Invitado por el arzobispo Vives Ejercicios espirituales con los sacerdotes de la diócesis de Urgell

Jornadas de Teología de Urgell
Jornadas de Teología de Urgell Obispado de Urgell

El Seminario, restaurado con mucho acierto y buen gusto, alberga al rector y a los seminaristas de la diócesis, a excepción de cuando están en Barcelona estudiando en la Facultad de Teología de Cataluña y también a los sacerdotes ancianos, cuidados con esmero y con mimo por la diócesis

Del 25 al 29 de julio, invitado por el arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives, acompañé en los ejercicios espirituales, en el Seminario, a un grupo de presbíteros y a un diácono de esta diócesis. Han sido unos días de reflexión y de oración, personal y litúrgica, de silencio compartido, de adoración eucarística y de comidas fraternas.

La diócesis de Urgell, del Valle de Arán a la Cerdaña y de Andorra hasta la Noguera y parte de la Segarra, es el obispado más grande en extensión de los diez de Cataluña, aunque el menos poblado, con 214.158 habitantes y 363 parroquias. Su primer obispo fue San Justo de Urgell, que participó en los concilios de Toledo (531) y en los de Lleida y València (546). Cabe destacar una particularidad de la diócesis de la Seu d’Urgell y es que, a parte de los arciprestazgos de Cataluña que la forman, incluye también un estado, independiente de España, que es Andorra. Como pasa en la diócesis de Roma, que incluye también en su territorio el estado del Vaticano.

En esta diócesis cabe tener en cuenta su rico patrimonio arquitectónico e histórico, con los santuarios de Nuria, situado en un valle del Pirineo, el del Santo Cristo, en la ciudad de Balaguer y el de Meritxell, patrona de Andorra, los tres templos, basílicas menores. Además, es muy conocida, por su gran belleza, sencilla y a la vez profunda, la iglesia románica de San Climent de Taüll, de planta basilical, una verdadera joya del románico catalán, consagrada en 1123, con su Pantocrátor característico. Y sobre todo tenemos la bellísima iglesia, madre de todas las de la diócesis, la espléndida catedral de Santa María, en la Seu, joya del románico comenzada por San Odón entre 1116 y 1122.

El Seminario de Urgell
El Seminario de Urgell

Los ejercicios espirituales tuvieron lugar en el Seminario de Urgell, un edificio gigantesco, del siglo XIX y que en los años cuarenta y cincuenta llegó a albergar hasta trescientos seminaristas. Lo primero que impacta cuando entramos en el monumental Seminario, es una gran lápida,al inicio de la magnífica escalera, con los nombres de los ciento once sacerdotes de Urgell, mártires de la guerra de 1936-1939, uno de ellos, mossèn Mateu Baraut Obiols, hermano de dos monjes de Montserrat, los PP. Maiol y Cebrià Baraut. Ciento once testigos del Evangelio que “lavaron sus ropas y las blanquearon en la sangre del cordero” y que dieron sus vidas por Cristo. Por eso esta diócesis es una diócesis martirial, regada con la sangre de aquellos sacerdotes que la derramaron por el Evangelio.

El Seminario, restaurado con mucho acierto y buen gusto, alberga al rector y a los seminaristas de la diócesis, a excepción de cuando están en Barcelona estudiando en la Facultad de Teología de Cataluña y también a los sacerdotes ancianos, cuidados con esmero y con mimo por la diócesis.

Cabe destacar la solicitud extrema del arzobispo Joan Enric, así como también la del vicario general, mossèn Ignasi Navarri, por estos sacerdotes que en esta etapa de la vida se encuentran debilitados por la ancianidad o la enfermedad, después de entregar largos años de sus vidaspor el Evangelio. También el arzobispo Vives tiene una especial solicitud por los seminaristas, a los que  cuida con esmero, juntamente con el rector, Gabriel Casanovas, y aún, por todos los sacerdotes de la diócesis, a los que les ofrece la posibilidad de hacer ejercicios espirituales en dos tandas, una, en la casa de espiritualidad del Santo Cristo de Balaguer, en invierno y otra, ahora en verano, en el Seminario de la Seu d’Urgell. Curiosamente este año, invitado por el arzobispo, he acompañado a los sacerdotes en las dos tandas de ejercicios.

