"Papa Francisco, viaje y visite la Curia y a los curiales" Desaparición de la Curia Romana, o la cena con cartapacio

Curia
Curia

"La Curia Romana, destinataria y merecedora de degradaciones “pontificias”, y también civiles, no es historia pasada. Es historia presente, y de ahí las explicables prisas del papa Francisco por su denuncia y reforma"

"Los 250 artículos, ya conocidos, de la proyectada reforma que iniciará su marcha redentora los primeros días de junio, de no cambiar radicalmente las personas, y más las eminentísimas y purpúreas, caerán en saco roto"

Es cierta y notoria la desazón e incontenida rabia del papa Francisco por no poder domeñar aún más, tantos procederes de la Curia Romana en la pluralidad de susdicasterios. El hecho -justificado por demás- suscita en multitud de cristianos, desasosiegos muy graves, mientras que en otros -“anti franciscanos”- , con “santa” impunidad se limitan a alimentar lo que dicen ser el afán protagonista del jesuita Bergoglio, que pasaría a la historia eclesiástica como el verdadero y único redentor de su inaplazable reforma.

Unas reflexiones que puedan ayudar en el esclarecimiento de tema de tal relevancia en la idea y praxis de la Iglesia resultarían útiles y provechosas para los lectores de buena voluntad, que siempre hay “por esos mundos de Dios”.

Las denostaciones y denuncias del papa Francisco contra la Curia son abundantes. Reunidas, sistematizadas y con muy leves comentarios, convertiría el texto en uno de los más rentables artículos de venta de los establecimientos del ramo de las librerías y grandes almacenes.

Curia romana
Curia romana

Y conste cuanto antes, que los destinatarios de las palabras del papa -ira, enojo y enfado- no son solo los Eminentísimos Cardenales. Lo es el conjunto curial actual y el de tiempos pasados, como institución e instrumento oficial, del que se sirvió la Iglesia, no infrecuentemente, y, como en casos inquisitoriales, cediendo “en el nombre de Dios” sus derechos al llamado “brazo secular”, avalada su determinación con argumentos inútiles e interesados bíblica y patrísticamente.

El “Tribunal de la Santa Inquisición”y sus servidores y allegados, encendieron la mecha de multitud de hogueras –“autos de fe”- , a la vez que “ensambenitaron” a muchos y a muchas, a quienes en ciertas y raras excepciones, otros curiales se vieran obligados a iniciar y coronar procesos de beatificación, de canonización y elevación a los altares, sin previa petición de perdón a familiares, amigos y a las respectivas Órdenes y Congregaciones religiosas a las que pertenecieron en vida.

La Curia Romana, destinataria y merecedora de degradaciones “pontificias”, y también civiles, no es historia pasada. Es historia presente, y de ahí las explicables prisas del papa Francisco por su denuncia y reforma, sin ahorrarse, en ocasiones hasta comentarios “discretos” a favor de su desaparición. Son muchos ya los católicos, apostólicos y romanos, los convencidos de que el historial pasado y presente de la Curia demanda su desaparición, aun cuando otros opten con benevolencia por concederle a la institución u organismo eclesiástico otra oportunidad.

No obstante, el número de los primeros, a la vista y comprobación de tantos y tan graves hechos recientes y documentados, no se ahorran gritos a favor de la, pronta -¡ya¡- desaparición y “desclericalización” radical de la Curia, de la que pudieran y debieran ” tomar posesión”, regir y administrar, los laicos y laicas mayoritariamente. Estos, casados o célibes, suelen estar más y mejor preparados que los “celibatarios” burócratas por “vocación” u oficio, que presiden, si no todos, la mayoría de los departamentos a perpetuidad, a no ser que, como premio “por los servicios especiales prestados a ”Nuestra Santa Madre la Iglesia”, se les nombre o designe “prelados domésticos”, a unos , y a otros obispos al frente de diócesis existentes, o simplemente titulares de otras “en tierras de misión o de infieles”. (¡¡)

Vicens Lozano
Vicens Lozano

Ejemplo 'curiales'

