"Sé bien lo que aún pesa lo sociológico para que muchos jóvenes se confirmen" La confirmación, ¿entrada o salida de la Iglesia?

Celebración en la parroquia del Señor Cautivo de Ayabaca
Celebración en la parroquia del Señor Cautivo de Ayabaca FB

El pasado fin de semana colgué una nota en mi Facebook dando cuenta de las confirmaciones realizadas en nuestra parroquia de Ayabaca-Chulucanas-Piura-Perú. En ella decía que el gran acierto era haberlas descentralizado en 8 sedes (7 netamente rurales y 1 semiurbana: Ayabaca y comunidades rurales cercanas). Y que el total de confirmados se acercaría a los 1.000 (mayoría jóvenes, por supuesto). Me han llovido elogios, sobre todo desde España, diciendo que “eso hace mucho tiempo que acá ya no se ve”

El pasado fin de semana colgué una nota en mi Facebook dando cuenta de las confirmaciones realizadas en nuestra parroquia de Ayabaca-Chulucanas-Piura-Perú. En ella decía que el gran acierto era haberlas descentralizado en 8 sedes (7 netamente rurales y 1 semiurbana: Ayabaca y comunidades rurales cercanas). Y que el total de confirmados se acercaría a los 1.000 (mayoría jóvenes, por supuesto). Me han llovido elogios, sobre todo desde España, diciendo que “eso hace mucho tiempo que acá ya no se ve”.

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Viví en Madrid entre 2013 y 2018 y sé que es verdad. Sería absurdo tratar de comparar realidades tan distintas: la de Ayabaca, una enorme parroquia rural de la sierra norte del Perú, con cualquiera otra de España o de Europa. Comenzando porque las distancias acá no pueden medirse en kilómetros sino en horas de viaje ya que de la sede -Ayabaca- a muchos de los lugares de la parroquia puede tardarse muy bien -¡en camioneta, hasta donde se puede llegar y por caminos de tierra!- dos y tres horas fácilmente.

Pero también escuché con frecuencia -allá y acá- que la confirmación es “el sacramento de salida de la Iglesia”, que muchos que lo reciben dicen, en la práctica, “ya completé un ciclo, ahora chao o adiós”. Probablemente, con mucha suerte, hasta el matrimonio o la unción de los enfermos. Eso en España, en Europa y -en muchos casos – en Perú. No me sentí especialmente orgulloso cuando me llegaban los elogios desde el otro lado del charco por las cifras. Sé bien lo que aún pesa acá lo sociológico para que muchos jóvenes se confirmen. También sé que, seguramente, tampoco seguiremos el camino de Europa dentro de unos años ¡Son situaciones y realidades distintas! Y debemos prepararnos bien para no seguir los pasos de allá.

José María Rojo
José María Rojo

Soy nuevo en la parroquia (apenas 3 meses) y, sinceramente, no he tomado casi parte en todo este proceso. Lo haré, en lo sucesivo, sin duda. Pero esa pregunta que escuché allá y acá -en otros lugares- sí me martillea: “¿sacramento de entrada o de salida?”. Algo muy simple: unos pocos discípulos de Jesús, consecuentes y valientes, “discípulos misioneros” (en lenguaje de Aparecida) ¡vaya la que armaron!, que por culpa de ellos estoy yo en Ayabaca y se han confirmado casi mil jóvenes este fin de semana… Si 1 de cada 10, fuera como aquellos, no solo Ayabaca, sino Piura, el Perú y el mundo serían distintos. No cabe la menor duda.

Yo le he pedido al Señor Cautivo de Ayabaca -eje de una gran peregrinación y devoción anual, en Octubre, en todo el Norte del Perú- que algunos de esos jóvenes confirmados se lo tomen en serio, sean verdaderos discípulos misioneros. Y, como lo he pedido, arrimaré el hombro. Que así sea.                                                                                                                                                                                                                                               

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