Francisco acepta la renuncia del cardenal Cañizares Gracias, don Antonio

Cardenal Cañizares
Cardenal Cañizares

"Es obispo desde hace más de 30 años y no fue un obispo pasivo, se implicó en cada destino al que fue llamado. Fundó una Universidad (Ávila), impulsó otras dos (Murcia y Valencia), promovió la construcción de iglesias y realizó muchas obras pías"

"El Cardenal Cañizares es hombre de concordia y paz, le duelen los conflictos, las guerras, que no duda en condenar abiertamente. Mantiene amistad con personas de todos los estratos sociales, humildes o altos dignatarios sin distinguir a unos sobre otros"

"Me consta su solicitud paterna con sus sacerdotes, pocos habrá que puedan decir que los desatendió y no estuvo a su lado cuando lo necesitaban"

A D. Antonio Cardenal Cañizares Llovera lo jubilan y como estoy seguro que ha sido fiel a su lema episcopal, habrá pensado: “Fiat voluntas tua”. Entra en otra etapa vital (jubilosa le deseo) que comporta cierta desazón, pues somos hombres con defectos, pecados y virtudes, tenemos esperanzas, proyectos que se cortan y no por voluntad propia, pero la vida es así y el tiempo pasa inexorable.  D. Antonio sigue siendo Cardenal (elector), Obispo, Sacerdote y hombre. Es un cofre pequeño que guarda un conocimiento acumulado que muchos quisiéramos.  

En su tiempo como pastor de la Iglesia valenciana hay muchas más luces que sombras, cosas que se han hecho y otras que no se hicieron, pero hoy me centraré en lo positivo y no solo de su tiempo valentino.

Discreción y humildad

Es obispo desde hace más de 30 años y no fue un obispo pasivo, se implicó en cada destino al que fue llamado. Fundó una Universidad (Ávila), impulsó otras dos (Murcia y Valencia), promovió la construcción de iglesias y realizó muchas obras pías. Una característica fundamental de Cañizares es la discreción y la humildad. Pondré un ejemplo; la primera entrevista que le realicé fue en plena tormenta mediática desatada por unas palabras suyas sacadas de contexto, sabía que estaba empeñado en hacer una obra pía importante, y le propuse hacerlo público, cosa que le favorecía, pero se negó porque aún no era realidad (hoy lo es). Por eso, cuando algunos tapándose con la capa de la pluma, le han acusado de ostentación, han cometido una injusticia. Su vida cotidiana, los hechos los desmienten.

Cañizares visita junto a voluntarios en el campamento de personas sin hogar
Cañizares visita junto a voluntarios en el campamento de personas sin hogar

El Cardenal Cañizares es hombre de concordia y paz, le duelen los conflictos, las guerras, que no duda en condenar abiertamente. Mantiene amistad con personas de todos los estratos sociales, humildes o altos dignatarios sin distinguir a unos sobre otros. Intenta encontrar el punto de equilibrio y entendimiento con aquellos (como yo) que pueden diferir en asuntos controvertidos, eso sí, es un hombre libre que dice lo que piensa, puede ser discreto, pero no infiel consigo mismo, ni mucho menos con la Iglesia.

Puertas abiertas a todos

La puerta del Palacio Arzobispal ha estado abierta a todos, para todos ha tenido tiempo y si le pedían ayuda y podía, la tenían. Como buen pastor, está al lado de los más vulnerables y necesitados, hasta poner a su servicio lo poco que él tiene. Me consta su solicitud paterna con sus sacerdotes, pocos habrá que puedan decir que los desatendió y no estuvo a su lado cuando lo necesitaban. Por cierto que la crueldad verbal de algunos eclesiásticos, nos deja a los laicos de izquierda, como hermanitas de la caridad (¡qué razón tiene Su Santidad!).  

Blázquez, Osoro, Omella, Argüello y Cañizares, en la mesa de Presidencia de la Plenaria
Blázquez, Osoro, Omella, Argüello y Cañizares, en la mesa de Presidencia de la Plenaria

D. Antonio se ha desgastado (no es una metáfora) en su labor al frente de la Archidiócesis Valentina, en un tiempo que para todos ha sido especialmente difícil. Pese a que debía hacerlo, no se ahorró ningún acto al que se le invitara. A pesar de que a veces no era fácil (ni prudente) no dejó celebración eclesiástica sin atender. Ha aceptado con paciencia lo que el Señor ha querido darle. Hombre de carácter, muy expuesto mediáticamente, ha encajado sin rencor críticas injustas, casi siempre su respuesta fue la sonrisa. Seguramente la procesión iría por dentro, es humano, pero es alegre y transmite alegría. 

Un hombre del Papa

Hombre de fe, es un maestro que cuando le consultas, en pocas palabras sintetiza aquello que te preocupa o no entiendes. También, cuando tiene que rectificarte, lo hace (a veces con no tanta suavidad) sin circunloquios. Sabe unir su gran preparación intelectual con su larga experiencia vital de manera brillante. No siempre estamos de acuerdo, incluso en algún punto muy en desacuerdo, pero jamás intentó imponerse. Al contrario de lo que se piensa, es hombre moderno, informado de lo que ocurre en Valencia, España y el mundo. Pasea por las calles cuando puede o le dejan, conoce su ciudad sin filtros, consciente de lo que pasa y muy sensible a las necesidades. He escuchado de su boca algunas opiniones sobre realidades sociales que pocos Obispos emitían y que después el papa Francisco dijo y a algunos escandalizó. 

Cañizares
Cañizares

El Cardenal Cañizares es fiel a su dignidad, por tanto un hombre del Papa, lo fue con Benedicto XVI y lo es con Francisco, está y estará con la primacía petrina. Tendrá sus opiniones, como las tenemos todos, pero ha servido y sirve lealmente con los trabajos que le son encomendados por quien tiene la autoridad para ello. Profesa cariño por ambos Papas y sabe bien quién gobierna y debe gobernar la nave de la Iglesia. En sus numerosos escritos y homilías puede seguirse el Magisterio petrino adaptado a la realidad de su Iglesia local.

Sería interesante, ahora que va a tener más tiempo libre, que este hombre bueno, Antonio Cañizares Llovera, nacido en Utiel y criado en Sinarcas, uno de los 27 Cardenales (entre ellos dos Papas) que ha dado Valencia a lo largo de la historia, nos legase su experiencia y reflexión, pues ha estado presente en momentos cruciales de España y de la Iglesia. A mí solo me queda por decir: gracias D. Antonio.

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