"Las plagas no dejan de tener sus propósitos de llamados" Pedro Aranda: "Todo indica volver al origen, rescatar la conciencia en un mundo febril"

La solidaridad en tiempos de coronavirus
La solidaridad en tiempos de coronavirus

"El Congreso del Futuro 2019 de Santiago – Chile convocó en un amplio espectro del mundo científico humanístico para respondernos “Qué especie queremos ser”, (qué sociedad, país queremos ser) ante las diversas complejidades que nos están acechando, a su vez por las disrupciones tecnológicas"

Los hechos son argumentos, son lenguaje para ser leídos, comprendidos entre las personas y sus realidades. Es insoslayable que todos venimos del útero del universo, de aquel Big Bang astronómico. “Somos hojas del mismo árbol, olas del mismo mar, flores del mismo jardín”.

Los humanos fueron la vertiente de algunas especies semejantes hasta perfilarse en una especie sobresaliente de establecer diversas relaciones con sus realidades y evolucionar en cooperaciones mutuas. 

El Dr en Biología Humberto Maturana fundamentó la vida como redes de coordinaciones de coordinaciones… y el Dr Yubal Harari en Historia de la humanidad, en su libro “De animales a dioses”, establece que la evolución humana se asienta en la capacidad de los humanos de retro alimentarse en las complementaciones de sus quehaceres.

En el año 2002 se realizó en México un magno simposio mundial de Recursos Humanos y su llamado fue “Regreso a la persona”, como advirtiendo y denunciando una deshumanización de la vida. Nuestro aporte agregaba “Volver a la morada”, es decir rescatar la conciencia en un mundo febril. Hace cinco años el evento se trasladó a Chile con su llamado “Volver al origen”.  

Humanidad y riesgo ante el coronavirus
Humanidad y riesgo ante el coronavirus

El Congreso del Futuro 2019 de Santiago – Chile convocó en un amplio espectro del mundo científico humanístico para respondernos “Qué especie queremos ser”, (qué sociedad, país queremos ser) ante las diversas complejidades que nos están acechando, a su vez por las disrupciones tecnológicas. La acumulación de tensiones sociales con los inclementes cambios climáticos... Hemos convertido nuestra casa común en una estresadísima convivencia.

La vida protagoniza la existencia en nuestro planeta, los peces se deslizan en las profundidades de los mares sin admirar el agua que los vivifica, los humanos, al parecer por los hechos que vivimos, no nos percatamos de que la vida que nos inunda tiene su propia inteligibildad y cuando la contaminamos se resiente y nos abandona a nuestros propios males. Las plagas no dejan de tener sus propósitos de llamados a los humanos que somos limitados, tan endebles como hojas al viento. 

El cúmulo del depredador comportamiento humano ahora asume la invasión del virus más aterrador que los anteriores pues no sólo ha desestabilizado todos los poderes conquistados, nos disgregó, sino a su vez nos deja una categórica misión: reinventar la vida acorde a lo que ella misma es. Su sangre, su savia, sus mares llegan a todas las células cual Bien Común que es; el respeto a todo lo viviente, el amor sin fronteras, su virtud de servir inagotablemente. Somos engendrados por la vida y por ella somos fraternos, la vida plena de sentido fluirá en su concierto de armonías.

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