Crónica de la entrega, a título póstumo, del premio Arco Iris 2025 a Bergoglio "Francisco no se escondió ante nuestra realidad, nos miró de frente y animó a quienes trabajan por y con nuestro colectivo"

Estos premios se crearon para apoyar a quienes son constructores de puentes, a quienes están dispuestos a remar con los distintos. La filosofía escolástica clásica hablaba de que la perfección del universo radica en la suma de sus imperfecciones. Estos premios quieren contribuir a esa suma
Creemos que es conveniente agradecer al Papa Francisco su ministerio petrino, en favor de los colectivos más desfavorecidos y, por supuesto, nuestro colectivo LGTBI+, a nivel social y también dentro de la iglesia
| CRISMHOM
Con gran alegría el pasado 21 de junio socios, simpatizantes y muchos amigos nos reunimos para celebrar la decimonovena edición de nuestro premio Arco Iris 2025, con Ana Sánchez y Kike Becerra, como presentadores, quienes fueron marcando el camino, marcando el ritmo de la ceremonia.
Un año más entregábamos nuestro querido prisma, esa figura transparente en la que la luz, al incidir, se multiplica en los distintos colores del arco iris. Ese espectáculo que encierra la diversidad de todos los colores y en el que si faltara alguno no estaría completo y que para nosotros es la metáfora de la tolerancia y de la inclusión del mismo modo que la sociedad o las Iglesias no están completas si no acogen en su seno con normalidad y de forma plena la riqueza de todos, incluidos los miembros del colectivo LGTBI.
Y a pesar de que hay preocupantes signos de ciertos retrocesos en los derechos de las personas LGTBI, bastaría pensar en las últimas leyes aprobadas en Reino Unido, que afirman que solo son mujeres las que así nacieron biológicamente, o las de EEUU donde solo se reconocen dos géneros o el aumento en nuestro país de los crímenes de odio que han subido del 6.8 al 16.25 en agresiones al colectivo. A pesar de ello es un motivo de alegría constatar cómo cada vez más personas, asociaciones, etc son candidatos y merecedores más que sobrados de nuestro premio.

CRISMHOM no para de crecer, tanto en número de socios como en las actividades que desarrolla, tanto a nivel interno como en su incidencia en la sociedad y en las distintas Iglesias (no olvidemos que CRISMHOM es una comunidad ecuménica y que sus integrantes y sus acciones tienen un impacto no solo en nuestra sociedad o en la Iglesia Católica, sino también en el resto de denominaciones cristianas). Así nuestro trabajo se articula en 18 áreas, algunas de reciente creación y que completan y enriquecen, cada vez más, las posibilidades tanto de acoger como de incidir en todos.
Desde el 2007, año en el que se instituyeron nuestros premios para agradecer, dar a conocer y poner en valor los esfuerzos hechos por muchos para la total inclusión de las personas LGTBI en las Iglesias y en la sociedad sin automatizaciones y con plenos derechos, han sido muchas las personalidades de la cultura, la política, del ámbito religioso, los reportajes periodísticos, las revistas, etc. que han sido elegidos para recibirlos. Como nos recordaba Ramón Legaspi, actual presidente de CRISMHOM estos premios se crearon para apoyar a quienes son constructores de puentes, a quienes están dispuestos a remar con los distintos. La filosofía escolástica clásica hablaba de que la perfección del universo radica en la suma de sus imperfecciones. Estos premios quieren contribuir a esa suma.
Este año y entre varias candidaturas, fue elegido, nuestro querido Papa Francisco, por primera vez se otorga el premio a título póstumo.
Las razones son muchas, desgranamos aquí solo algunas: creemos que es conveniente agradecer al Papa Francisco su ministerio petrino, en favor de los colectivos más desfavorecidos y, por supuesto, nuestro colectivo LGTBI+, a nivel social y también dentro de la iglesia. Aunque los avances pudieran parecer pequeños o lentos pensamos que en muy pocos años se han abierto puertas hasta hace muy poco cerradas a cal y canto, se ha empezado a caminar por sendas que hasta hace nada no existían y nos parecían imposibles, por ello no podemos dejar de reconocer y poner en valor, que el papa Francisco ha sido el primer pontífice que desde la cátedra de Pedro, ha levantado la voz muy fuerte en favor de la inclusión de TODOS, TODOS, TODOS en la iglesia, ha pedido que se descriminalice la homosexualidad en los países en los que se considera delito y se castiga con cárcel o pena de muerte. Con la convocatoria del sínodo de la sinodalidad ha abierto las puertas al diálogo sobre la cuestión de la diversidad sexual, entre otros temas "tabú" en nuestra amada iglesia, además, con Fiducia supplicans, nos dio otro soplo de aire fresco, al poner en escena las bendiciones de parejas del mismo sexo, así como el tema de que personas transexuales puedan ser padrinos/madrinas de otra/o/es católicos en cuanto a los sacramentos se refiere.

Otro aspecto importante a destacar es que Francisco no se escondió ante nuestra realidad, nos miró de frente y animó a quienes trabajan por y con nuestro colectivo (James Martin, Sor Genoveve, María Luisa Berzosa, etc) a seguir adelante haciendo iglesia, incluso recibía en audiencias a personas transexuales y les transmitía afecto y respeto, haciéndolas sentir parte de la Iglesia.
Somos amados como somos. En la Iglesia no sobra nadie. Cabemos todos, todos, todos. Hay espacio para todos. Y si no lo hay, por favor, hacedlo
Fue muy emocionante para todos (católicos y no católicos, cristianos y no cristianos), ver las imágenes de nuestro querido Papa, escucharlo, sentir su amor por cada uno de los que estábamos presentes. Recordar sus palabras: “Somos amados como somos. En la Iglesia no sobra nadie. Cabemos todos, todos, todos. Hay espacio para todos. Y si no lo hay, por favor, hacedlo”.
La velada se completó con la intervención de María Luisa Berzosa, religiosa jesuitina, amiga y colaboradora del Papa Francisco, quien en numerosas ocasiones ha presentado ante el Santo Padre nuestra realidad.

Y la actuación, con un público completamente entregado del cantautor Luis Guitarra que contribuyó con su talento y sus letras profundas a que el clima de familia, de serena alegría y de fiesta creciera aún más. Cómo él dijo: “Querido Papa Francisco, en ti, nada se pierde”.
“Francisco aprendió a querernos y la Iglesia está aprendiendo a querernos. La Iglesia nos ama y nosotros amamos profundamente a la Iglesia porque en ella conocimos a Jesús, el plenamente inclusivo"
Y termino con las palabras del teólogo Luisma González García: “Francisco aprendió a querernos y la Iglesia está aprendiendo a querernos. La Iglesia nos ama y nosotros amamos profundamente a la Iglesia porque en ella conocimos a Jesús, el plenamente inclusivo".
Como broche a la jornada, se compartió un ágape fraterno, en un local del mercado de San Fernando, donde la celebración siguió su curso, en un ambiente agradable, degustando ricas tapas y bebidas que aliviaran un poco el calor de esa noche madrileña.
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