El prelado español recibió a Francisco en la catedral de Nur-Sultán Mumbiela, al Papa: "Queremos ser apóstoles de grandes sueños con los pies en la tierra y los ojos en los necesitados"

Mumbiela, en su saludo al Papa
Mumbiela, en su saludo al Papa

Santo Padre, que no se apague su sonrisa y su deseo de llevar la alegría del Evangelio al mundo entero

La mayoría de nosotros somos extranjeros, pero ya hay muchas y preciosas vocaciones locales, que son verdaderas joyas de esperanza para la Iglesia y nuestra sociedad

Hoy estamos reunidos aquí con algunos "mensajeros de la paz y la unidad" que ejercen su ministerio en varios países de Asia Central y otros países vecinos

Querido Santo Padre, ¡bienvenido! Te agradecemos mucho tu visita, pues sabemos que tu presencia en medio de nosotros será un bálsamo de esperanza para nuestros fieles, que te ven como el buen pastor que busca conducir a todos a los sabrosos pastos de Cristo.

Hoy estamos reunidos aquí con algunos "mensajeros de la paz y la unidad" que ejercen su ministerio en varios países de Asia Central y otros países vecinos.

Queremos recordaros y aseguraros que desde estas tierras os apoyamos con nuestras oraciones y nuestro ministerio, para que vuestra misión obtenga los frutos que el Señor desea para el mundo de hoy, para que vuestra voz y vuestras constantes llamadas a la fidelidad a Cristo, a la paz y al compromiso con la solidaridad responsable lleguen no sólo a las altas esferas del poder, sino también a las pequeñas luchas de las familias y de las pequeñas comunidades, y a todo corazón misionero. Y también pedimos por su salud.

Santo Padre, que no se apague su sonrisa y su deseo de llevar la alegría del Evangelio al mundo entero.
La mayoría de nosotros somos extranjeros, pero ya hay muchas y preciosas vocaciones locales, que son verdaderas joyas de esperanza para la Iglesia y nuestra sociedad.

Somos conscientes de la grandeza de nuestra vocación y misión a pesar de la aparente pequeñez de nuestras comunidades y de nuestros medios. Ya no es importante el que tiene mucho, sino el que, encontrando lo mejor, lo comparte con los demás, y entre ellos estamos nosotros.

Nos reconocemos sucesores de testigos heroicos en la evangelización de estas tierras, como el beato Vladislav Bukowinski (esperamos su pronta canonización) o la laica Gertrude Detzel (esperamos su pronta beatificación).

Padre Santo, esperamos tus palabras para ser apóstoles de grandes sueños con los pies en la tierra y los ojos en los necesitados, y te pedimos tu bendición.

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