"La libertad religiosa no existe en Nicaragua, como tampoco está vigente la libertad de expresión" Tojeira: "La consigna es aterrorizar al pueblo nicaragüense golpeando a la organización de la sociedad más fuerte numérica y moralmente del país"

Iglesia de Nicaragua
Iglesia de Nicaragua

"El régimen de Ortega-Murillo ha prohibido en la diócesis de Matagalpa que los sacerdotes mencionen el nombre del obispo Rolando Álvarez en la plegaria eucarística"

"Con un estilo de detención más parecido al de un secuestro o a una desaparición que al resultado de un procedimiento legal: no hay información de por qué se les detiene y no se sabe a dónde los llevan, al menos durante los primeros días de detención"

"En enero se desatará nuevamente el robo y rapiña de propiedades de la Iglesia, especialmente de los colegios católicos"

"Unos terrenos propiedad de la UCA, la universidad jesuita confiscada por el gobierno, ya han sido vendidos a amigos del régimen"

El tiempo de paz navideño contrasta siempre con las guerras y la brutalidad que no se detienen en muchos países. Si recibir el don de la paz es propio de la Navidad, también debe ser parte de nuestra respuesta trabajar a favor de ella. Recordar a países sumidos en una represión irracional como Nicaragua, es parte de nuestra responsabilidad.

En estos días postnavideños me llega la noticia de que el régimen de Ortega-Murillo ha prohibido en la diócesis de Matagalpa que los sacerdotes mencionen el nombre del obispo Rolando Álvarez en la plegaria eucarística. Dan seguimiento a los sacerdotes, los amenazan y cuando en la Misa llegan a la parte que dice “Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo Rolando...” deben suprimir las tres últimas palabras.

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Las detenciones sin motivo a sacerdotes, seminaristas y un nuevo obispo, han vuelto a acelerarse. El vicario general de la archidiócesis de Managua y otros tres sacerdotes fueron detenidos en los días posteriores a Navidad. Con un estilo de detención más parecido al de un secuestro o a una desaparición que al resultado de un procedimiento legal: no hay información de por qué se les detiene y no se sabe a dónde los llevan, al menos durante los primeros días de detención.

Además están pidiendo en algunas diócesis la lista de laicos que en cada parroquia pertenecen a las diferentes pastorales. Especialmente de quienes trabajan en pastoral social o familiar. Aterrorizar al pueblo nicaragüense golpeando a la organización de la sociedad civil y religiosa más fuerte numérica y moralmente en el país parece ser la consigna.

Según algunos, en enero se desatará nuevamente el robo y rapiña de propiedades de la Iglesia, especialmente de los colegios católicos. La libertad religiosa no existe en Nicaragua, como tampoco está vigente la libertad de expresión. Tener una opinión distinta de Ortega y Murillo, y sobre todo expresarla, se cataloga como traición a la patria y conlleva la pérdida de la ciudadanía, la expulsión del país o la condena a cárcel por décadas.

Nicaragua está en crisis. Los círculos del poder se estrechan. Aunque quedan más de dos años para las próximas elecciones presidenciales, la mala salud de Ortega, las ambiciones de su esposa y vicepresidenta, el deseo de crear una especie de régimen hereditario, el fuerte control de la policía, el ejército y el sistema judicial del que goza el matrimonio presidencial, junto con la violación sistemática de derechos básicos, crean una situación oscura y dolorosa.

UCA de Nicaragua
UCA de Nicaragua

Tanto la migración como el exilio se han multiplicado. La corrupción gubernamental crece en este ambiente y carece absolutamente de control. Unos terrenos propiedad de la UCA, la universidad jesuita confiscada por el gobierno, ya han sido vendidos a amigos del régimen. En este ambiente de encierro y destierro las Iglesias resisten, aún desde el silencio, y eso las convierte en objetivos de la represión.

Si bien la situación es brutalmente opresiva, el sandinismo de Ortega-Murillo ha diseñado un tipo de represión que de momento evita el homicidio cometido desde el Estado. Mataron personas cuando había manifestaciones en 2018. Hoy quieren silenciar voces sin llegar al asesinato. Tal vez por eso la comunidad internacional, demasiado afectada por las guerras, olvida la situación de Nicaragua.

Pero más allá de que no haya muertes tan frecuentes como en las guerras, la situación de opresión es tan dura que en algún momento los estallidos sociales sobrevendrán, causarán muerte, dolor y luto, y harán más difícil la recuperación de un país con problemas graves en el terreno del desarrollo.

Ser solidarios con la Iglesia Católica y otras iglesias presionando ahora a la dictadura es evitar mayores males en el futuro. No es justo dejar a un país sufriendo hasta que las cosas revienten en sangre y violencia. El terrorismo de estado mantiene en estado de tensión a la gente y no augura nada bueno.

Solidarizarse ahora con las iglesias y la sociedad civil es la única manera que tienen tanto la comunidad internacional como las instituciones religiosas para no lamentar después el futuro de la pobre Nicaragua. Lamentos que si hoy hay inacción, cargarían con esa dosis de hipocresía que acaban manejando siempre los que no fueron capaces o no quisieron advertir a tiempo la deshumanización de las situaciones opresivas.

Nicaragua
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