"Gaza se ha convertido en el escenario del sufrimiento humano más desgarrador de nuestro tiempo" Religiones y culturas se unen en el Instituto Cervantes contra el genocidio en Gaza

"Alzamos nuestras voces como una sola. Las alzamos porque el sufrimiento de la población palestina es insoportable. Las alzamos porque en Gaza, con cada día que pasa, algo esencial de nuestra humanidad se desmorona"
"Con cada niña y cada niño muertos, con cada madre que llora sin fuerzas, con cada familia sepultada bajo los escombros, algo de nosotros también desaparece. En el futuro no podremos decir que no lo vimos venir"
En un acto marcado por la emoción y el compromiso ético, ayer lunes 6 de octubre a las 19:00 horas, el Instituto Cervantes de Madrid abrió sus puertas para acoger el encuentro “Religiones y Culturas unidas contra el genocidio en Gaza”, una convocatoria ciudadana que reunió a voces espirituales, culturales y sociales para denunciar la violencia y reclamar paz y justicia.
El evento, celebrado en la sede de la institución (C/ Alcalá 49), congregó a un público diverso, creyente y no creyente, unido por un mismo propósito: no permanecer en silencio ante el sufrimiento del pueblo palestino.
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Durante la primera parte del encuentro intervinieron seis representantes de distintas tradiciones religiosas y comunitarias, quienes ofrecieron un testimonio plural y unánime en defensa de la dignidad humana:
- Juan José Tamayo, Secretario General de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII
- Esther Ruiz, Iglesia Evangélica Española
- Yusuf Fernández, Comunidad Islámica
- Simona Perfetti, Comunidad Budista
- Liliana Córdova, Red Internacional Judía Antisionista
- José Antonio Vázquez, Grupo Espiritualidad y Derechos Humanos Podemos

Cada intervención fue un llamado ético a la conciencia colectiva, subrayando la urgencia de nombrar la injusticia y de tender puentes entre culturas y religiones como herramientas para la transformación social. El acto recordó que la paz verdadera no nace de la indiferencia, sino de la valentía de denunciar la barbarie y de la esperanza compartida de quienes creen que la dignidad humana no reconoce fronteras ni credos.
La parte final del encuentro estuvo cargada de profundidad simbólica y emoción. La actriz y poeta Isabel Ordaz ofreció una lectura sentida de una poesía de una autora palestina, dando voz poética al dolor y la resistencia de un pueblo herido.
Posteriormente, Natalia Millán, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, fue la encargada de leer el manifiesto final “Religiones y culturas contra el genocidio en Gaza”, un texto que sintetiza el espíritu del encuentro y llama a la acción ética y ciudadana frente a la tragedia humanitaria que vive el pueblo palestino. El Instituto Cervantes se convirtió, por una noche, en un espacio de convergencia espiritual y ciudadana donde la palabra y el silencio se hicieron resistencia y memoria.

Manifiesto Religiones y Culturas contra el genocidio en Gaza
Alzamos nuestras voces como una sola. Las alzamos porque el sufrimiento de la población palestina es insoportable. Las alzamos porque en Gaza, con cada día que pasa, algo esencial de nuestra humanidad se desmorona.
Nos dirigimos a los gobiernos, a líderes políticos, a las instituciones internacionales, a los medios de comunicación, a las organizaciones de la sociedad civil y, sobre todo, a todas las personas que aún no han renunciado a su conciencia ni a su capacidad de indignarse ante los actos de barbarie, ante las decenas de miles de asesinatos que el actual gobierno y el ejército de Israel están cometiendo en Gaza.
Condenamos los criminales atentados del 7 de octubre del 2023 y exigimos la liberación de todos los rehenes. También afirmamos que la actual campaña de destrucción y muerte emprendida por el Estado de Israel no comenzó en esa fecha: es la expresión más brutal de una política de ocupación, colonización y apartheid que lleva décadas gestándose y ejecutándose. No se puede aislar el presente de esa historia.
Gaza se ha convertido en el escenario del sufrimiento humano más desgarrador de nuestro tiempo. Es hoy un símbolo brutal del dolor y de la injusticia. El lenguaje ya no alcanza para nombrar este infierno. Prácticamente toda la población de Gaza vive desplazada y asediada, sin un lugar seguro donde refugiarse; más de la mitad son menores de edad.

