carencia de lo necesario para vivir” en toda Europa. Zahínos, en la provincia de Badajoz, es la “capital” de una de estas comarcas…

La pobreza-pobreza es santidad-santidad. Así lo salmodia el santo evangelio y tal doctrina apuntalan los papas, los teólogos, los biblistas, los respectivos obispos y curas y el catecismo. A las personas, entidades, organismos, regiones, Comunidades Autónomas y a la misma Iglesia, no las hacen y declaran santos o santas sus riquezas, aunque pueda parecer lo contrario. Es la pobreza lo que eleva a todos y a todas a los altares, en los que se les rinde el culto al Dios verdadero, encarnado en Jesús… El hecho de que precisamente aún en esfera jerárquicas no se aprecie y practique la pobreza, como marca, muestra y señal inequívoca de santidad, no aporta otro dato que “una cosa es predicar y otra dar trigo”, y que eso de “obras son amores y no buenas razones”, no está en el diccionario de los educadores en la fe cristiana.

Extremadura es santa por antonomasia. Pero para su demostración, no hace falta recurrir al santoral de sus fiestas y a las celebraciones populares, en las que santos y santas y advocaciones de de la Virgen y de Jesús, bajo la pluralidad, lindeza, originalidad y abundancia de sus nombres y apellidos se hacen activa y felizmente presentes con la mejor y más devota de las intenciones…

¿Pero acaso no hacen más santa a Extremadura, las celebraciones programadas con ocasión de la declaración del “Año Santo” de Guadalupe? ¿Acaso tales actividades fueron consultadas por el pueblo de Dios, o solo, o fundamentalmente, por religiosos, curas y obispos?. De muy buena tinta sé que, por ejemplo, “Guadalupex” organización extremeña seglar reivindicadora, entre otras cosas y objetivos, de que la patrona civil y eclesiástica de la Comunidad Autónoma, deje de pertenecer a la demarcación diocesana de Toledo, capital de la de Castilla-La Mancha, tal y como lo establecería y demandaría el sentido común y el pastoral.

Guadalupex  reivindica ante le presidente de la Junta que el Monasterio dependa de de una diócesis extremeña

A Extremadura tampoco la hará más santa la reactivación de la “Ruta de la Plata” – “Ab Emérita ad Astúricam” (Mérida y Astorga) como “Camino Mozárabe de Santiago”, con vistas a las celebraciones solemnes del próximo año, aún pensando que sin comunicación con Madrid y Lisboa, el progreso en este largo y ancho tramo de la calzada romana, es –será- poco viable…

No hay duda de que de alguna forma contribuirá a sustentar la santidad “oficial” y aún popular, de Extremadura, rutas- peregrinaciones como las de sus pintores Francisco de Zurbarán y la de Luis de Morales, apodado “el Divino”. Por supuesto que seguir los pasos fundacionales legendarios del propio Francisco de Asís por esta región, con sacrosanta programación especial para su complemento por parte del extremañísimo Pedro de Alcántara –“el de las raíces de encina”- , completará los itinerarios verazmente religiosos.

Y, para ponerle por ahora el punto y aparte a estas reflexiones- sugerencias, formulo estas inocentes preguntas: ¿Qué pasará si a los “coronavirus” se les ocurriera “peregrinar” por los caminos guadalupanos? ¿Qué santo ministerio tienen encomendado los “Caballeros y las Damas de Guadalupe?” ¿Por qué tanto afán en llamarles “santos” a determinados periodos de tiempo de doce meses, y no a todos los de toda la vida? ¿Por qué seguir titulando “santas” a la mayoría de las guerras- “cruzadas”, y al mismísimo Santo Oficio- Tribunal de la Inquisición” tal y como se refiere en el propio decreto de su abolición en España el día 28 de febrero de 1813?

¿Cuánto costó, y quien pagó, la visita de Juan Pablo II a Guadalupe, en una de las diversas peregrinaciones que el papa polaco efectuara a España, citado expresamente su nombre por los obispos extremeños en la convocatoria del actual “Año Santo”?

De todas formas, y sin ponernos trágicos, -¡”Válgame Dios!”-como amantes de tan santa tierra, seguiremos experimentando la sensación de quienes algún día popularmente alardearon de “Venir de Extremadura/ de ponerle a mi caballo/ de plata (o de lata), las herraduras”. ¡Pobre, y santo, pueblo¡

De todo “Año Santo” dedicado a Guadalupe, que no tenga en cuenta hoy prioritariamente la reivindicación administrativa de la Virgen a ejercer el patronazgo en su Comunidad Autónoma, hay que poner en duda su “santidad” tanto política como religiosa.

Volver arriba