A los 25 años de la destitución, por parte de la Santa Sede, del obispo de Evreux Josep Miquel Bausset: "Monseñor Gaillot, un hombre libre, hermano de los más pobres y obispo de las periferias"

Jacques Gaillot, el "obispo rojo"
Jacques Gaillot, el "obispo rojo"

"Se cumplen 25 años de la destitución, por parte del Vaticano, del “obispo rojo”, que defendió a los inmigrantes y estuvo siempre al lado de los más desfavorecidos de la sociedad, siendo la voz de los que no tenían voz"

"En la Eucaristía de despedida como pastor de esa diócesis de Normandía, se vio acompañado poor más de 10.000 personas, que quisieron manifestarle su afecto, su cercanía y su gratitud"

Gaillot decía: "Antes de pertenecer a un país o a una cultura, somos habitantes del planeta. Antes de ser del Norte o del Sur, somos ciudadanos del mundo"

Actuaba: "en octubre de 2000 la policía le impidió entrar en una iglesia de Almería, donde 59 inmigrantes llevaban 12 días de huelga de hambre. Durante la guerra del Golfo, condenó el bloqueo contra Iraq. En 1987, en Sudáfrica, se manifestó contra el Apartheid"

"25 años después de la destitución del obispo Gaillot, ahora con la primavera del papa Francisco, es necesario recordar al obispo obispo de Evreux, Jacques Gaillot", un profeta

El pasado enero, sin que se recordara este aniversario doloroso, se cumplieron 25 años de la destitución, por parte de la Santa Sede, del obispo de Evreux, Jacques Gaillot. En la Eucaristía de despedida como pastor de esa diócesis de Normandía, este obispo se vio acompañado por más de 10.000 personas que quisieron manifestar al “obispo rojo” su afecto, su cercanía y su gratitud. El obispo Jacques dijo en su despedida: “Quiero que mi último mensaje en Evreux sea un mensaje de esperanza”, añadiendo todavía: “En mi primera misa en Evreux, en 1982, hubo espacio de sobra en la catedral. En la última misa estamos desbordados”.

El “obispo rojo”, que defendió a los inmigrantes a costa de enfrentarse a las leyes de repatriación, estuvo siempre al lado de los más desfavorecidos de la sociedad, siendo la voz de los que no tenían voz.

En una entrevista de enero de 2011, el obispo Gaillot decía a propósito de su destitución por la Santa Sede: “Unos días antes fui llamado a comparecer en el Vaticano sin saber porqué. En menos de un día se decretó mi expulsión de la diócesis”. El obispo Jacques explicó en esta entrevista el “proceso” que determinó su expulsión de la diócesis de Evreux: “El cardenal Bernardin Gantin, prefecto de la Congregación de los obispos, me propuso que firmara mi dimisión, y así se me permitiría tener el título honorífico de obispo emérito de Evreux.

"No firmé nada. Entonces me nombraron obispo de Partenia, (en la actual Argelia) una diócesis que no existe desde el siglo V”

No firmé nada. Entonces me nombraron obispo de Partenia, (en la actual Argelia) una diócesis que no existe desde el siglo V”. Como decía el obispo Gaillot con motivo de su cese: “No tengo pruebas concretas de por qué me destituyeron. Fuentes fiables me contaron que el gobierno francés, en particular el ministro de Interior de aquel tiempo, Charles Pasqua, tiene que ver con la decisión del Vaticano” de destituir el “obispo rojo”. Por eso el obispo Gaillot añadía: “El Vaticano y el gobierno francés quisieron aislarme”.

Una vez destituido, Gaillot, que había sido nombrado obispo el 1982, se convirtió en abogado de las causas perdidas, defendiendo a los más pobres de la sociedad y combatiendo la injustica, que siempre machaca a los más vulnerables. Cuando dejó la diócesis de Evreux, como el obispo Gaillot no tenía donde alojarse, (como reconocía él mismo) “me instalé durante un año en un edificio recuperado por familias sin hogar y extranjeros sin documentos, en París. Después me acogió la comunidad de Misioneros Espiritanos”.

En octubre de 2001, el obispo de los pobres defendió la apertura de fronteras y la solidaridad con los extranjeros. Gaillot decía: “Antes de pertenecer a un país o a una cultura, somos habitantes del planeta. Antes de ser del Norte o del Sur, somos ciudadanos del mundo”. Solícito con los que más sufrían, en octubre de 2000 la policía impidió que el obispo Gaillot entrara en una iglesia de Almería, donde 59 inmigrantes llevaban 12 días de huelga de hambre. Unos años antes, el 1991, durante la guerra del Golfo Pérsico, Gaillot condenó el bloqueo contra Iraq.

Y en 1987, en Sudáfrica, el “obispo rojo” se manifestó contra el Apartheid, una actitud tan antievangélica. El obispo Gaillot defendía una Iglesia “que ha de cambiar, modernizarse”. Con valentía profética, de la misma manera que habla y actúa el papa Francisco, el obispo Jacques Gaillot decía también: “El comercio de armas es un verdadero atentado a los derechos humanos. Lo que más me inquieta es el desequilibrio entre el Norte y el Sur, la violencia institucional, los niños que mueren de hambre”.

Ahora que se han cumplido 25 años de la destitución del obispo Jacques Gaillot, merece la pena recordar que el Abbé Pierre definió la destitución del “obispo rojo” como “un error de los que está llena la historia de la Iglesia”. Y el obispo Jean Vilnet, de Lille, dijo también a propósito de la destitución de Gaillot por parte del Vaticano: “La decisión es de una gravedad extrema. Los pobres, los marginados, los excluidos y los buscadores de esperanza, se sentían comprendidos, sostenidos y reconocidos”.

Incluso el cardenal arzobispo de París, Jean-Marie Lustigier, habló de “dolor y sorpresa” por la decisión del Vaticano que destituyó a Jacques Gaillot.
Cabe destacar que en septiembre de 2015, 20 años después de su destitución, el papa Francisco recibió al obispo Gaillot, que dijo que Bergoglio era “un hombre muy libre”.

25 años después de la destitución del obispo Gaillot, ahora con la primavera del papa Francisco, es necesario recordar a un hombre libre, hermano de los más pobres y obispo de las periferias.

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