La Semana Santa por dentro (III): los pasos que no saldrán hoy El Martes Santo cordobés, humus de la fe de un pueblo

Señalaba monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, cuando era obispo de Córdoba, que la piedad popular es el humus que conserva la fe en Andalucía. Y esa expresión no era baladí ya que las hermandades, como tenedoras de esa mística del pueblo, han sabido conservar intacto ese acervo devocional.

En el Martes Santo cordobés se puede comprobar eso mismo. Sus seis hermandades conforman la jornada más joven de la Semana Santa de la capital y, sin embargo, son la viva expresión del crecimiento de la semana mayor. 

En la jornada se ven todos los cortes de cofradía posibles, desde los cánones barrocos del Prendimiento hasta la sobriedad castellana de la Universitaria. El Martes Santo es el día de los misterios como el del citado Prendimiento, el de la Calle de la Amargura del Buen Suceso, el de la Santa Faz con la Verónica y el del Císter con Claudia Prócula entre sus imágenes.

Dos crucificados marcan el contrapunto: el de la Universidad y el de la Agonía. El primero es una portentosa imagen de Juan Manuel Miñarro, que representa al hombre de la Síndone; mientras a los pies del segundo, los soldados romanos se reparten las vestiduras.

El Martes Santo es también el día de hermandades céntricas, que encuentran su contrapunto en el colegio de los Salesianos (Prendimiento) y en el Barrio del Naranjo (Agonía). Mientras las dolorosas dejan su bella factura en las vírgenes de la Caridad, Presentación, Salud, Trinidad, Reina de los Ángeles y Piedad. Y esto bajo pasos de palio (a excepción de la Presentación) que dan cuenta del avance patrimonial de las cofradías de la jornada.

En definitiva, el Martes Santo cordobés muestra el crecimiento de una Semana Santa que es garante de la piedad popular, del humus que alimenta la espiritualidad de un pueblo.

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