"Las guerras jamás podrán ser etiquetadas de 'religiosas'" 'Kirill'-Cirilo, el archimandrita anticristo

Kirill, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa
Kirill, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa

"Religión e Iglesias inspiran teologías y comportamientos carentes de ética, de sentido común, y sobrados de 'dignidad o dignidades', de poderíos influencias decisivas en esta vida y hasta en la otra"

"Hay que dejar clara constancia de que en la redacción fundacional de las tres grandes Religiones sus inspiradores dejaron bien patente que el amor, la clemencia, el servicio al prójimo y al más desvalido, el culto al Dios verdadero, la misericordia… habrían de ser referencias nítidas de comportamientos de vida de todos sus adeptos"

"El problema es grave. Muy grave. Los representantes de Dios han llegado a interpretárnoslo como 'desdiosado'. Dios, el Dios verdadero, ni siempre ni mucho menos, es el Dios de los Libros Sagrados"

Las guerras jamás podrán ser etiquetadas de 'religiosas'. Quienes actúan así en su nombre y como sus representantes 'oficiales', jamás podrán hacerlo mínimamente presente, lo que explica la paganización ritual a la que son sometidos

Justifica sobrada y dramáticamente la reflexión acerca de las causas y consecuencias de las llamadas “guerras de religión”, las noticias de la invasión de Ucrania por las tropas rusas, y el falaz y fallido paréntesis del armisticio de un puñado de horas, a propósito de la festividad de la “Navidad Ortodoxa”, invocándola como “acto sublime de adoración al Creador, con nombre de Jesús de Nazaret inspirador, por igual, de ambas Iglesias

Religión e Iglesias, sin excluir la católica, apostólica y romana, se encuentran y detectan en la médula-meollo, de su institución, implantación y desarrollo en la pluralidad de misiones y fórmulas inicialmente misioneras. Conquista, reconquista, cruzadas contra el infiel o los infieles, campañas de entendimiento y de paz, eslóganes como el de “morir por Dios, por la Patria y el Rey” de tiempos pasados y aún presentes, inspiran teologías y comportamientos carentes de ética, de sentido común, y sobrados de “dignidad o dignidades”, de poderíos influencias decisivas en esta vida y hasta en la otra.

La historia es fiel espejo de cuanto escribo y sugiero, sin tener que recorrer paso a paso la mayoría, de sus capítulos ensangrentados de testimonios de odio, de iniquidad, deslealtad y falsía, y con expresa invocación blasfema al “sacrosanto Nombre de Dios”, de la Virgen y de santos y santas. Las cruzadas ni fueron ni son las únicas y luctuosas referencias de tan desdichada historia vivida, escrita y descrita por parte de unos y otros, con argumentos infames.

Hay que dejar clara constancia de que, en la redacción fundacional de las tres grandes Religiones -Judaísmo, Cristianismo e Islamismo- sus inspiradores dejaron bien patente que el amor, la clemencia, el servicio al prójimo y al más desvalido, el culto al Dios verdadero, la misericordia… habrían de ser referencias nítidas de comportamientos de vida de todos sus adeptos. Esto no obstante y por aquello de las “fragilidades humanas”, el uso y aplicación que los ministros y representantes de las instituciones religiosas, desde sus más altas esferas a las inferiores, apenas si fue otro que el de encarnar el poder y la fuerza, sin importarle ningún otro valor de los fundacionales, que el de su propio provecho y el de los suyos.

De la Biblia, de los Evangelios y del Corán, se hizo uso prioritario de la infundada y perseverante interpretación de apoyo de la superioridad de los Sumos Sacerdotes, patriarcas, archimandritas – “jefes de comunidad o comunidades”-, imanes, rabinos y otros personajes revestidos además de forma y manera inauditas, extrañas al resto del pueblo, con misterios, signos y símbolos, que en unos “creyentes” provocan miedo, y en los más, hilaridades infantiles.

El problema es grave. Muy grave. Los representantes de Dios han llegado a interpretárnoslo como “desdiosado”. Dios, el Dios verdadero, ni siempre ni mucho menos, es el Dios de los Libros Sagrados. Es un “Dios” hecho y teologizado a la imagen y semejanza de hombres empeñados en representarlo jerárquicamente.

Al pueblo fiel, hoy medianamente culto, le da la impresión razonada y razonable de que se le está engañando impunemente, sin que “el velo del templo se rasgue”, y desde las profundidades arcanas se escuchen voces de condenación eterna para tanto impostor vestido de mitras y otros atuendos, con los que, por encima de todo, se amenace con su poderío y superioridad divinales. Está de más referir que, por supuesto, sin excluir las pingües ganancias a costa del “Óbolo de San Pedro”, o de quien sea. ¿Citamos algunos casos judicialmente documentados y ya judicializados, sin posibilidad de recurso?

Las guerras jamás podrán ser etiquetadas de “religiosas”, aun comprendiendo que tal elemento se encuentre en su raíz y en todos y cada uno de sus brazos, hojas y frutos.

Dios no es Dios, si tuviera que ser y ejercer de esta manera, siendo inspirador y justificador de la guerra y las guerras. Quienes actúan así en su nombre y como sus representantes “oficiales”, por muchos ornamentos sagrados que luzcan, rentas que perciban, dignidades que acaparen, consagraciones, capas magnas y “tomas de posesión” de cátedras y catedrales, jamás podrán hacerlo mínimamente presente, lo que explica la paganización ritual a la que son sometidos.

"'Cirilos'"y archimandritas hay muchos. También en España. El episcopologio es libro abierto, hasta con fotos y mulas blancas o ”blanqueadas, a la perfección y con pocos escrúpulos, por aquello del Concordato y de los pactos anticonstitucionales, firmados meses después de aprobada la Constitución del año 1978"

Obispos
Obispos

“Cirilos” y archimandritas hay muchos. También en España. Y ejercieron y ejercen con eficacia, de directores espirituales de otros tantos Putin en la variopinta variedad de formas sagradas, no solo litúrgicas, sino económicas, políticas y sociales. El episcopologio es libro abierto, hasta con fotos y mulas blancas o ”blanqueadas, a la perfección y con pocos escrúpulos, por aquello del Concordato y de los pactos anticonstitucionales, firmados meses después de aprobada la Constitución del año 1978.

Los nombres, gestos y gestas de obispos- arzobispos guerreros, con sus homilías, Cartas Pastorales y anatemas, a siniestro más que a diestro, aparecen como noticia en telediarios, informativos y hasta en crónicas de sociedad con ribetes políticos.

“Iglesia más perseguidora que perseguida”, es referencia carente de Dios y de toda eclesialidad evangélica y evangelizadora.

Primero, Religión Digital
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