"En la Iglesia se dicen y se hacen no pocas tonterías. Y aún barbaridades" Don Marcelo: "¿Padre de la Iglesia Contemporánea?"

Cardenal Marcelo González Marín
Cardenal Marcelo González Marín

"Entre las más recientes barbaridades, ha sido la de don César García Magán, en recuerdo del aniversario del fallecimiento, el día 25 de agosto del 2004, del Cardenal don Marcelo González Marín, que fuera arzobispo de Toledo, Primado de las Españas"

"En elocuente, fervorosa, devota y agradecida recordación, don César, hoy Obispo Auxiliar de la archidiócesis de Toledo y además Secretario General de la CEE -Conferencia Episcopal Española-, le consagra en un panegírico reproducido literalmente en RD"

"Feliz conclusión y síntesis, a la que llega don César, de que se debiera tener plena conciencia hispano-cristiana de la declaración en su día de 'Padre de la Iglesia contemporánea'

"Me permito transcribir literalmente dos textos, el primero de ellos síntesis de la homilía pronunciada por don Marcelo en el funeral oficial por la muerte de Franco, "Caudillo de España, por la Gracia de Dios". El segundo es un resumen del texto elaborado por la Comisión Permanente del Episcopado, con participación directa de don Marcelo, en el que se "ofrece una orientación pastoral a los fieles desde una perspectiva religioso-moral con motivo del referéndum constitucional"

En la Iglesia -Nuestra Santa Madre la Iglesia- se dicen y se hacen no pocas tonterías. Y aún barbaridades. “Por” y “para” eso es Iglesia, con todo lo que lleva consigo gloriosamente su condición esencial de “humana”.

Y de entre las más recientes, según el sentir y los comentarios de no pocos cristianos comprometidos con el Sínodo y sus periferias, es la ocurrencia que acaba de formular, con implícita intención de patronear o auspiciar, ha sido la de don César García Magán, en recuerdo del reciente aniversario del fallecimiento, el día 25 de agosto del 2004, del Cardenal don Marcelo González Marín, que fuera arzobispo de Toledo, Primado de las Españas

En elocuente, fervorosa, devota y agradecida recordación, don César, hoy Obispo Auxiliar de la archidiócesis de Toledo y además Secretario General de la CEE -Conferencia Episcopal Española-, le consagra en un panegírico reproducido literalmente en RD., entre otras, estas palabras:

“Don Marcelo, enamorado siempre y en su totalidad, de Jesucristo y del Evangelio, formó parte del largo y glorioso elenco de prelados toledanos, cuyo magisterio y ministerio han transcendido nuestra Iglesia particular y han sido luz y faro para la Iglesia en el momento histórico en el que se vivieron”.

“Vivió el Concilio Vaticano II en plena con-unión con el Papa, magnificando su condición de haber sido “padre conciliar”, considerando un don de Dios por lo que habría de estar agradecido de por vida en el ejercicio ministerio pastoral”.

Don César rememoró con gozo en su panegírico cardenalicio, unas palabras que don Marcelo personalmente le dirigiera en determinada ocasión, justificando que la mayoría se seminaristas toledanos habrían de completar sus estudios y su formación eclesiástica en Roma – Universidad Gregoriana y Curia- “para así ser y servir más y mejor a la diócesis de Toledo y a otras”, si fuera menester y así, en su día, lo demandaran las ternas de sacerdotes epispopables.

Feliz conclusión y síntesis, a la que llega don César aprovechando la ocasión del aniversario del fallecimiento de don Marcelo es la del público reconocimiento del mismo, de que se debiera tener plena conciencia hispano-cristiana de la declaración en su día de “Padre de la Iglesia contemporánea”.(Se da por supuesto el inicio del proceso de beatificación-canonización, con la fórmula del “¡santo súbito¡” y otras similares, aun no satisfactoriamente en otros casos pero con la esperanza infalible de que la RAE jamás le conferiría legitimidad al verbo ”descanonizar”, por el que ya apuestan no pocos sinodales, y más “sinodalas”)

Reconozco que personalmente el tema no me resulta extraño ni a trasmano. Entre otras razones, porque en su tiempo -a.1986- publiqué un libro con el título “La Iglesia en el cambio, piedra de escándalo” (pp.290), editado por “Plaza y Janés”, en su colección 'Política Española'.

Preguntas y respuestas

Con el libro delante, atento a las noticias que día a día genera la Iglesia jerárquica, atento y sensibilizado yo a las necesidades y demandas de los tiempos actuales y a las respuestas del papa Francisco, con adoctrinamientos y ejemplos de vida, transcribo algunas de las preguntas que a muchos les suscita la información relativa al bueno de don Marcelo, tal y como se desprenden del artículo de RD, firmado por don César.

Leídas y releídas sus palabras pro-marcelianas, ¿sigue creyendo don César no haberse “pasao” un puñado de pueblos al solicitar y estar dispuesto a patrocinar el sobre título de “Padre de la Iglesia Contemporánea”? ¿De qué clase de padre, de Iglesia y de contemporaneidad estamos hablando? ¿Cuál será la interpretación que le conferirán, por ejemplo, los protestantes, los políticos, los que se confiesan “ateos” y los ciudadanos de a pie?

