Consejos vendo, que para mí no tengo: la historia de los curas Casado y Vez y el autoritarismo episcopal en Cádiz Rígido con los curas, laxo consigo mismo: el doble rasero del obispo Zornoza

Rafael Vez y Antonio Casado
Rafael Vez y Antonio Casado

"El doble rasero resume a la perfección el drama que sufren quienes intentan levantar la voz en la Iglesia gaditana: 'consejos vendo, que para mí no tengo'"

"Tanto Antonio Casado como Rafael Vez Palomino fueron objeto de procesos canónicos ejemplarizantes, suspensiones cautelares interminables y difamaciones públicas promovidas directamente por Zornoza"

"Mientras, a día de hoy, los dos sacerdotes permanecen suspendidos y sometidos a un trato humillante, el obispo se ha aferrado al cargo, manteniendo visibilidad pública y actividad ministerial incluso tras ser señalado por presuntos delitos de pederastia"

Durante años, Religion Digital ha documentado con detalle el calvario padecido por los sacerdotes Antonio Casado y Rafael Vez Palomino bajo el gobierno férreo de Rafael Zornoza, actual obispo de Cádiz y Ceuta, ahora encausado y bajo investigación vaticana por pederastia.

Todos los testimonios recabados y los análisis publicados describen a un prelado tan rígido, autoritario y vengativo con sus propios sacerdotes discrepantes como laxo, opaco y autocomplaciente consigo mismo ante denuncias graves. El doble rasero resume a la perfección el drama que sufren quienes intentan levantar la voz en la Iglesia gaditana: “consejos vendo, que para mí no tengo”.

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Zornoza y el Nuncio

Según hemos ido informando en Religion Digital durante todos estos años, tanto Antonio Casado como Rafael Vez Palomino fueron objeto de procesos canónicos ejemplarizantes, suspensiones cautelares interminables y difamaciones públicas promovidas directamente por Zornoza.

Los documentos publicados recogen cómo “el gobierno episcopal de Zornoza ha sido objeto de críticas internas por su estilo autoritario y su falta de transparencia”, reprimiendo cualquier disidencia y marginando a los sacerdotes que denunciaron presuntas irregularidades, abusos de poder y omisiones graves en la gestión diocesana.

Especialmente sangrante es el contraste entre la dureza implacable con la que Zornoza actuó con estos clérigos –suspendiéndoles por motivos administrativos, morales o disciplinarios sin pruebas concluyentes y manteniendo las sanciones por años– y la indulgencia autoaplicada en casos que tocan a su esfera personal.

Mientras, a día de hoy, los dos sacerdotes permanecen suspendidos y sometidos a un trato humillante, el obispo se ha aferrado al cargo, manteniendo visibilidad pública y actividad ministerial incluso tras ser señalado por presuntos delitos de pederastia y manipulación de menores, limitándose a declaraciones genéricas de confianza en la justicia y el “respeto a la presunción de inocencia”. Al tiempo que, sin respetar el proceso judicial abierto, el comunicado de la diócesis habla de acusaciones “falsas”. ¿Queriendo condicionar el tribunal de la Rotade Madrid, que es el que está sustanciando el proceso?

Manifestación a favor de Rafael Vez

Los artículos y cartas abiertas publicadas en RD relatan que tanto Casado como Vez Palomino solo pidieron verdad, transparencia y justicia, pero encontraron la puerta cerrada y la represalia como respuesta.

El caso de Zornoza –puestos en paralelo los dos comportamientos– se convierte así en símbolo de una jerarquía eclesial que impone el rigor para abajo y la indulgencia para arriba, dañando gravemente la credibilidad de la Iglesia y ampliando la herida abierta entre el clero y los fieles.

En definitiva, el caso Zornoza, relatado a través del sufrimiento extremo de Casado y Vez Palomino, demuestra las consecuencias devastadoras de un sistema donde la autoridad se ejerce sin límites con los débiles y con suma condescendencia con uno mismo.

Religion Digital ha insistido una y otra vez: mientras se mantiene esta “cultura del silencio, la venganza y el encubrimiento”, la Iglesia no solo pierde justicia interna, sino también dignidad, credibilidad y la poca confianza que le queda ante la sociedad. La paradoja es clara: el mismo prelado que predicaba la disciplina y el castigo ha resultado ser ejemplo de autocomplacencia y falta de autocrítica cuando los focos apuntan hacia él.

Antonio Casado, Rafael Vez y otros dos sacerdotes
Antonio Casado, Rafael Vez y otros dos sacerdotes

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