El camino emprendido por Francisco tendrá continuidad con León XIV Prevost: un Papa que, al igual que su antecesor, no teme al polvo del camino

Bergoglio, con Prevost, en 2006
Bergoglio, con Prevost, en 2006

"Es un hombre que se deja interpelar por los gritos de los pobres, que reconoce en el rostro del trabajador explotado, del migrante herido, del niño sin pan, el rostro vivo de Cristo crucificado"

"Este nuevo Papa con el Papa Francisco desde el cielo —como Fray León junto a San Francisco— caminará junto al Pueblo de Dios, construyendo puentes, no muros; acercando el cielo a la tierra, y fundando comunión desde la ternura"

“Cuando el Espíritu sopla con fuerza, la Iglesia se pone de pie, abre las ventanas y camina hacia las fronteras con el fuego del Evangelio y la ternura de Dios en el corazón.”


Hoy celebramos con gozo la buena noticia de tener un Papa que no solo recoge el testigo de Francisco, sino que continúa con valentía, ternura y determinación los procesos que el Espíritu ha iniciado en nuestra Iglesia. Un Papa que, al igual que su antecesor, no teme al polvo del camino, que camina con sandalias misioneras, que lleva el Evangelio en la mano y la misericordia en el corazón.

Especial Papa León XIV

Este nuevo pastor respira al ritmo del Espíritu, vive con la pasión del Evangelio y el fuego del amor, y sabe que la verdadera reforma comienza en el corazón. Es un hombre que se deja interpelar por los gritos de los pobres, que reconoce en el rostro del trabajador explotado, del migrante herido, del niño sin pan, el rostro vivo de Cristo crucificado.

No es un gestor de estructuras vacías, sino un profeta del Reino que, como Francisco de Asís, prefiere el perfume de las ovejas al incienso del poder. Como dijo el Papa Francisco: “No tengamos miedo de una Iglesia accidentada por salir, que una Iglesia enferma por encerrarse y aferrarse a sus propias seguridades.” Este nuevo Papa con el Papa Francisco desde el cielo —como Fray León junto a San Francisco— caminará junto al Pueblo de Dios, construyendo puentes, no muros; acercando el cielo a la tierra, y fundando comunión desde la ternura.

Fieles abarrotan la plaza y la Vía della Conziliacione
Fieles abarrotan la plaza y la Vía della Conziliacione

Pedimos al Espíritu Santo que lo sostenga, lo ilumine y lo impulse. Que Fray León, desde el cielo, sea compañero invisible de este tiempo, haciendo tándem con el nuevo pastor, para que juntos —uno desde el cielo y otro desde la tierra— sigan haciendo posible el sueño de Dios: una Iglesia de puertas abiertas, una humanidad reconciliada, y un Reino que se hace carne en la historia.

Como decía San Agustín, “En la casa de Dios, no hay lugar para corazones divididos. Estamos llamados a ser un solo corazón y una sola alma en Dios.” Que esa unidad viva en este nuevo tiempo. Que este Papa profético sepa juntar cabeza y corazón, fe y razón, espíritu y carne… y que nosotros sepamos caminar con él, como Pueblo en salida.

Volver arriba