Como consecuencia del asedio total impuesto por las autoridades israelíes, el 100 % de la población de Gaza corre ahora riesgo de hambruna, según Naciones Unidas. La infancia está siendo golpeada con una crueldad insoportable.La protección especial que el Derecho Internacional Humanitario otorga a la infancia no se ha cumplido: han sido asesinados, mutilados, cercados por el hambre y el miedo.
Los ataques contra la población civil, la destrucción de infraestructuras esenciales, la obstrucción sistemática de la acción humanitaria, la privación deliberada de agua y comida y el desplazamiento forzoso constituyen graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario, son muestras de una acción genocida consciente por parte del gobierno de Israel, con la complicidad de muchos países occidentales.
A esta devastación se suma un modelo de ayuda impuesto por el Gobierno de Israel que excluye a Naciones Unidas y a las principales agencias humanitarias, fragmentando y politizando la asistencia, militarizándola y utilizándola como arma de sometimiento. Miles de personas han sido asesinadas o heridas en puntos de ayuda militarizados, atacadas por el ejército israelí.
Mientras tanto, el mundo observa y no hace nada efectivo. Gobiernos que se proclaman democráticos guardan silencio, se limitan a actos simbólicos o apoyan la masacre. Medios de comunicación que deberían informar con rigor evitan nombrar el genocidio y llegan a apoyar a sus perpetradores. Instituciones que nacieron para proteger la dignidad humana permanecen paralizadas.
Con cada niña y cada niño muertos, con cada madre que llora sin fuerzas, con cada familia sepultada bajo los escombros, algo de nosotros también desaparece. En el futuro no podremos decir que no lo vimos venir. La protección es un derecho y una obligación legal. La historia no juzgará lo que dijimos, sino lo que hicimos —o no hicimos—. Lo que ocurre ha alcanzado proporciones escandalosas de genocidio histórico. Desde los principios éticos, jurídicos, espirituales y humanistas más elementales, condenamos sin paliativos esta barbarie y exigimos responsabilidades.
Elevamos nuestra voz como lo hicieron los profetas bíblicos, coránicos y los de cualquier tradición, como lo hacen hoy todas las personas de buena voluntad —cristianas, musulmanas, judías, budistas, creyentes y no creyentes—, convencidas de que la dignidad del prójimo es sagrada
Elevamos nuestra voz como lo hicieron los profetas bíblicos, coránicos y los de cualquier tradición, como lo hacen hoy todas las personas de buena voluntad —cristianas, musulmanas, judías, budistas, creyentes y no creyentes—, convencidas de que la dignidad del prójimo es sagrada.
Reclamamos ala Comunidad Internacional, a la Unión Europea y al Gobierno español:
- El cese inmediato de los bombardeos y la violencia del ejército israelí contra Gaza y el pueblo palestino.
- La protección efectiva de la población civil, conforme al Derecho Internacional Humanitario por todos los medios necesarios.
- La apertura total y sostenida de todos los pasos fronterizos para permitir la entrada masiva y sin condiciones de ayuda humanitaria.
- El respeto pleno del mandato de UNRWA y de todas las agencias humanitarias.
- El fin de los castigos colectivos, del uso del hambre y del desplazamiento forzado como armas de guerra.
- La rescisión del Acuerdo de Asociación UE–Israel, por incumplimiento flagrante de derechos humanos.
- La ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno genocida de Israel.
- El establecimiento de sanciones económicas contra Israel y contra las empresas que estén colaborando y lucrándose del sufrimiento de la población palestina.
- La exclusión de Israel de toda competición y evento internacional.
- Un embargo total que prohíba el tráfico de armas por tierra, mar y aire en dirección a Israel, incluyendo el tráfico que se realiza a través de las bases americanas en nuestro suelo.
- Un verdadero plan de paz que suponga el reconocimiento del derecho de autodeterminación del pueblo palestino y la desaparición del régimen colonial y de apartheid al que se ve sometido.
- La liberación inmediata de los miembros de la Global Sumud Flotilla secuestrados por Israel en aguas internacionales, violando el Derecho internacional.
Que llene el mundo el clamor de todas las religiones, culturas y pueblos por una paz justa y duradera en una Palestina libre
Hoy, aquí, en el corazón de Madrid, reafirmamos solemnemente que la causa del pueblo palestino es también la causa de toda la humanidad. No es un conflicto lejano: es una herida abierta en la conciencia común.
Hoy, aquí, religiones y culturas invitamos a toda la población a seguir movilizándose, a no parar de realizar acciones y movilizaciones para pedir a nuestros gobiernos la paz y una verdadera protección de los Derechos Humanos en Gazaasí comouna condena efectiva del gobierno de Israel, que debe responder de sus crímenes contra la humanidad. Que llene el mundo el clamor de todas las religiones, culturas y pueblos por una paz justa y duradera en una Palestina libre.
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