"Mondoñedo-Ferrol queda grabado con letras de oro en mi corazón. Y lo saben" Luis Ángel de las Heras: "En León, voy a formar parte de una historia espléndida de fe e Iglesia, para aportar un granito de arena"

Luis Ángel de las Heras
Luis Ángel de las Heras

"De Mondoñedo-Ferrol, me llevo más de lo que dejo. Me llevo el ciento por uno de aquí. Creo que dejo fraternidad y amistad"

"La 'Pulchra leonina' es una bella imagen de la Iglesia que se ha edificado a lo largo de tantos siglos y se continúa edificando con vocación de santidad, de perfección"

"Estas navidades, como todo este tiempo de pandemia, nos servirán para fijarnos en lo realmente importante y para buscar la estrella en medio de la noche"

"La vacuna debería ser gratis para todo el mundo como la vacuna contra la indiferencia, el egoísmo y la intransigencia, que son universales"

"2021 tiene que ser un año esperanzado. Además, es Año Santo Compostelano y el Camino de Santiago atraviesa León"

Monseñor Luis Ángel de las Heras (Segovia, 1963) toma posesión mañana de la diócesis de León. Hasta ahora, era obispo de Mondoñedo-Ferrol y deja allí más de lo que lleva: "Me llevo el ciento por uno de aquí. Creo que dejo fraternidad y amistad. Queda grabado con letras de oro en mi corazón. Y lo saben". Llega a una "diócesis histórica" y lo asume con ilusión y como una misión: "Voy a formar parte de una historia espléndida de fe e Iglesia, para aportar un granito de arena". Para él, lo primero "es escuchar, descubrir asimilar la realidad, lo que temen y esperan las personas" y, para ello, dice contar con "sacerdotes, laicos y consagrados". Siente que "2021 tiene que ser un año esperanzado" porque, además, es Año Santo Compostelano y el Camino de Santiago atraviesa León.

- ¿Qué deja y qué se lleva de Mondoñedo-Ferrol?

Dejo y me llevo lo mismo, pero en distinta medida. Es decir, me llevo más de lo que dejo. Ha sido una experiencia pastoral muy enriquecedora; un acercamiento fraterno y muy cordial al laicado, a la vida consagrada y al presbiterio diocesano, con personas extraordinarias en cada una de estas vocaciones. Momentos intensos de encuentro con inmigrantes, personas sin hogar, algún que otro “mena”, amigos cristianos de otras confesiones, alguno de otra religión. Me llevo el ciento por uno de aquí. Creo que dejo fraternidad y amistad.

- Su primera diócesis y, digamos, su primer amor, que dicen que es el que nunca se olvida

Claro que no lo olvidaré. Queda grabado con letras de oro en mi corazón. Y lo saben. El recuerdo de Mondoñedo-Ferrol me dará siempre mucha alegría y muchos motivos de acción de gracias. Las lágrimas de la despedida se transforman en fortaleza para seguir el camino, como han dicho algunos buenos amigos que continuarán siéndolo y de los que no me despido.

- Vuelve a su región de nacimiento y a una diócesis histórica

Sí, así es. Pero se puede comprender que un misionero no busca volver a su tierra. Aunque me encuentro a gusto cerca de mis raíces, por supuesto, no es eso lo que me motiva ir allí. Me mueve el envío misionero y la urgencia de la misión que está en todas partes y, desde luego, en León. Por otro lado, es una diócesis histórica, sí. Voy a formar parte de una historia espléndida de fe e Iglesia, para aportar un granito de arena. Eso también tiene que hacerle a uno humilde.

- Su toma de posesión en León será 'peculiar', dado el clima de pandemia que estamos viviendo

Peculiar, sencilla, un inicio de ministerio en situación de emergencia sanitaria. Quizá haya que pensar que la humanidad está permanentemente en situación de emergencia. Pero parto de una convicción serena: el marco para este inicio de ministerio pastoral en la diócesis legionense es el mejor marco, porque es el que se puede tener y no añoro ni anhelo otro. Desde luego, me hace pensar en las víctimas del Covid-19: fallecidos, enfermos, familiares, empobrecidos, deprimidos, atemorizados, desesperados… Me hace pensar en los profesionales de la salud y en todos los que han estado y están en primera línea de cuidados y atenciones en hospitales, residencias, albergues, redes solidarias, Cáritas… Me hace pensar en la educación y en los trabajos perdidos o transformados con dificultades…

- Podrá presumir de la 'Pulchra', una de las catedrales más bellas y emblemáticas del mundo

Presumiremos todas las gentes de León. Es realmente admirable lo que puede realizar el ser humano cuando se propone dar gloria a Dios y lo hace como acción comunitaria. La Pulchra leonina es una bella imagen de la Iglesia que se ha edificado a lo largo de tantos siglos y se continúa edificando con vocación de santidad, de perfección.

