Los sueldos de los políticos Josep Miquel Bausset: "La política habría de ser un servicio a los ciudadanos y no un medio para enriquecerse"

La seducción del dinero
La seducción del dinero

Pedro Sánchez cobra 82.978 euros al año, lo que quiere decir, 319 euros al día. Angela Merkel, 342.000 (1315 al día), Macron, 181.680 (698 euros diarios) i Trump, 354.368 (1362 euros cada 24 horas)

La constitución de los nuevos ayuntamientos, como ha pasado tantas veces, ha tenido dos polos de atención: por una parte los pactos para escoger el alcalde y así poder llegar a gobernar y por otra, los sueldos que los mismos políticos se han otorgado.

Por lo que respecta al aumento de los sueldos entre los políticos, según el Confidencial (17 de julio de 2019), el 28% de los alcaldes de las grandes ciudades se han subido los sueldos.

Solo unos datos: en la Coruña su alcaldesa, del PSOE, cobrará 69.000 euros, un 72,5% más que su antecesor.

En Huesca, también con alcalde del PSOE, la primera autoridad municipal cobrará 50.000 euros, un 42,9% más que lo que cobraba el anterior alcalde.

En Castelló de la Plana, su alcaldesa, del PSOE, tendré un sueldo de 74.300 euros, un 40,6% más de lo que cobraba esta regidora cuatro años antes, donde también era alcaldesa.

En Sevilla, su alcalde cobrará 84.454 euros, un 33,0% más que su antecesor en el cargo.

En Pilar de la Horadada, un pueblo valenciano, la primera autoridad municipal de esta villa cobrará 51.800 euros, un 160% más que hace cuatro años.

En Madrid, el alcalde del PP cobrará 106.130 euros y en Barcelona, su alcaldesa, de En Comú Podem, cobrará 100.000. También en Bilbao el sueldo del alcalde, del PNV, será de 99.500 euros y en Ceuta (PP) de 90.475 euros.

Por lo que respecta al alcalde de València, de Compromís, su sueldo será de 82.602 euros y en Valdemoro (de Cs), de 60.000 euros. Y así una larga lista de políticos y de sueldos.

Un sueldo digno

Tengo que decir que los políticos han de cobrar un sueldo digno para poder vivir, ya que si solo pudiesen ser alcaldes o concejales los que tienen un patrimonio personal importante (y que por eso mismo pudiesen hacer política sin su trabajo anterior), los otros hombres y mujeres que no tienen tanto dinero como para dejar su trabajo, no podrían dedicarse a la política.

Pero al mismo tiempo pienso que los sueldos de los alcaldes y de los regidores (y también de los diputados de los parlamentos autónomos, del Senado y del Congreso) habrían de ser los mismos que cobraban estos políticos, antes de entrar en los ayuntamientos o en las otras cámaras de representación ciudadana.

Según el portal Tusalario.es, el presidente Pedro Sánchez cobra 82.978 euros al año, lo que quiere decir, 319 euros al día. Angela Merkel, 342.000 (1315 al día), Macron, 181.680 (698 euros diarios) i Trump, 354.368 (1362 euros cada 24 horas). A todas luces estos sueldos son desproporcionados. Además los diputados y senadores españoles viajan gratis por tierra, mar y aire. Además tiene un máximo de 3.000 euros anuales para desplazarse en taxi por Madrid. Y si lo hacen en su coche, cobran 25 céntimos por kilómetro recorrido.

Finalmente, un diputado al Congreso cobra como mínimo, 2812 euros mensuales (cinco veces más que la pensión media), más dietas y complementos. 

Desviar a tus bolsillos el dinero de todos

La política habría de ser un servicio a los ciudadanos y no un medio para enriquecerse. Y de eso, de un medio para enriquecerse, los valencianos sabemos qué quiere decir, ante el número cuantioso de políticos encarcelados o inculpados por delitos monetarios, ya que en vez de servir a la ciudadanía de una manera altruista, han desviado el dinero de todos a unos bolsillos concretos. 

Como dijo el papa en la homilía del 13 de septiembre de 2013, hemos de luchar para no caer en la trampa de la idolatría de dinero, ya que hay “muchos pecados, pero Jesús lo subraya mucho: la avidez del dinero es, efectivamente, la raíz de todos los males”. Por eso el papa Francisco afirmaba en aquella homilía que si escogemos “el camino de dinero, al final serás un corrupto”, ya que “tienen esta seducción de hacerte caer a poco a poco hacia tu perdición”.    

Si bien con las pasiones corporales (gula, lujuria) llegamos a saciarnos, en el caso de la avaricia, con el deseo de tener más dinero, nunca llegamos  a la saciedad, ya que siempre queremos tener más y nunca estamos  satisfechos con lo acumulado. Y por eso, como “el codiciosos de dinero no tiene nunca bastante” (Ecle 5:9), se llega a la corrupción con el deseo de acumular cada vez más dinero.

Precisamente en el Evangelio (Lc 12:13-21) de este domingo, Jesús nos pone en guardia para no caer en las garras de la codicia, ya que aunque acumulemos muchos tesoros, podemos perder la vida en un momento. 

corrupcion
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