"Ya no se le recordará en su España natal. Pero en los círculos hispánicos de Filipinas seguirá brillando su recuerdo" Se nos ha ido al cielo Maruxa Pita: 'Espíritu titánico', puente lingüístico, abuela de los niños expuestos en Filipinas

"Se nos ha ido al cielo Mª Dolores 'Maruxa' Pita Lissarague (Madrid, España 18.03.1930 – Quezon City, Filipinas, 19.01.2025)"
"Con un espíritu titánico, fue dotada con una personalidad fuerte, a veces prepotente desde el parecer de estos tímidos trópicos, pero siempre dicharachera, cortés y generosa, esta gran trabajadora desarrolló su labor, misionando en estas tierras filipinas"
"Su universalidad se debe a su sentido de aventura, en el sentido orteguiano, de ser puente entre España y Filipinas"
"Destacar una faceta, la lección más grande que nos impartió la amiga Maruxa. Más allá de los cargos, de la vida pública, del papel diplomático de ser puente y 'embajadora cultural' de España en Filipinas, Maruxa fue todo un ejemplo en el perdón, en la vivencia cristiana"
"Su universalidad se debe a su sentido de aventura, en el sentido orteguiano, de ser puente entre España y Filipinas"
"Destacar una faceta, la lección más grande que nos impartió la amiga Maruxa. Más allá de los cargos, de la vida pública, del papel diplomático de ser puente y 'embajadora cultural' de España en Filipinas, Maruxa fue todo un ejemplo en el perdón, en la vivencia cristiana"
| Macario Ofilada Mina
Ya no se le recordará en su España natal. Pero en los círculos hispánicos de Filipinas seguirá brillando su recuerdo. Se nos ha ido al cielo Mª Dolores 'Maruxa' Pita Lissarague (Madrid, España 18.03.1930 – Quezon City, Filipinas, 19.01.2025).
Enjuta de cuerpo pero con un espíritu titánico, fue dotada con una personalidad fuerte, a veces prepotente desde el parecer de estos tímidos trópicos, pero siempre dicharachera, cortés y generosa, esta gran trabajadora desarrolló su labor, misionando en estas tierras filipinas, durante una gran parte de su vida, esto es, desde arribó a este archipiélago en el lejano 1959.
Desde esta columna que tiene finalidad de construir puentes hacia el mundo hispánico en una tierra con cultura hispánica pero en que ha desaparecido el español de los colonizadores y ahora se está reemplazando este mismo por el llamado producto Made in Spain el Español como Lengua Extranjera (E/LE) del que fue gran paladín y misionera nuestra finada a la que no dudo en calificar como gallega universal.
Su universalidad se debe a su sentido de aventura, en el sentido orteguiano, de ser puente entre España y Filipinas. A estas islas arribó en 1959 tras licenciarse en Ciencias Exactas por la Complutense de Madrid. Nacida madrileña, pasó la infancia en Betanzos pero se hizo filipina, sin conseguir la nacionalidad de este país que ella adoptó y amó como propio con una entrega incondicional hasta el punto de hacerse un punto de referencia en esta tierra sobre todo en lo cultural.
Consagrada a la que muchos llamaban ‘sor’ e incluso ‘doctora’, cuando era solo una licenciada, insistía en que se la llamase simplemente ‘Maruxa’. Ni siquiera ‘señorita’ que es un diminutivo respetuoso pero cariñoso, que persiste en este archipiélago, pues a pesar de su bajeza no tenía nada de pequeña. ‘No soy religiosa, como bien sabes, Macario sino consagrada’. Le repliqué que en estas islas no se distingue entre las dos cosas, ni siquiera con la aparición de Vita Consecrata en 1994. Pero, esta mujer chica pero grande de espíritu que entró en la Institución Teresiana a los 17 años en pos de su hermana mayor Chita, no tenía los aires de superioridad de las religiosas o consagradas, algo común en este país levítico. Como dije era un titán que mereció galardones como la Medalla de Galicia en 2004, el Premio Teresa de Calcutta en 2011, el People´s Choice Award en 2012, Premio Especial para 100 Españoles en 2015.
Educadora innata, llegó a estas islas para colaborar en la fundación del Colegio Poveda de la Institución Teresiana en donde dio clases a tres de las hijas de la expresidenta Corazón Aquino (que eran hermanas del expresidente Benigno ‘Noynoy’ Aquino). De 1960 a 1973, en dicho colegio dio clases de Religión, Educación Física, Lengua Española y Matemáticas. A la vez fue profesora invitada de esta última asignatura en la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Santo Tomás de los dominicos.
De 1979 a 1993 fue la directora del Centro Cultural de la Embajada de España, el antecesor del actual Instituto Cervantes de Manila. Aquí se consolidó como puente entre la Madre España y la Hija Filipinas que ya perdió la lengua. Maruxa, a tenor de ello, fue la gran impulsora de la ‘reintroducción’ de la lengua española en estas islas. Ya no es la lengua colonial sino algo nuevo, que los expertos hoy en día llaman E/LE. Ella fue testigo y protagonista privilegiada en la transición metodológica de la pedagogía de la lengua española hacia el denominado método comunicativo en todas sus ramificaciones, incluso hasta el denominado enfoque en la tarea.