Y como la historia sigue siendo historia, y los hechos, hechos, me limito a recomendar a los “incrédulos” y “malpensados” la lectura de las páginas 173 y 174 del libro “Intrigas y poder en el Vaticano”, del que es autor el historiador y periodista Vicens Lorenzo, ya citado en otra ocasión y sin réplica alguna. En uno de sus aportados, con el título de “Un restaurante “especial” y muy secreto”, el autor refiere “haber disfrutado de la oportunidad de haber sido invitado por dos Cardenales –“Príncipes de la Iglesia”- en un restaurante del barrio medieval de Burgo Pío, situado justamente delante de la Puerta de Santa Ana, que da acceso a los intramuros vaticanos”. Con toda clase de datos y detalles -eso sí, sin cámaras y con discreción eclesiástica, (en la época de Juan Pablo II), nos esperaba una hermosa y elegante joven camarera vestida con un uniforme negro”:

“Cenamos de forma exquisita charlando de mil y un asunto. De todo aquello recuerdo un vino de Burdeos que todavía paladeo en sueños. Cuando terminamos el postre, uno de los Cardenales pidió un armañac, el otro siguió con un coñac, y yo me apunté a un calvados. Con las copas, los camareros también nos trajeron tres perturbadores dosieres en elegantes carpetas de cuero con incrustaciones de cobre. Cuando abrí mi cartapacio, no me lo podía creer: era un inmenso catálogo de señoritas y señoras con fotografías bastante explícitas, así como una ficha de cada una de las meretrices, en la que se informaba de su nombre, de sus medidas… Fui hojeándolo hasta llegar a la mitad del catálogo, donde comenzaba el capítulo de los señores y jóvenes. Cerré el catálogo mientras miraba a mis dos anfitriones con cara de sorpresa y se me escapó una pregunta bastante ingenua:

-Eminenze , cos´e questo posto

-Creo que queda bastante claro ¿no? me respondió el Cardenal italiano –. Un lugar elegante y discreto donde comer y beber bien. Un oasis de paz para saciar el hambre y la sed. Los seres humanos tienen hambre y sed de muchos tipos. El catálogo que nos han traído tiene el mismo objetivo que la carta de platos, la de postres y la de vinos.

Los purpurados ni siquiera abrieron el cartapacio. Yo, educadamente, tampoco quise insistir. El Cardenal latinoamericano sonreía y el italiano acabó diciendo:

- “Siamo umani i tutti abbiamo dei punti deboli”

¿Quién manda en la curia?
¿Quién manda en la curia?

Sí, papa Francisco, tiene usted razón. La Curia Romana demanda con urgencia, reforma profunda. Hasta su misma desaparición. ¿Es posible que los últimos Romanos Pontífices permanecieran” en el mejor de los mundos,” desconociendo la existencia de estos cenáculos “frecuentados por las más altas esferas vaticanas, la rancia aristocracia romana, políticos, empresarios y financieros, un lugar perfecto para hacer negocios, preparar componendas y encontrarse en un entorno íntimo, con quienes no quieren ser visto?”

Recientemente pasó por Madrid el Cardenal Maradiaga, que sabe mucho de Curias, y entre otras afirmaciones dejó bien claro que “estar en la Curia no es gobernar ni mandar: es servir”, así como que “la reforma de la Curia empezó el mismo día en que eligieron al papa Francisco…”

Los 250 artículos, ya conocidos, de la proyectada reforma que iniciará su marcha redentora los primeros días de junio, de no cambiar radicalmente las personas, y más las eminentísimas y purpúreas, caerán en saco roto y “nuestro gozo en un pozo”, es decir, en otro restaurante romano, con su carta y su respectivo cartapacio, pero sin cámaras y con discreción.

Y ahora, y así las cosas, un leve y respetuoso consejo: deje, papa Francisco, uno de sus viajes ya programados, alegando con toda razón y terapia, los dolores de sus rodillas, y viaje y visite la Curia y a los curiales, a ser posible en algunos de sus “discretos” festejos. Por amor de Dios, que nadie tache esta sugerencia de irrespetuosa. Es seguro que le significará a la Iglesia, tanto o más bien, que el viaje que aplace para otra ocasión. También resultaría de provecho emplear alguna cantidad de dinero, aunque procediera del “Óbolo de San Pedro”, en “Pegasus”, con destino a los teléfonos de los Eminentísimos Cardenales de Curia.

Discurso del Papa a la Curia
Discurso del Papa a la Curia

Te regalamos la Praedicate Evangelium + análisis

Etiquetas

Volver arriba