A propósito del Congreso 'Católicos y Vida Pública' de la ACdP ¿Otra “cruzada”?

El NUncio en la ACdP
El NUncio en la ACdP

“La Iglesia carece hoy de libertad…” ¿En la misma proporción en la que ella misma- la Iglesia- la truncó en otras latitudes “religiosas”, o no?

¿Acaso la Iglesia podrá seguir apodándose así, sin ser referencia ético-moral, y más ahora que todo, o casi todo, se sabe y se debería saber?

Hacer uso “religioso” del término “cobardía”, tal y como están los tiempos, los pederastas, los negocios “santos”, las cuentas de los “paraísos fiscales”, los templos vacíos, el latín y las celebraciones litúrgicas de espaldas al pueblo, no solo es una solemnísima frivolidad, sino todo un cúmulo de “palabras mayores” con impensables y gravísimos riesgos propios y ajenos

El “diagnóstico” o “identificación de una enfermedad a partir de sus síntomas”, es condición indispensable para la sanación y cura de la misma. Sin un correcto diagnóstico están de más otros pasos. La enfermedad del sujeto -objeto de esta reflexión no es orgánica. Es la aplicable al organismo de la institución eclesiástica, a la que con cariño reverencial se le llama “Nuestra Santa Madre la Iglesia”.

La ocasión para ello, la brindan el Congreso de Propagandistas Católicos, celebrado a la sombra del título “Católicos y Vida Pública”, con letras mayúsculas, como mandan los cánones, y con la correspondiente presencia y bendiciones arzobispales. Del solemne acto y discursos , selecciono algunas ideas y subrayo estas leves sugerencias .

“La Iglesia está ahora más dividida que nunca”, apuntándose en lontananza el inquietante término de “cisma”. Al igual que tantos otros cristianos y por cristianizar, personalmente creo que la Iglesia es y está como siempre. Lo único que ocurre es que, como ahora y gracias -muchas gracias -sean dadas a Dios, a los medios de comunicación y su técnica, al Concilio Vaticano II , a la aquiescencia de parte de los obispos, laicos y laicas y de modo especial a las demandas de los tiempos nuevos, es factible hacer pública tal división, antes hipócritamente oculta, reprimida y condenada “en esta vida y en la otra”.

Congreso ACdP

“Se oprime la posición católica mayoritariamente “: “Se registra una desaparición total de la religión en todos los actos públicos”. La Iglesia sabe mucho de persecuciones. Es testigo de ello la historia. Y esta lleva inequívocamente a la conclusión de que, tanto o más que haber sido y ser perseguida, ella misma ha sido y es perseguidora de creencias y creyentes, en diversidad de esferas y métodos, razones y excusas. Y además, sin faltarles el ”consuelo” colectivo de su posible canonización y ascenso glorioso a los altares.

“La Iglesia carece hoy de libertad…” ¿En la misma proporción en la que ella misma- la Iglesia- la truncó en otras latitudes “religiosas”, o no? ¿Exageran quienes confiesan que la Iglesia fue y es, academia de represión de libertad y de libertades? . ¿De qué Iglesia se trata: de la del santo Evangelio o de la que fraguaron, idearon, vivieron y “practicaron” mayoritariamente, desde su jerarquía –“Alto y Bajo Clero”- a los laicos y “laicas”, sin voz ni voto, que creyeron permanecer fielmente en sus filas?.

¿Es que hay otra Iglesia que no sea la sinodal, que adoctrina el papa Francisco, con ahínco, con santo Evangelio, con misericordia y afinidad con las exigencias del mundo actual, para el que ella-la Iglesia- será respuesta de salvación, de redención y de vida? ¿Acaso la Iglesia podrá seguir apodándose así, sin ser referencia ético-moral, y más ahora que todo, o casi todo, se sabe y se debería saber?.

“La cobardía es muy mala…”. Aseveración tan militarizada y tan “propagandística” puede dar, y da, la impresión “santa y cristiana”, de tener que ser y comportarse al menos como “legionarios” y “¡caiga quien caiga y sea lo que Dios quiera¡” ¿Otra “cruzada”? ¿Cuántos obispos, arzobispos y cardenales de nuestro episcopologio hispano firmarían otra “Colectiva”? ¿Citamos sus nombres y sedes? ¿Conseguirá el Nuncio de SS. deponerlos, adelantar su jubilación o renuncia, mandar que se callen o, al menos, no acrecentar su número, poderío e influencia con los nombramientos nuevos?

Congreso ACdP

Hacer uso “religioso” del término “cobardía”, tal y como están los tiempos, los pederastas, los negocios “santos”, las cuentas de los “paraísos fiscales”, los templos vacíos, el latín y las celebraciones litúrgicas de espaldas al pueblo, no solo es una solemnísima frivolidad, sino todo un cúmulo de “palabras mayores” con impensables y gravísimos riesgos propios y ajenos.

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