Sin ser especialista en lingüística, se inmoló para formar no solo a las nuevas generaciones de hablantes filipinos del español sino también del profesorado. A muchos ayudó a conseguir becas para profesores de español en España, en el Instituto Hispánico de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
A otros también ayudó a conseguir becas no para la finalidad señalada arriba sino para promover sus propios intereses académicos. Uno de ellos es el que suscribe estas líneas, a quien había dado cursos de literatura española y filhispana y de metodología de la enseñanza del español como lengua extranjera. Estos cursos fueron para profesores de españoles, ya con sus títulos académicos y al menos en vías de formación con la Maestría. Asistí a ellos siendo aún universitario, cuando yo estaba haciendo el tercer año de filosofía a la vez que me iniciaba formalmente en la lengua francesa en la Alliance Francaise cuyas dependencias se encontraban al otro lado de la misma calle. Me invitó a estos cursos con el ruego de que algún día ayudara en la conservación del patrimonio hispano en estas islas, sabiendo que yo era heredero del mismo por mi ascendencia a la vez ciudadano con un sentido agudo de nacionalismo en estas nuevas calendas para el filhispanismo.
En 1993 con el establecimiento del Instituto Cervantes de Manila ella colaboró generosamente en la transición no fácil. Pasó a ser la primera jefa de estudios. Una transición no fácil pero en la que colaboró dignamente.
Al llegar a la edad de la jubilación, fundó la Fundación Makabata en colaboración con algunos eclesiásticos y seglares. Era una fundación dedicada no solo a comedores para niños expuestos sino en darles clases especiales en las instalaciones del Colegio Poveda. En 2001, dicha fundación se trasladó a sus propias instalaciones y se abrió como un colegio para estos niños expuestos. Según una auditoría del Ministerio de Educación filipino el nivel del colegio es equiparable al de un colegio privado de Filipinos en términos de plan de estudios y en nivel de enseñanza. Todo eso, suponía mucho trabajo, muchos problemas como la violencia inherente en la condición social de los mismos niños, los retos económicos para sostener este trabajo digno, las tensiones con los padres de los mismos niños, la actitud negativa de la sociedad filipina hacia los niños expuestos denominados como ‘jóvenes criminales’ en los círculos más elites de los filipinos.
Con un tesón fuera de lo común, Maruxa Pita y su escuela de Makabata (para los niños) han navegado mares tumultuosos y han llegado a un puerto seguro que asegura la continuidad para un empeño noble. Su tenacidad, descrita por más de uno como ‘un manojo de nervios’, ha demostrado una fe teologal siempre vinculada a un sentido de misión, animado por un amor caritativo hacia los más pequeños. La ‘lola’ (abuela) Maruxa, como queda dicho, era una personalidad extraordinaria, un puente y una fuente formidable. Su personalidad estaba en estado constante de ebullición, con su sentido de humor típicamente gallego pero ‘tropicalizado’ tras años de estancia en estos tristes trópicos. Una vez comentó al que suscribe estas líneas: Pero, ¿cómo estás tan gordo? Yo le repliqué: La gula, Maruxa. La gula. Y se rio añadiendo: Es que se come muy bien aquí, ¿no?

Mucho más se puede decir de la amiga Maruxa: su bondad, su tenacidad, su entrega, su personalidad fuerte, su nerviosismo siempre a flor de piel pero solo quiero destacar una faceta. Cuando era directora del entonces Centro Cultural, ella tenía una colaboradora. Maruxa no llegó a ser la primera directora del Cervantes de Manila. Madrid tenía otros planes. Y era lógico porque era una nueva entidad que necesitaba nuevas cabezas, nuevos ánimos, nuevas estructuras. En su día, el Centro Cultural de la Embajada de España era moderno. Ahora la nueva entidad tenía que llegar a ser posmoderno, por así decirlo. De ahí, el nombramiento de un nuevo director, con su propia visión, con un carácter tan fuerte como el de Maruxa. Pues dicha colaboradora ‘traicionó’ a Maruxa quien quedó como jefa de la sección académica de dicho centro. Dicha colaboradora quería hacerle la pelota al nuevo director. Cuando les llegó la edad de jubilación tanto a Maruxa como a la colaboradora, esta se quedó en la calle. ¡Literalmente en la calle! Por unas malas gestiones, se quedó ‘desamparada’ pero la acogió Maruxa, dándole cobijo y trabajo en su nueva fundación Makabata.
Para mí, es esta la lección más grande que nos impartió la amiga Maruxa. Más allá de los cargos, de la vida pública, del papel diplomático de ser puente y ‘embajadora cultural’ de España en Filipinas, Maruxa fue todo un ejemplo en el perdón, en la vivencia cristiana.
Manuel Fraga la honró con la concesión del premio gallego. La reina doña Sofía la honró con una visita a su Fundación Makabata. Y ahora el Rey de los Reyes la honra con su premio merecidoen el cielo donde espero que siga velando por todos nosotros. Amén.

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