"La mitad de las diócesis le han invitado a visitar nuestro país" ¿Francisco a España? Una invitación perniciosa

Francisco y Pedro Sánchez
Francisco y Pedro Sánchez

¿Y a qué España vendría el papa Francisco? ¿A la constitucional, en su pluralidad de versiones desde el independentismo más veraz o voraz, a la del pasotismo y “sea lo que Dios quiera” o a la que todavía recuerda y canta aquello de “¡Por Dios, por la Patria y el Rey¡”?

Saciar –satisfacer -  vanidades, por muy episcopales  que sean, tampoco es tarea propia  del papa Francisco...

Al ritmo tan soberana y exacerbadamente creciente  que llevan  las peticiones al papa para que visite sus diócesis respectivas  de España, con sensatez y cordura hay que llegar a la conclusión  de que tendrá que dejar Roma, al menos en el próximo año,  y empadronarse en alguno de los lugares que les están siendo ofrecidos. Conste que las invitaciones  están cursadas  con rigor tanto pastoral como diplomático, “desde el corazón”, con la exposición  de las correspondientes razones, “por el bien de la Iglesia y de España entera”.A título de ejemplo, se recuerdan las invitaciones a Burgos, a Santiago y su Año Santo, a Guadalupe y al suyo, a Ávila,  y a otras diócesis más, a cuyos obispos  les han faltado imaginación y fuerzas para hacer ya pública tal noticia en los medios de comunicación social, locales y  nacionales.

Reflexionar sobre el hecho puede ser, y será, tarea cristina,  a la vez que evangelizadora, siempre y cuando la sensatez,  el sentido común, el papa y el mismo Espíritu Santo no sean desterrados  de cualquier proyecto y posibilidad de “puesta a punto” y, en su día, de realización. Pedir por pedir, aunque sea lo imposible es –deberá ser- ajeno a la condición de persona: El papa es padre y pastor –también es Jefe de Estado-,  y los intereses y necesidades de  los demás, no les son ajenos. Los obispos, al igual que los Nuncios, son –deben ser- sus mensajeros e informadores, por lo que el papa está “viniendo” siempre a España, con sus homilías, cartas, exhortaciones, encíclicas, entrevistas, beatificaciones y canonizaciones, recepciones, ejemplos de vida y  gestiones personales. Nada, o muy poco, le es ajeno de cuanto acontece y de cuanto precisa España. Nuestros problemas  son también suyos…

Gil Tamayo invita al Papa a visitar Ávila en 2022
Gil Tamayo invita al Papa a visitar Ávila en 2022

Aparte de otras cuestiones, y como primera y principal en la programación de cualquier visita pontificia,  ¿quién subvencionará los gastos inherentes a ella? El caso  de la visita “familiar” de Benedicto XVI  a Valencia,  es –fue- prototipo y espejo  de la mayoría de estas visitas,  aunque el protocolo y los intereses políticos y partidistas se desbordaran hasta extremos judiciales autonómicos y estatales, en perjuicio de todos y más de los de la Iglesia.

De una manera o de  otra, siempre con caridad y misericordia,  conocimiento y capacidad de discernimiento, el papa Francisco ha dado a entender que, hoy por hoy,- y tal vez por mañana-  aún no tiene “in mente” intención alguna de venir personalmente a España. Sus razones tendrá. Siendo así, ¿por qué insistir en que venga? ¿A quién beneficiaría su venida? ¿Acaso personalmente   al obispo?¿A sus diocesanos? ¿A la idea del ecumenismo? ¿Al Estado, hoy por la gracia de Dios, ya ex nacinal-católico, o a punto de serlo?

¿Cómo el papa, y los redactores de los discursos que pronunciaría, harían uso  veraz de los evangelios, impartiendo la doctrina  con aplicación  a leyes concretas, comportamientos  - lo mismo civiles que eclesiásticos- de sus promotores y ejecutores, para que, sin quitarles un acento, una coma  o el punto y aparte, sus planteamientos  resulten de verdad religiosos, por encima de todo y al margen de interpretaciones “heterodoxas”?

Por curiosidad, y por algo más. ¿Quiénes serían los que batieran con mayor fervor, palmas de satisfacción, de alegría,  de plácemes  y de conformidad con la figura del papa Francisco? ¿Habrían de ser los “cristianos de toda la vida”, los agnósticos, los “ateos” y los “comunistas”, teniendo en cuenta los colores del partido político y de la bandera que cobija a unos y a otros?

Osoro y Omella, tras su encuentro con el Papa
Osoro y Omella, tras su encuentro con el Papa Eva Fernández (COPE)

¿Y a qué España vendría el papa Francisco? ¿A la constitucional, en su pluralidad de versiones desde el independentismo más veraz o voraz, a la del pasotismo y “sea lo que Dios quiera” o a la que todavía recuerda y canta aquello de “¡Por Dios, por la Patria y el Rey¡”? ¿Es posible que alguien, avecindado en la España actual, dude de que en el propio Gobierno no habrían de percibirse y manifestarse, al margen de protocolos humanos y divinos,  signos de discordancias muy graves, la mayoría de ellas todavía “clericalizadas” o “clericalizables”?

Más que suficientes y graves problemas se concitan hoy en la Iglesia y en el pueblo que peregrina en la misma, para que una hipotética visita del papa contribuya a despertar y activar los batallones de “coronavirus” siempre al acecho de asaltar las  fronteras propias, aún con nuestra ayuda. 

Catedral de Santiago de Compostela
Catedral de Santiago de Compostela

Lo de las concentraciones masivas, “totus tuus”, el bosque de  mitras episcopales y parte de las indulgencias  “jubilares”, no son de por sí  razones “franciscanas. La Iglesia- Iglesia  es además, otra  cosa. Y el Estado, también, al igual que lo es el pueblo-pueblo. El papa Francisco sabe de muy buena tinta, que parte notable del episcopado español, no es de su “cuerda”, aunque a veces  citen sus textos, pero sistemáticamente con rezos adjuntos para que se convierta al catolicismo  o busque el retiro lo antes posible…

Saciar –satisfacer -  vanidades, por muy episcopales  que sean, tampoco es tarea propia  del papa Francisco…

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