Joan Enric Vives
Joan Enric Vives

La diócesis de Urgell, ya desde el tiempo del obispo Joan Martí, ha acogido en el colegio presbiteral a sacerdotes venidos de Colombia, Méjico, la India y Filipinas. Son sacerdotes jóvenes, plenamente integrados en el país, en la cultura y la lengua de Cataluña, y que viven su ministerio presbiteral incardinados y plenamente integrados en las parroquias que tienen confiadas. Son sacerdotes, éstos últimos, jóvenes, que conviven con los sacerdotes nacidos en Cataluña, en gran fraternidad. Precisamente, dos de estos sacerdotes jóvenes, nacidos en Méjico, presidieron cada día, uno, que es vicario de Guissona, la oración de Laudes y el otro, que es vicario de Balaguer, la de Vísperas.

Entre los sacerdotes más mayores que participaron en estos ejercicios, había los mossens Jaume Soy, Jaume Tarragó y Ramon Sàrries, unos presbíteros venerables que han dado (y lo continúan haciendo), la vida, sirviendo con alegría, a las comunidades cristianas que el arzobispo les ha confiado. Otros sacerdotes, todavía jóvenes eran el vicario general de la diócesis, mossèn Ignasi Navarri, siempre atento a las necesidades de los ejercitantes, el rector del Seminario, mossèn Gabriel Casanovas o mossèn Antoni Elvira, vicario episcopal para la acción social y que con su hermosa voz, nos ayudaba en los cantos durante la Eucaristía, como también el diácono Ton Serra, que presidia cada tarde la oración eucarística.  

Pantocrator
Pantocrator

Las reflexiones, una por la mañana y otra por la tarde, giraban alrededor de un personaje bíblico del Antiguo Testamento, acompañado de otro personaje de nuestros días (sacado de las entrevistas de la sección, “La Contra”,de la Vanguardia), que complementaba la experiencia que hicieron de Dios, María, la hermana de Moisés y de Aharón, Josué, Samuel, David, Salomón, Judit y Ester, Amós y Susana. La oración de los salmos, nos ayudaban también a vivir nuestra respuesta y nuestra experiencia deDios.

Durante las comidas, en silencio, oíamos música clásica unos días y fragmentos del libro, “Meditaciones sobre la ordenación de presbíteros”, del cardenal Ricardo Blázquez, con el prólogo del arzobispo Joan Enric Vives, de Urgell.  

Durante estos días de ejercicios, he intentado, como me pedía que hiciese el arzobispo Joan Enric, “suscitar, ayudar, sostener, perdonar y consolar a los presbíteros de Urgell”, unos hombres apasionados por Jesús y por servir a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo.

El Seminario se encuentra en la calle Obispo Benlloch, nacido en la ciudad de València y que fue pastor de esta diócesis desde 1906 a 1918 (cuando fue nombrado arzobispo de Burgos) y por lo tanto, también copríncipe de Andorra. Por eso mismo creo que la ciudad natal del obispo Benlloch, València, habría de hermanarse con la ciudad de la Seu d’Urgell y con Andorra la Vella, donde el obispo valenciano sirvió a la Iglesia y al gobierno del Principado de Andorra.

Recogiendo las palabras de mossèn Benigne Marquès, en su conferencia sobre el obispo Benlloch (Església d’Urgell, enero de 2017), es importante recordar que este pastor fue “un obispo innovador para el inicio del siglo XX”, ya que “impulsó la construcción de la carretera de la Seu a Andorra, restauró la catedral y favoreció la cultura y la investigación histórica”. El obispo Benlloch, que nació en València el 29 de diciembre de 1864, fue ordenado sacerdote en 1888. Doctor en Teología y en Derecho Canónico y Bachiller en Artes, Joan Benlloch fue profesor del Seminario de València en Humanidades y Metafísica, cura de la parroquia de los Santos Juanes y fiscal general de la archidiócesis. Joan Benlloch, como dijo mossèn Marquès en su conferencia, “pasó después a Segovia, donde fue vicario general y provisor en 1899 y el año siguiente obtuvo la canongía de chantre”.

El 16 de noviembre de 1901 fue nombrado administrador apostólico de Solsona “y el 16 de diciembre siguiente, la Santa Sede lo nombró obispo titular de Hermópolis, recibiendo la ordenación episcopal el 2 de febrero de 1902, en la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid”.

Posteriormente, como decía mossèn Marquès en su conferencia, “en el consistorio del 6 de diciembre de 1906, fue preconizado obispo de Urgell, tomando posesión de la diócesis el 11 de julio de 1907. Rigió esta diócesis hasta el 21 de noviembre de 1918 cuando fue nombrado arzobispo de Burgos”. Benlloch fundó en Burgos el Seminario nacional de misiones extranjeras.

El obispo Benlloch, como decía mossèn Benigne Marquès en su conferencia, “dejó una fuerte huella de su paso por la diócesis y por el Principado de Andorra”.