"¿De qué clase de padre, de Iglesia y de contemporaneidad estamos hablando?"

¿Qué pensarán las ciudadanas, algunas con aspiraciones a curas y a obispas, y todas ellas avergonzadas de que precisamente en la Iglesia sea donde se sientan más marginadas y humilladas, sorprendidas de que los 206 países no hayan ya roto sus relaciones diplomáticas con el Vaticano, el único país que constitucionalmente -Código de Derecho Canónico y praxis-, no considere a la mujer por mujer, en igualdad de derechos y deberes que el hombre - varón?

¿Es posible encontrar en la historia de don Marcelo, tanto al frente de la sede “primada” como de tantos otros cargos pastorales-administrativos propios de los todopoderosos colonizadores eclesiásticos, rasgos de humildad, democracia, acercamiento, inmersión y encarnación en el pueblo, con excepción para paternalismos y excrecencias feudales, comenzando por su domiciliación en su palacio super arzobispal?

¿Es posible encontrar en la historia de don Marcelo rasgos de humildad, democracia, acercamiento, inmersión y encarnación en el pueblo, con excepción para paternalismos y excrecencias feudales, comenzando por su domiciliación en su palacio super arzobispal?

¿Acaso en este contexto podría haber consagrado parte de su tiempo a resolver el problema de Guadalupe, patrona de Extremadura, pero aposentada con todas sus consecuencias, también administrativas, en la demarcación diocesana de su “dominios” territoriales? ¿No resulta obligado concluir, y lamentar, la operatividad de colonización “evangelizadora” característica de los “Primados” de toda la vida y además, y por supuesto, “por ser esta, y no otra, la ”voluntad de Dios” y de la Iglesia?

¿Cuántos miembros del episcopologio hispano fueron y son educados “toledanamente” en estos criterios, con mención sacrosanta para ser y ejercer a perpetuidad como adalides del conservadurismo, tan repetidamente denostado por el papa Francisco? ¿Formará parte la actualización de la campaña pro-don Marcelo, de la contra el papa apodado “de Asís”?

"¿De qué gestos y comportamientos de relevancia y testimonio pastorales hay constancia en el historial de don Marcelo, relativos a la 'Iglesia contemporánea', que propicia el papa Francisco?"

¿De qué gestos y comportamientos de relevancia y testimonio pastorales hay constancia en el historial de don Marcelo, relativos a la “Iglesia contemporánea”, que propicia el papa Francisco? ¿Hacemos alguna referencia a los curas pederastas? ¿A la Iglesia pobre y de los pobres, y a la catedral “dives (rica) toletana” “por esencia, presencia y potencia”, con sus correspondientes y pingües rentabilidades turísticas, liturgias y procesiones?

Franco y el "santo conservadurismo"

¿Cómo se acogería la ocurrencia de que determinados grupos, no solo grupúsculos, apostaran por honrar devotamente a don Marcelo no solo como “un Padre de la Iglesia Contemporánea”, sino con la invocación canónica de “Sumo Sacerdote del Santo Conservadurismo”?

Entierro de Franco

A continuación me permito transcribir literalmente dos textos, el primero de ellos síntesis de la homilía pronunciada por don Marcelo en el funeral oficial por la muerte de Franco, “Caudillo de España, por la Gracia de Dios”. El segundo es un resumen del texto elaborado por la Comisión Permanente del Episcopado, con participación directa de don Marcelo, en el que se “ofrece una orientación pastoral a los fieles desde una perspectiva religioso-moral con motivo del referéndum constitucional”

Caudillo de España "por la gracia de Dios"

“Ante ese cadáver han desfilado tantos, que necesariamente han tenido que ser pocos, en comparación con los muchos más que hubieran querido poder hacerlo para dar testimonio de su amor al Padre de la Patria, que con tan perseverante desvelo se entregó a su servicio… Brille la luz del agradecimiento por el inmenso legado de realidades positivas que nos deja ese hombre excepcional. Esa gratitud que está expresando el pueblo y que le debemos todos, la sociedad civil y la Iglesia, la juventud y los adultos, la justicia social y la cultura extendida a todos los sectores… La civilización cristiana a la que quiso servir Francisco Franco y sin la cual la libertad es una quimera, nos habla de la necesidad de Dios en nuestras vidas”.

"La indisolubilidad del matrimonio es ley divina"

“Afirmo sin reparo alguno, que me duele profundamente que en el texto constitucional se haya incluido la frase de que “el Estado regulará la disolución del matrimonio”. No tiene el Estado facultades para esto… La indisolubilidad del matrimonio es una ley divina y también, según la doctrina e la Iglesia, de derecho natural… Hubiera sido mucho mejor que una Constitución, que quiere servir como ley fundamental para todos los españoles, que no se incluyera este aspecto... Puede haber muchísimos españoles que quieran aprobar la Constitución en busca de la paz y de la concordia social, y se encuentren con este obstáculo insalvable… Toda la doctrina de la Iglesia, del Concilio Vaticano II del papa anterior y del actual, piden que se defienda la indisolubilidad del matrimonio. El divorcio es una plaga para la sociedad, fomente quien lo fomente”.

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