- ¿El primer año será de conocer y dejarse empapar por la nueva realidad?

Por supuesto. Es necesario conocer bien para poder caminar con los pies en el suelo. Lo primero es escuchar, descubrir asimilar la realidad, lo que temen y esperan las personas. Empaparme, como dices, sin perder de vista el principio y el fin del camino eclesial.

- Imagino que recordará a algunos de sus predecesores, entre ellos y de una manera especial, a Don Fernando Sebastián, su amigo y compañero claretiano

Claro. Cuando me comunicó el Nuncio mi nombramiento inmediatamente pensé en D. Fernando Sebastián. Su vida, su trayectoria, su pensamiento teológico y pastoral, sus claves de coraje evangelizador… son un pozo hondo de sabiduría que hay que aprovechar con perspectiva misionera para estos tiempos.

- ¿Qué espera y que está dispuesto a ofrecer a sus curas leoneses?

Espero vivir con ellos la fraternidad sacramental. Con ese objetivo, conocer lo mejor de cada uno de ellos. Pedirles que me dejen tratarlos como hermanos y que estén dispuestos a trabajar juntos y con el resto del pueblo de Dios. Estoy dispuesto a ser hermano, amigo y padre, a ofrecer acompañamiento, cercanía, escucha, sinceridad y diálogo, apoyo… Todo lo que pueda darles y ellos estén dispuestos a acoger.

- ¿Qué espera y que está dispuesto a dar a sus laicos/as?

De los laicos espero su compromiso de vida cotidiana en medio de su entorno, de su familia, trabajo, aficiones… Su apertura a la corresponsabilidad eclesial, su visión laical de la existencia humana, de la fe y de la Iglesia. Su seriedad vocacional, ocupando su lugar en la Iglesia, del que no se deben inhibir, como ellos tampoco deben ocupar el lugar de otras vocaciones. Estoy dispuesto a estar cerca, a escuchar y dialogar, a abrir cauces nuevos de participación libre y responsable desde el discernimiento de todos los miembros de la Iglesia.

Y no me has preguntado por las personas consagradas, pero no hace falta. Porque te digo que cuento con estos hermanos y hermanas, con su pasión por Dios y por la humanidad, con su compromiso de vida, misión y carisma para construir Iglesia en cada lugar en el que tienen su comunidad, su presencia carismática.

Cuento con sacerdotes, laicos y consagrados para caminar juntos y para experimentar unidos el gozo de la fraternidad cristiana que podemos ofrecer a todos, de tal modo que así anunciemos a Jesucristo con claridad y verdad.

- ¿Cómo vivir estas Navidades que también se presentan atípicas?

Se presentan como un reto para descubrir y experimentar lo esencial. Sobre todo, si, por ejemplo, no podemos abrazar a alguien tan querido, tan especial con el que no convivimos, como un padre o una madre, un hijo, un abuelo, un hermano… Estas navidades, como todo este tiempo de pandemia, nos servirán para fijarnos en lo realmente importante y para buscar la estrella en medio de la noche, de tal modo que, al verla señalando al Salvador, nos llenemos de una inmensa alegría, como los magos en Belén.

- ¿Y cómo conservar la esperanza en medio de la pandemia?

Pues siguiendo y contemplando la estrella. Cuando uno la ve se llena de alegría, se acerca a la luz y vive en ella. Cristo es la esperanza que no defrauda y quien ha vencido todo mal, todo enemigo, hasta el último: la muerte. Es una gracia encontrarse con Jesús, vivir su Evangelio y transmitir la alegría que viene de Él, la alegría de una vida llena de sentido y con horizonte de plenitud, la alegría de una fraternidad universal…

- ¿La vacuna que se espera debería ser gratuita y universal?

Efectivamente. No considero que deba ser de otro modo. Ojalá también tengamos vacuna contra la indiferencia, como dice el papa Francisco y contra el egoísmo, contra la violencia, contra la intransigencia… Por supuesto, todas estas vacunas ya las tenemos, son gratuitas y universales y nos hacen ser más fraternos y más generosos.

2021 tiene que ser un año esperanzado. Además, es Año Santo Compostelano y el Camino de Santiago atraviesa León.

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