"Pretende una 'inversión de roles', como un adolescente grandote que no quiere tener padres que le digan nada" Müller miente, y lo sabe: Ha perdido los papeles

Müller
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"Este hombre no sabe leer, o es pura malicia. Para poder criticar primero tendría que aprender a interpretar textos. Lo mismo ocurre con todo lo que dice, porque ha perdido los papeles"

"Lo peor es que le dice al Cardenal Duka que no escuche al Papa ni al Prefecto sino que le escuche a él. Parece haber sobrepasado todos los límites de la soberbia"

"Pretende una 'inversión de roles', como un adolescente grandote que no quiere tener padres que le digan nada. Cálmese por favor"

"Agradezca que el Papa le permite esa libertad de declararle hereje o de declarar cismático a su Prefecto de Doctrina de la Fe, pero no pretenda que la suya sea una opinión autoritativa y deje de estar dando indicaciones a los  Obispos porque nadie le ha dado esa función"

En el punto 7 de sus “dubia” el cardenal Duka preguntaba  al Dicasterio para la Doctrina de la Fe si al discernimiento sobre la posibilidad de comulgar lo hacía la pareja o lo debía hacer cada uno de los dos. La respuesta es que debe hacerlo cada uno, no los dos juntos. Antes, en el punto 5, había explicado que se debe hacer con el acompañamiento de un sacerdote.

Sin embargo, qué dice Müller. Afirma: “Resulta que el mismo fiel decide sobre la posibilidad de recibir o no la absolución, y el sacerdote sólo tiene que aceptar esa decisión!”. Este hombre no sabe leer, o es pura malicia. Para poder criticar primero tendría que aprender a interpretar textos. ¿O los malinterpreta conscientemente y a posta? Lo mismo ocurre con todo lo que dice, porque ha perdido los papeles y nadie, en el mundillo teológico, se atreve a pararle los pies.

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Lo peor es que le dice al Cardenal Duka que no escuche al Papa ni al Prefecto sino que le escuche a él. Parece haber sobrepasado todos los límites de la soberbia. Que alguien le haga ver, por favor, que ya no es Prefecto de Doctrina de la Fe, que dejó de serlo hace años y que no puede ni debe asignarse las atribuciones propias del Papa. En realidad, con su postura pretende una “inversión de roles”, como un adolescente grandote y desobediente que no quiere escuchar ni hacer caso a los consejos de sus padres. Cálmese por favor, Eminencia, que le va a dar un parraque.

No es usted, cardenal Müller, el apagafuegos doctrinal de la Iglesia. Es sólo un miembro más de la institución y su opinión es una de tantas. Agradezca la bondad de Francisco. Agradezca que el Papa le permite, incluso, esa libertad de declararle hereje o de declarar cismático a su Prefecto de Doctrina de la Fe, pero no pretenda que la suya sea una opinión autoritativa y deje de estar dando indicaciones a los obispos, porque nadie le ha dado esa función. 

Como bautizados, le aconsejamos: búsquese un trabajo que le permita encauzar sus energías y no siga poniendo palos en las ruedas de las reformas necesarias y del proceso sinodal. ¿No ve que las huestes rigoristas le están utilizando de banderín de enganche, para atacar sin piedad al Papa reinante, al que usted prometió defender hasta con su sangre, si fuese necesario? ¿Cómo entiende y vive usted la comunión eclesial? Por favor, señor cardenal, no se deje utilizar, vuelva a la barca y siga remando mar adentro. Siempre, "cum Petro et sub Petro". Amén.

Gerhard Müller, en el CEU
Gerhard Müller, en el CEU

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