En el 75 cumpleaños del teólogo que tuvo "la audacia y el coraje de adentrarse en el quién y en el por qué" Federico Mayor Zaragoza: "Juan José Tamayo, hombre-luz, hombre-vigía"

Juan José Tamayo
Juan José Tamayo

"Juan José Tamayo-Acosta, con profundas raíces en la Castilla alta (Amusco, Palencia, 1946), que cumple estos días 75 años, es hombre-luz, hombre-vigía, que indaga y explora sin cesar la desmesura del ser humano"

"'Es en los márgenes de la sociedad donde se han fraguado históricamente y siguen fraguándose hoy las grandes transformaciones y los cambios de paradigma en la forma de creer, pensar y vivir', escribió. Ese es precisamente su lugar social, hermenéutico y teológico"

"¡Filosofía! Esto es lo que necesitamos en un proceso educativo de calidad. ¡Enseñanzas artísticas… literatura… música… para desarrollar la facultad creadora que distingue a todos los seres humanos iguales en dignidad! ¡Y teología!, para buscar sin descanso"

"Juan José Tamayo filósofo, teólogo, libre y responsable, hombre-faro, hombre-vigía… ¿dónde halla tiempo para escribir tanto y preparar tantas intervenciones. Gracias por enseñarnos que el por-venir está por-hacer y que debemos inventarlo"

Juan José Tamayo-Acosta, con profundas raíces en la Castilla alta (Amusco, Palencia, 1946), que cumple estos días 75 años, es hombre-luz, hombre-vigía, que indaga y explora sin cesar la desmesura del ser humano, anclado, incardinado en finitas y putrescibles estructuras biológicas, capaz de pensar, de anticiparse, de creer y no creer, de ¡crear! Hay una frase de Víctor Frankl que encaja perfectamente en el polifacético y riguroso semblante de Juan José Tamayo: “Si tienes claro el por qué superarás todos los cómo”.

Una vez escribió:Es en los márgenes de la sociedad donde se han fraguado históricamente y siguen fraguándose hoy las grandes transformaciones y los cambios de paradigmaen la forma de creer, pensar y vivir”. Ese es precisamente su lugar social, hermenéutico y teológico.

Tamayo

Cuento con frecuencia que decidí estudiar bioquímica porque, convencido de que saber quién somos parecía una empresa imposible, procuraría al menos contribuir a saber mejor cómo somos. A medida que ha transcurrido el tiempo, ya me interesa más saber quién soy que las moléculas que me integran e interactúan. En esta transformación de “intereses esenciales” ha influido muchísimo el Prof. Tamayo.

La libertad es el don supremo. Cada ser humano único, capaz de pensar, de imaginar, de anticiparse, de crear. Cada ser humano investido de la facultad de discernir, de decidir en cada instante, al justo filo de las luces y las sombras, de las certezas y las incertidumbres. La libertad humana, única condición en los designios de la creación. Todo es predecible en el universo, todo regulado por inmutables leyes físicas y químicas… salvo la discrecionalidad humana.

Juan José Tamayo vive y se desvive para iluminar, para ayudarnos a ascender.Ha tenido la audacia y el coraje de adentrarse en el quién y en el por qué. No en los medios para vivir, sino en las razones para vivir, como tan bellamente expresó el Obispo Helder Cámara… En diciembre de 1990 escribí: “Ir a tu encuentro/ cada noche/ sin hallarte!/ Aquí reside la más alta facultad/ que Nos has dado:/ vivir en libertad/ merodeando interrogantes/ y certezas/ hasta que un día, al fin, / sepamos./ Hoy, sólo Tus huellas”.

Diana

Hoy, por primera vez en la historia, es posible tener conciencia global, es posible expresarnos libremente y participar gracias a la moderna tecnología de la comunicación y de la información y, por el número creciente de mujeres en la toma de decisiones, podemos contar con la indispensable, insustituible visión feminista.

En su discurso de investidura, el Presidente Nelson Mandela, que demostró que muchos imposibles hoy pueden ser realidad mañana, dijo: “Cuando nos liberamos de nuestro miedo, liberamos también a otros”. Ahora, por fortuna, el tiempo del silencio ha concluido. Y debe tener lugar sin demora “la revolución espiritual” que anunció Federico García Lorca en abril de 1936.

¡Filosofía! Esto es lo que necesitamos en un proceso educativo de calidad. ¡Enseñanzas artísticas… literatura… música… para desarrollar la facultad creadora que distingue a todos los seres humanos iguales en dignidad! ¡Y teología!, para buscar sin descanso y siempre, por fortuna, sin éxito, en lo que queda de estos seres misteriosos habilitados para volar en el espacio infinito del espíritu.

Juan José Tamayo filósofo, teólogo, libre y responsable, hombre-faro, hombre-vigía… Pero no sólo quiero destacar la profundidad sino la extensión: ¿dónde halla tiempo para escribir tanto y preparar tantas intervenciones? Y es que éstas son las grandes cuestiones. Las que el Prof. Juan José Tamayo, aborda, escribe, cavila… y expresa con rigor y de manera comprensible, con el atractivo adicional de su sonrisa. Gracias por enseñarnos que el por-venir está por-hacer y que debemos inventarlo, con las facultades que poseen en exclusiva, los seres humanos actuando libre y responsablemente.

Primero, Religión Digital

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