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El servicio in(visible) de las religiosas mujeres
Un camino donde todos cabemos y todos contamos
“Nos ha nacido el Mesías, un Salvador que es Cristo el Señor” (Lc 2,11)
El pasado 9 de octubre, el Papa Francisco ha inaugurado un camino donde todos cabemos, todos contamos, y como en repetidas veces nos lo ha dicho, vamos en la misma barca. Debemos remar todos con el propósito de llegar juntos al mismo destino, el Reinado de Dios que se acerca. La pandemia nos ha dejado perplejos con los aislamientos, el cambio al momento de relacionarnos, y todo ello nos ha servido para darnos cuenta de que tan importante es el otro. La navidad sinodal es el amor entre los seres humanos, donde se mezcla el Yo y el Tú, y da como resultado un Nosotros, es el mesianismo que día a día construimos.
En una sociedad en que se nos ha vuelto costumbre vivir indiferentes, compitiendo por los primeros puestos, por los mejores sueldos, las mejores garantías y potestades llevando al olvido al otro; cobra sentido las palabras exhortativas del mismo Jesús: “quien quiera ser el primero que tome el último lugar y sea el servidor de todos” (Mc 9, 35). En este tiempo, vale la pena reflexionar con la familia de Nazaret que, es modelo de compasión en un mundo injusto; de acogida en un mundo que descarta, de tolerancia en un mundo polarizado por la rabia, el resentimiento y el rencor; de paz en un mundo violento. En la navidad encontramos a:
"Un niño pobre, una madre soltera, un padre adoptivo… quien ve su nacimiento es la escoria de la sociedad, los pastores. Lo presentan otras personas de otras religiones (magos, astrólogos). La familia tiene que huir y se han convertido en refugiados políticos. Luego vuelve a vivir en la periferia. La revolución, el cambio solo vendrá de los pobres, ¡sí! Solo de ellos puede venir la salvación" (Mons. Hélder Pessoa Câmara)
Se sigue encarnado Jesús en todas aquellas personas que esperan celebrar Noche Buena, donde nadie se acueste sin cenar, donde se pueda dormir con total tranquilidad, donde el trabajo sea valorado y dé para conseguir el pan, donde el niño pueda reír, el anciano hablar y el joven estar.
En esta navidad queda pedir al Espíritu de Dios, para que nuestra vida y nuestro corazón sea una cuna para recibir a Jesús, y que María, la que dio a luz al que futuramente seria nuestra luz encarnar en nosotros aquel que es Feliz Camino, Feliz Nacimiento, Feliz Navidad.
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