«¡Por fin un canto al amor que nos une cada día!»: Matrimonios católicos celebran «Una Caro» como bálsamo para su unión cotidiana
Muchos matrimonios católicos han recibido este documento con gratitud, viéndolo como una afirmación del valor intrínseco de su unión cotidiana, más allá de la fecundidad biológica. En palabras de parejas que han compartido sus testimonios con nosotros, «es un aliento para quienes vivimos el amor conyugal en su dimensión unitiva, fortaleciendo nuestro vínculo día a día»
El 25 de noviembre de 2025, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó la Nota doctrinal «Una Caro. Elogio de la monogamia», aprobada por el Papa León XIV. Este documento, centrado en la expresión bíblica «una sola carne» (Gén 2,24), profundiza en el valor del matrimonio como unión exclusiva y pertenencia recíproca entre un hombre y una mujer. Se presenta como un texto esencialmente positivo: un canto al amor matrimonial que va más allá de la mera procreación, enfatizando la dimensión unitiva y el enriquecimiento mutuo de los esposos.
El documento declara explícitamente que no trata la indisolubilidad ni la finalidad procreativa del matrimonio, temas ya ampliamente desarrollados en el Magisterio. En cambio, se centra en la unidad exclusiva, describiendo el acto conyugal como algo que «une profundamente a los esposos» y contribuye a «enriquecer y fortalecer la unión única y exclusiva y el sentido de pertenencia mutua».
Como se lee en el texto: «La cuestión está íntimamente ligada al propósito unitivo de la sexualidad, que no se limita a asegurar la procreación, sino que contribuye a enriquecer y fortalecer la unión única y exclusiva y el sentido de pertenencia mutua». Esta aproximación resalta la belleza de un amor «totalizador» que lleva a la plenitud la libertad personal, sin cercenarla.
Como explicó en la presentación el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio, el vínculo matrimonial es dinámico, con «diferentes expresiones», y la monogamia protege especialmente la dignidad de la mujer, que no debe ser deshonrada «ni siquiera por el deseo de la procreación».
Muchos matrimonios católicos han recibido este documento con gratitud, viéndolo como una afirmación del valor intrínseco de su unión cotidiana, más allá de la fecundidad biológica. En palabras de parejas que han compartido sus testimonios con nosotros, «es un aliento para quienes vivimos el amor conyugal en su dimensión unitiva, fortaleciendo nuestro vínculo día a día».
Estos matrimonios «normales» —no ideales, sino reales, con sus luchas y alegrías— se preguntan por qué un texto tan enriquecedor ha tenido una difusión tan limitada en algunos medios católicos. Y es que la lucha de los integristas marianos contra 'Mater Populi fidelis' ha logrado que este bello documento sea ignorado y pase sin pena ni gloria.
Aún así, como los rigoristas están en lucha abierta contra el cardenal Tucho Fernández y contra todo lo que huela a Vaticano II, también han aprovechado para criticarlo por sus «matices y silencios» que podrían abrir «grietas interpretativas». Algunos ven, incluso, con sospecha el énfasis en el aspecto unitivo sin reiterar con igual fuerza la inseparabilidad de unión y procreación, recordando controversias pasadas como las de Humanae Vitae.
Otros han advertido que, aunque reafirma la doctrina, deja espacios a interpretaciones ambiguas, especialmente en un contexto cultural de poliamor y desafíos a la monogamia, al tiempo que critican inclusiones poéticas (como citas de Pablo Neruda) o la ausencia de referencias explícitas a la Teología del Cuerpo de san Juan Pablo II, pese a citar abundantemente al santo polaco. Es decir, para estos sectores ultracatólicos, el documento parece priorizar un «elogio» lírico sobre una defensa más combativa contra amenazas contemporáneas.
A pesar de estas voces, «Una Caro» ofrece una visión fresca y pastoral del matrimonio como profecía del amor divino: exclusivo, pero no excluyente; total, pero respetuoso de la libertad del otro. Como señala la teóloga Giuseppina De Simone en la presentación, es un texto «escrito en muchas historias ordinarias, de gente común».
En un mundo que diluye el compromiso y cosifica las relaciones, este documento invita a redescubrir la grandeza del «nosotros» conyugal. Muchos matrimonios agradecen que, por fin, se ponga el acento en el amor que une más allá de la procreación, y esperan que su difusión crezca para nutrir a más parejas en su camino de santidad cotidiana.
