La bella voz de María en el comienzo del Magnificat en la Palabra de Dios escrita nos da el espíritu y el ánimo para este tiempo tan particular que tenemos que transitar.
A pesar de las contrariedades y dificultades que atraviesa María y el Pueblo en su tiempo, la Virgen tiene una actitud creyente, esperanzada y positiva. Este es el desafío para nosotros hoy en medio la pandemia y las incertidumbres y dolores que esta nos está generando.
Que, con María y como María, seamos mujeres y hombres verdaderamente creyentes, esperanzados y positivos. Que podamos, alimentados por la Palabra de Dios, cantar nuestro Magnificat alabando a Dios y sirviendo en el compromiso cotidiano a nuestros hermanos.