Intervención del diputado italiano en el evento de Pax Romanax Cristia Stefano Ceccanti: "Francisco intenta volver a proponer las aperturas del Concilio"

El catolicismo democrático fue protagonista de la tercera ola democrática, como recuerda Samuel Huntington. Pensemos en figuras como Ruiz Giménez, Pintasilgo, Mazowiecky. Era la ola del Concilio Vaticano II, que a su vez se había inspirado en la experiencia estadounidense tras la victoria de Kennedy y en las democracias cristianas europeas. Libertad religiosa y no solo tolerancia, protagonismo de los laicos católicos, opción preferencial por la democracia (no solo elecciones, sino también garantía de derechos y separación de poderes, tribunales constitucionales para limitar mayorías y compartir la soberanía a un nivel superior, por ejemplo con la Unión Europea).

2. Luego vinieron años de regresión, de cierre defensivo y clerical: la restricción de la enseñanza social a temas limitados, casi solo al aborto visto en el contexto del derecho penal más que en la prevención y las políticas sociales; recentralización interna que ha comprimido la autonomía laical que se ha expresado, por ejemplo, con la idea de negar la comunión hacia quienes no compartían las mediaciones consideradas más justas (porque no es verdad que en política no se negocie, siempre negociamos, el problema es quién lo hace y quién pone los límites). Pero entonces la iglesia se convirtió en parte del problema y no en parte de la solución. En la lógica limitante y limitada, la democracia es buena solo si acepta su propia opción sobre el tema elegido, retrocede a un valor táctico. Desde Gaudium et Spes se sale hacia atrás apoyando a los caminantes de Capitol Hill. De Murray a Viganò.

3. Ha habido un cambio de tendencia con el Papa Francisco, que intenta volver a proponer las aperturas conciliares de nuevas formas, pero hay mucho que recuperar para ser parte de la solución y no del problema. La victoria de Biden agregó un elemento de armonía y esperanza a esto. Es una cuña de la esperanza.