Vivir como resucitados desde el octavo día (y III) Monseñor Berzosa: "Es tiempo de creer y vivir que venimos del Amor y al Amor volveremos"

Corazón de Jesús
Corazón de Jesús

A la luz de Fernando Rieglo, metafísico y verdadero místico de nuestros días, redescubrimos el sentido de la creación como una verdadera obra de Amor de un Dios Trinitario"

"Creer y vivir que, en Jesucristo, se nos ha hecho patente un Dios co-sufriente y compañero de camino en este vivir histórico como resucitados, desde el octavo día"

"¡El Papa Francisco, como verdadero adelantado, está marcando las bases y señalando la brújula y la ruta!"

El profesor retó a sus alumnos con esta pregunta: “¿Existe Dios?... Y, si existe, ¿Dios creo todo lo que existe?”…

“Sí”, respondieron algunos alumnos.

Entonces, replicó el profesor desafiante: “Si Dios creo todo, entonces creo también el mal, porque el mal existe; en tal caso, tenemos que concluir que Dios no es tan bueno…”

Durante unos segundos, la clase se envolvió en silencio, hasta que un estudiante levantó la mano:

“Señor profesor, perdone que le haga esta pregunta: “¿Existe el frío?”
“Por supuesto, ¿acaso usted no lo experimenta?”…

El alumno respondió con voz clara y firme:

“Siento decirle, con todo respeto, que el frío no existe. Según las leyes de la física, que ud. nos ha enseñado, lo que consideramos frío es simplemente la ausencia de calor. Lo que existe verdaderamente es la energía. El frío es la ausencia absoluta de calor producido por la energía. El frío es un término para describir cuándo no existe calor”.

El alumno volvió a intervenir:

¿Existe la oscuridad?... La oscuridad no existe. Es simplemente la ausencia de luz. Incluso el prisma de Nichols descompone la luz blanca en los colores que la componen, con sus diversas longitudes de ondas. La oscuridad depende de la cantidad de luz que exista. Oscuridad, como frio, es un término para explicar la falta de luz”.

Einstein

Por último, el alumno preguntó:

¿Existe el mal? El mal no existe o, al menos, no existe por sí mismo. Es la ausencia del bien. Es también un término para describir la ausencia del bien en todas sus modalidades: mal físico, mal moral, mal social... Porque existe el bien, el mal es el resultado de la falta de dicho bien, como el frio sin calor o la oscuridad sin luz”.

El profesor, admirado, preguntó al alumno cuál era su nombre.

“Me llamo Albert Einstein”, señor.

Esta anécdota, sea auténtica o no, nos sirve para subrayar que, para los cristianos, todo lo que vivimos en enfermedad y salud, en las alegrías y en los sufrimientos, en la vida y en la muerte, lo debemos vivir experimentando el Octavo Día, la Resurrección de Jesucristo.

No podemos ver la existencia, pensar la existencia, sentir la existencia, hacer en nuestra existencia como si Jesucristo no hubiera resucitado. Él, con su Misterio Pascual, de muerte y de vida, ha marcado un antes y un después en la historia de la humanidad y para cada uno de nosotros.

¡Qué razón llevaba Fernando Rielo cuando definía y resumía su propia vida como un “dolor de amor”! ¡Él había palpado una evidencia: “Me creaste con un beso y con ese mismo beso he de morir”1! ¡Su experiencia es también la nuestra!

Fernando Rielo

A la luz de este metafísico y verdadero místico de nuestros días, redescubrimos el sentido de la creación como una verdadera obra de Amor de un Dios Trinitario. Y, ante la Bondad y Belleza de este Misterio Divino, no es verdad que el mal y el sufrimiento, la enfermedad y la muerte, sean “ozeós”, algo que ciega nuestra mente, ni un “ponerós”, o el triunfo de la negatividad; ni que tengamos que esperar a un supuesto transhumanismo/posthumanismo para vencer todo mal, enfermedad, y muerte2.

Ni siquiera tenemos que resignarnos y contentarnos con el razonamiento de que “el mundo es así, y de él tenemos que partir para dar razón y sentido al mal”.

Desde el Dios Trinitario, que han vuelto a poner en primer plano del foco de reflexión F. Rielo3, H. U. von Balthasar4, o la llamada “Teología Procesual-Trinitaria”5, el mundo creado en el que vivimos no es sólo “ser finito, limitado y cerrado”: es, siempre un ser+, una finitud infinita, un aparente sin-sentido pero con-sentido muy profundo.

Con un triple convencimiento: primero, que antes de todo mal, existía el Bien y el Amor que crean; segundo, que todo va encaminado hacia un sentido de plenitud, porque el futuro absoluto es del mismo Dios Trinidad-Creador-Redentor; y, tercero, que en Jesucristo, y por gracia en María-Virgen, tenemos la evidencia y la prueba del futuro que nos espera a todos y cada uno de nosotros y al cosmos creado en su conjunto: la Plenitud y la Vida para siempre.

