¿Para desvincular a la Virgen de Guadalupe, la Comunidad celebrará su festividad en una fecha sangrienta? Religión y política (en Extremadura)

Represión franquista en Badajoz
Represión franquista en Badajoz

"Todavía, pese a todos los pesares, la figura de los obispos de sus diócesis no les resulta tanto social como religiosamente desapercibida o extraña"

"Así las cosas, acontecerá una vez más, que el pueblo tenga que enterarse por los medios de comunicación al uso, de que ya no tienen obispos y de que les fueron nombrados otros para substituirles"

"Y en este contexto histórico, político-partidista, determinados socios o consocios, promocionan la idea de que la 'fiesta oficial' de la Comunidad de Extremadura no coincida con la de la Virgen de Guadalupe. Apuestan nada menos que por la dramática referencia al día 14 de agosto del año 1936 en el que, en la plaza de toros de Badajoz se registró una de las barbaridades más sangrientas de la historia de España y de las 'Cruzadas'"

"¿Sería mucho pedir que al episcopable arzobispo de Mérida-Badajoz le exigiera el pueblo, para su aceptación como tal, que reivindicara para la Comunidad de la Provincia Eclesiástica, el patronazgo de la Virgen de Guadalupe?"

Todavía, pese a todos los pesares, no solo para los clérigos y laicos, sino para cualquier avecindado y contribuyente de las demarcaciones autonómicas de España, la figura de los obispos de sus diócesis no les resulta tanto social como religiosamente desapercibida o extraña. Es explicable que en mayor proporción sean “los católicos, apostólicos y romanos de toda la vida “, los más interesados en estos menesteres, “por exigencias de la fe que proclaman y profesan”.

Así las cosas, acontecerá una vez más no solo en Extremadura sino en cualquier otra Comunidad Autónoma y “Provincias Eclesiásticas”, que a sus moradores les llegue la noticia de que, por las circunstancias canónicas que sean, el pueblo tenga que enterarse por los medios de comunicación al uso, de que ya no tienen obispos y de que les fueron nombrados otros para substituirles. En la redacción de la noticia “oficial” se hacen presentes el Espíritu Santo, el papa, la CEE., y todo ello firmado, confirmado y signado con la fórmula inapelable de ser “esta y no otra, la suprema voluntad de Dios”.

"A estas alturas de la renovación y concienciación del sentido eclesial, con supuestos y pretensiones sinodales, tal sistema dedocrático de los nombramientos episcopales no es de recibo. Además de anacrónico y periclitado, no es evangélico ni 'franciscano'"

A estas alturas de la renovación y concienciación del sentido eclesial, con supuestos y pretensiones sinodales, tal sistema dedocrático de los nombramientos episcopales no es de recibo. Además de anacrónico y periclitado, no es evangélico ni “franciscano”. Al pueblo de Dios -fieles e infieles- no se le puede sorprender con noticias en cuya elaboración y esencia no hayan participado de alguna y definitiva manera, quienes serán los beneficiarios de la pastoral y del ministerio que identifican y justifican la persona del “obispo”, comenzando por su propia e íntima etimología.

Al pueblo-pueblo, más al de la Iglesia, no se le puede relegar y echar en olvido a la hora de serle encomendada misión de tanta relevancia en la teología y en la pastoral de la institución episcopal.

La democracia-tan recomendada por la misma Iglesia en tantas otras esferas y para los de afuera, habrá de ser enseñada y practicada, consciente y constructivamente, por ella misma y sus más allegados. Sin el convencimiento y praxis, de quien fuera nombrado para recomendar e instar a esta “función”-ministerio, de “epíscopo”, ella difícilmente será efectiva ni querida por Dios, aun siendo de tanta urgencia y necesidad hoy en la Iglesia.

"Al pueblo-pueblo, más al de la Iglesia, no se le puede relegar y echar en olvido a la hora de serle encomendada misión de tanta relevancia en la teología y en la pastoral de la institución episcopal"

Cardenal Aguiar y la Virgen española de Guadalupe
Cardenal Aguiar y la Virgen española de Guadalupe

Y en el marco pastoral de Extremadura urgen mencionar y potenciar la acción que encarnen sus episcopables para afrontar el tema del avecindamiento total, y con todas sus consecuencias- también las administrativas y económicas- (junto con el santuario y patronazgo) de la Virgen de Guadalupe, hoy perteneciente a la diócesis “primada” de Toledo. Se trata de un caso único en el orbe católico y al que no pocos, con la más superficial y somera de las intenciones propias de la incultura “religiosa”, se le achacan la larga y dolorosa letanía de desgracias sociales, económicas y apátridas, que cercan esta Comunidad -todavía sin AVE y con trenes destartalados. Son muchos y muy serios los riesgos de tener que tacharla del mapa constitucional de las 17 Comunidades Autónomas, la que lleva el misterioso nombre de las tierras de la región existente “más allá del Duero” de los tiempos, de la política y de la teología de la Reconquista.

Sí, a la Virgen de Guadalupe, por motivos puramente administrativos y económicos, y prescindiendo de la Iglesia “oficial” – Roma, la CEE y los propios obispos que colonizan las tres diócesis extremeñas en la actualidad, habrá que pensar en substituirla “por otra advocación o referencia a algún hecho o acontecimiento cuyo recuerdo ejerza mayor influencia y beneficio para el pueblo- pueblo, hoy y en el futuro, en beneficio del mismo”.

Y en este contexto histórico, político-partidista, determinados socios o consocios, propalan y promocionan la idea de que la “fiesta oficial” de la Comunidad de Extremadura no coincida con la de la Virgen de Guadalupe, sino que apuestan nada menos que por la dramática referencia al día 14 de agosto del año 1936 en el que, en la plaza de toros de Badajoz se registró una de las barbaridades más sangrientas de la historia de España y de las “Cruzadas”

¿Sería mucho pedir que al episcopable arzobispo de Mérida-Badajoz le exigiera el pueblo, para su aceptación como tal, que reivindicara para la Comunidad de la Provincia Eclesiástica, el patronazgo de la Virgen de Guadalupe? ¿Es -será- esta, por fin y sin formulismos odiosamente diplomáticos, la definitiva intención del Nuncio de SS.?

Y, por ahora, dejo señera constancia de estas dos preguntas preocupantemente “extremeñas. ¿Qué se hará con el aparatoso complejo religioso dedicado a Buda, a erigir en el corazón de la Comunidad? ¿Cómo habrán de llamarse y tratarse de aquí en adelante a los “santos” conquistadores y “evangelizadores” extremeños, de las tierras entonces recién descubiertas, “indias”, hispanoamericanas y más?

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