Por lo que se refiere al ámbito pastoral, una de las cualidades de Benlloch “fue la elocuencia y sus dotes de buen predicador”. Y es que el obispo Joan Benlloch i Vivó, era requerido para predicar los sermones, incluso fuera de la diócesis. También, “en Congresos Litúrgicos, de Canto y de Catequesis de Cataluña, o en centenarios de efemérides religiosas, era invitado a predicar el obispo Benlloch”. El obispo de la Seu d’Urgell, como recoge mossèn Benigne Marquès, “publicó cuatro Cartas Pastorales, de un formato extenso. La primera, con ocasión del XVI centenario del edicto de Milán (313), firmada el 21 de marzo, Viernes Santo, de 1913. La segunda, dirigida al Pueblo de Andorra, sobre la declaración canónica de Nuestra Señora de Meritxellcomo patrona del Principado, firmada el 16 de julio de 1914. La tercera es la Paz del mundo y la paz de Cristo, con motivo de las oraciones que el papa pedía que se hiciesen durante la I Guerra Mundial, firmada en la Seu d’Urgell el 9 de abril de 1916. Finalmente, la cuarta pastoral” la escribió el Dr. Benlloch con motivo del “tercer centenario de la fundación de las Escuelas Pías, dedicada a glosar la figura de San José de Calasanz, firmada en Navidad de 1917”.

Como dice mossèn Marquès, “la lengua que utilizaba en sus escritos” el obispo Benlloch, “era el castellano, pero cuando se dirigía a Andorra o cuando escribe alDelegado Permanente de Perpiñán, utiliza el catalán. También podemos incluir en este apartado”, como decía mossèn Marquès en su conferencia, “el reglamento, completo y detallado del Seminario, en el cual se incluye un plan de formación de los seminaristas, publicado el 28 de agosto de 1910”.

También cabe señalar, por lo que respecta al obispo Benlloch, “su impulso en la devoción a Nuestra Señora de Meritxell y a la Virgen de Núria”. Y es que el obispo Joan Benlloch se había dado cuenta en su primera visita a Andorra, que “el Consejo General había declarado a Nuestra Señora de Meritxell, patrona de Andorra, el 24 de octubre de 1873, pero faltaba, cosa extraña, la confirmación o declaración canónica del papa”. Así, “el obispo hizo las gestiones oportunas y consiguió el rescripto de esta declaración canónica, dada por Pío X el 13 de mayo de 1914”. En relación a la Virgen de Núria, patrona de la diócesis, “instituyó una romería” y además “influyó en la creación de la revista, “L’Estel de Núria”.

Por lo que respecta al ámbito social, cabe recordar dos eventos importantes, como recogía mossèn Marquès en su conferencia: “el 17 de junio de 1918, la Asamblea General de la Cruz Roja Española, le concedió la Gran Placa de Honor creada por el rey”. Otro hecho importante en los inicios del siglo XX, es que el obispo Benlloch “impulsó con sus gestiones, la finalización de las obras de nuestras carreteras. Así, el 23 de abril de 1914, bendijo a Bassella, el tramo de carretera de Manresa a Bassella”. También es destacable “las gestiones que hizo para conseguir completar los trabajos de la carretera de la Seu d’Urgell a Puigcerdà, abierta el 1915”. Aunque “la carretera a la cual dedicó más esfuerzos y gestiones, fue la carretera de la Seu d’Urgell a Andorra, hasta Les Escaldes”. Por eso el “Consejo General acordó dedicarle un monumento” al obispo Benlloch y copríncipe de Andorra y que hoy podemos encontrar delante de la iglesia de Andorra la Vella.

Por lo que respecta al ámbito cultural, el obispo Benlloch potenció “la investigación histórica, el arte y la música”. Además, el obispo Joan Benlloch encomendó “al prestigioso arquitecto Josep Puig i Cadafalch, la restauración de la catedral de Santa María” de la Seu d’Urgell. El obispo, amante de la cultura, confió a mossèn Enric Marfany, “la formación musical de los seminaristas y la solemnización de la música en la catedral”. Además, el obispo Benlloch “escribió la letra del himno nacional de Andorra, a la cual, mossèn Marfany puso la música”.

Como acababa su conferencia mossèn Benigne Marquès, archivero diocesano y capitular de la diócesis de Urgell, “estos son los principales rasgos y actuaciones del obispo de Urgell, Mons. Joan Benlloch i Vivó, que hoy tenemos el honor de proclamar como un personaje ilustre de nuestra diócesis”. Por eso València, ciudad natal del obispo Benlloch, se habría de hermanar con la Seu d’Urgell y con Andorra la Vella, ya que este valenciano ilustre fue pastor de la diócesis de la Seu d’Urgell i copríncipe de Andorra.  

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