"A la teología dogmática solo le importaba la moral igualmente dogmática" Jesús Fernández González: "La Biblia no afirma ni confirma nuestras preguntas o preocupaciones antropológicas de hoy"

Francisco y las mujeres del Sínodo
Francisco y las mujeres del Sínodo

"El problema de la teología es siempre el mismo: convertir la idea en verdad, el sentimiento en descubrimiento"

"La Iglesia se siente acosada por los flancos laterales. Por una parte, el llamado feminismo y, por otra, la homosexualidad"

"La teología católica ha llegado, por fin, a descubrir el valor de la antropología a la hora de interpretar la fe"

El cristianismo, la teología católica ha llegado, por fin, a descubrir el valor de la antropología a la hora de interpretar la fe. La cultura religiosa se ha hecho un Feuerbach lo mismo que se hizo un Darwin en su tiempo. En la confrontación entre la teología y la ciencia, primero el caso Galileo, luego el caso Darwin y ahora el caso Feuerbach. En el caso Darwin, la Iglesia ha admitido que sus afirmaciones científicas sobre el evolucionismo han dejado de ser hipótesis. Transfiriendo la metodología de los signos de los tiempos ha comenzado a ver los signos de la ciencia como parte de ellos. Hay un “deficit”, un vacío, de antropología en toda la historia de la fe, del cristianismo. A la teología “dogmática” sólo le preocupaba la moral igualmente dogmática, aquella a la que Nietzsche, artillero de la historia, llamaba antinatural. El problema de la teología es siempre el mismo: convertir la idea en verdad, el sentimiento en descubrimiento.

En todo el discurso teológico, faltaba la pregunta por el hombre. La Iglesia se siente acosada por los flancos laterales. Por una parte, el llamado feminismo y, por otra, la homosexualidad. En medio, la antropología científica pues lo demás es una antropología funcional, cultural. La teología se enfrenta, en primer lugar, con la cuestión de la antropología bíblica. Siempre se ha dicho que la Biblia no hace antropología sino que toma la vigente, la circulante en su tiempo. De ahí que la llamada antropología bíblica, con el paso del tiempo, queda antigua y obsoleta. La nueva ciencia (la biología, la cosmología, la sociología) dejan al descubierto las afirmaciones de la Escritura sobre el hombre.

¿Están en la Biblia las respuestas a todas las preguntas del hombre de hoy?
¿Están en la Biblia las respuestas a todas las preguntas del hombre de hoy?

No se puede ir a la Biblia a buscar una respuesta a la “conducta” sexual del ser humano, por lo que decimos que es una antropología funcional. La Biblia no es una formulación antropológica sino una información onto-teológica. Lo que el hombre es, no lo que el hombre hace. Ella no afirma ni confirma nuestras preguntas o preocupaciones antropológicas de hoy.

Por eso decimos que la teología es una reserva antropológica, un silencio cultural. Pero hay que tener en cuenta que la lectura e interpretación de la Biblia en la Iglesia no parte de cero, no es sincrónica sino diacrónica, es decir, hay otros, en otros siglos, que ya la han leído e interpretado. No podemos buscar en la Biblia pautas de conducta ni feministas ni homo o heterosexuales. La inclinación del hombre está más allá de los límites de lo que podríamos llamar una antropología bíblica. La inclinación ontológica está por encima de la psicológica. La Biblia puede ser una antropología pero no es una psicología. Menos mal que nos queda la antropología.

Antropología
Antropología

Volver arriba