El Padre del hijo pródigo
El Padre del hijo pródigo

¿Qué tenemos que hacer, entonces, mientras peregrinamos en la historia de la humanidad?...

Creer y vivir, al mismo tiempo, como criaturas, como hijos de un mismo Padre, como Carne del mismo Jesucristo, y como Templos Vivos del Espíritu.

Creer y vivir como gran familia humana, en comunión, donde todos somos hijos y hermanos de un mismo Padre-Dios y de un mismo Hermano-Jesucristo.

Creer y vivir buscando genuinas alternativa y soluciones verdaderamente humanas, con la Luz y fuerza del Espíritu, a todo mal que sufrimos: ayudados por la razón y por la técnica para los males físicos, y con la mediación de la sanación psico-espiritual de la razón y del Espíritu para los males psíquicos y morales.

Creer y vivir que venimos del Amor y al Amor volveremos; y que, cuando nos desviamos del Amor primigenio que llevamos inscrito en nuestro corazón y del que nadie nos puede separar, seguimos siendo redimidos a “precio de sangre por ese mismo Amor” que nos amó y nos ama hasta el extremo en Jesucristo.

Creer y vivir que, en Jesucristo, se nos ha hecho patente un Dios co-sufriente y compañero de camino en este vivir histórico como resucitados, desde el octavo día, asumiendo y dando sentido a las limitaciones y al sufrimiento.

Resurrección
Resurrección

El Papa Francisco, y los genuinos pastores del Pueblo de Dios, somos conscientes, en este momento histórico tan dramático, de una cuádruple misión, que es la misma del Señor Jesús: anunciar, como Profetas libres y comprometidos, la Buena Noticia del sentido de nuestras vidas; alentar la comunión y la fraternidad humana universales, acompañando y promoviendo sobre todo a los más necesitados; ayudar a sanar y curar toda enfermedad, toda herida, toda vejación y maltrato, en personas y en pueblos; y expulsar todo lo que, personal y colectivamente, sean estructuras de opresión, de pecado, de violencia o de necro filia.

Es tiempo, sí, de descubrir el origen y la naturaleza del Virus que nos azota, y producir vacunas y antivirus; es tiempo de sumar las mejores aportaciones de todos los colectivos sociales y de asumir responsabilidades. Es tiempo de una reconstrucción sanitaria, económica, social y cultural a nivel mundial… ¡Pero es tiempo, sobre todo y principalmente, de despertar, de anunciar, de comprometernos, y de seguir afianzando las bases de lo que, ya desde el Vaticano II, el Papa san Pablo VI venía reclamando: la nueva humanidad y civilización del Amor y de la Vida! ¡La Iglesia, en su visibilidad universal y local, tiene que ser anticipo y profecía de dicha nueva humanidad y civilización! ¡El Papa Francisco, como verdadero adelantado, está marcando las bases y señalando la brújula y la ruta!

¡Secundémosle, con la fuerza y la Sabiduría del Espíritu! ¡Vivamos ya desde el Octavo Día, desde el arte de vivir como Resucitados!

Resucitar es saberme vivo aquí y ahora
Resucitar es saberme vivo aquí y ahora


1 Cf. I. ORELLANA VILCHES, Fernando Rielo, fundador de los Misioneros y Misioneras Identes, DDB. Bilbao 2009.
2 Cf. R. BERZOSA, ¿De homínidos a posthumanos? Nuevos retos para la antropología cristiana, Fonte/Monte Carmelo, Burgos 2018.
3Cf. F. RIELO, Un diálogo a tres voces, Fundación Fernando Rielo, Madrid 2000; ID., Concepción mística de la antropología, Fundación Fernando Rielo, Madrid 2012; ID., Mis meditaciones desde el modelo genético, Funsación Fernando Rielo, Madrid 2001.
4 Cf. . H. U. Von BALTHASAR, Teológica. Verdad del mundo, Encuentro, Madrid 1997; G. MARCHESI, La cristología trinitaria di H. U. von Balthasar, Queriniana, Brescia 1997
5 Cf. G. BARBOUR, El encuentro entre ciencia y religión. ¿Rivales, desconocidas o compañeras de viaje?, Sal Terrae, Santander 2004; ID., Religión y ciencia, Trotta, Madrid 2004; D. EDWARDS, El Dios de la evolución. Una teología trinitaria, Sal Terrae, Santander 2006; ID., Aliento de vida. Una teología del Espíritu Creador, EVD, Esteñla 2008; A. PEACOCKE, Los caminos de la ciencia hacia Dios. El final de toda nuestra exploración, Sal Terrae, Santander 2008; J. POLKINGHORNE, Explorar la realidad. La interrelación de ciencia y religión, Sal Terrae, Santander 2005; ID., La obra del amor. La creación como kénosis, Verbo Divino, Estella 2008.

Raúl Berzosa
Raúl Berzosa

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