José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante Félix Azurmendi: "José Ignacio Munilla carece de la capacidad de escucha y acompañamiento que ha de caracterizar al pastor"

Munilla
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"Alegría desbordante es lo que he podido constatar en muchos creyentes Guipuzcoanos al conocer la noticia, hace años esperada, del traslado del Obispo Munilla a la Diócesis de Orihuela-Alicante"

"Creo que Jose Ignacio Munilla no es un 'pastor'. Puede ser el líder de un movimiento. Lo es. Pero no un pastor. Ha sido pastor de 'parte'"

"Lo advertí en su debido momento a quien debía decírselo y se lo dije a él: carece de la capacidad de escucha y acompañamiento que ha de caracterizar al pastor"

"Espero un obispo que escuche y camine con nosotros. Espero que quienes tiene esta responsabilidad acierten"

Alegría desbordante es lo que he podido constatar en muchos creyentes Guipuzcoanos al conocer la noticia, hace años esperada, del traslado del Obispo Munilla a la Diócesis de Orihuela-Alicante. Yo comparto esa alegría. No quiero ser desagradable en este momento y decir aquí todas las razones que me llevan a vivir con alegría este nombramiento.

Creo que Jose Ignacio Munilla no es un “pastor”. Puede ser el líder de un movimiento. Lo es. Pero no un pastor. Ha sido pastor de “parte”. Se lo he dicho a él personalmente, cuando me acusó, en una entrevista, de “no haber querido querer” aceptarle como obispo. Y tiene razón. Lo advertí en su debido momento a quien debía decírselo y se lo dije a él: carece de la capacidad de escucha y acompañamiento que ha de caracterizar al pastor. Francisco es un modelo de pastor. Munilla, no. Lo siento.

Munilla
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No pocas veces se escoge a los obispos como resultado de una estrategia diseñada en despachos y de presiones de poder. Así no son el resultado de la escucha realizada en una consulta al Pueblo de Dios de la Diócesis correspondiente. Por ello me producen pena y preocupación los obispos elegidos así. Resultan obispos “de parte”. Imponen su ideología. No escuchan, no caminan con el pueblo que se les ha confiado. Lo de Munilla ha sido así, aunque las palabras “lo doren” todo y quieran hacer ver lo que no ha existido.

El momento eclesial necesita otros obispos. Por ello mi alegría al saber que Munilla es un obispo en salida de la Diócesis de San Sebastián. Pero miro con preocupación el futuro. Nuestra Diócesis está “destrozada”. Necesitamos un verdadero pastor que sepa tejer comunión, ilusión, fraternidad sinodal, al servicio del Evangelio. Espero un obispo que escuche y camine con nosotros. Espero que quienes tiene esta responsabilidad acierten.

No quiero dejar de decir que, para mí, uno de los momentos más tristes de estos años ha sido el trato público injusto, irreparable, infligido por el obispo Munilla al presbítero D. Juan Cruz Mendizabal, sin razones proporcionales que lo justificaran.

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Roguemos a Dios que estos años en Donostia hayan podido permitir a Jose Ignacio Munilla el aprendizaje de la humildad, el dialogo y la escucha, para que acierte en su nueva Diócesis.

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