Las cinco mentiras fácilmente detectables del último artículo del periodista peruano La obsesión delirante de Bermúdez con Bertomeu en el 54 aniversario del extinto Sodalicio

Bertomeu NO ha dicho nunca nada sobre Alejandro Bermúdez Rosell. He buscado en Google. En buscado en redes. Nada.

Junto a Monseñor Scicluna, en una misión especial con cobertura diplomática, monseñor Jordi Bertomeu solo recogió los elementos de prueba que luego, comprobados veraces y tras el legítimo ejercicio del derecho de defensa por parte de los implicados, llevaron a una decisión disciplinar severa por parte del Dicasterio de Religiosos, aprobada en forma específica por el Papa Francisco.

Se trataba de la expulsión de Bermúdez del Sodalicio, publicada el 25 de septiembre de 2024. Sus reiterados abusos de autoridad hacia sus subordinados y su apostolado mediante un periodismo reñido con la verdad fueron muchos y muy graves. Además del escándalo mediático, Bermúdez va dejando un reguero de víctimas. Algunas de ellas dieron su testimonio tras superar el miedo a Bermúdez y la estructura sectaria del omnipotente e impune Sodalicio.

Bermúdez nunca ha entendido su sanción, una oportunidad de la Madre Iglesia para convertirse y reparar el daño cometido. Muchas de sus víctimas solo exigían que les pidiera perdón de modo sincero. Nada más.

Bermúdez ha avergonzado aún más si cabe a sus antiguos hermanos de consagración con su comportamiento siempre prepotente, irascible e irrespetuoso. De él no se libraba ni el entonces cardenal Prevost. Desde una primera victimización y un posterior negacionismo, ha entrado en una dinámica obsesiva y vengativa contra el presunto causante de tanto mal, Bertomeu.

El 8 de diciembre de 2025, el día en que el Sodalicio celebraría su 54 aniversario en caso de continuar existiendo, la obsesión de Bermúdez persiste y hasta deriva en delirio. La fecha no ayuda.

Este periodista, piadoso de fachada pero violento y hasta cruel en sus lenguaraces intervenciones en redes, insiste una y otra vez en sus mentiras, sin aceptar las explicaciones racionales que en este medio siempre encontrará.

Los que conocen a Bermúdez desde sus tiempos ‘gloriosos’ en San Aelred, en la avenida Brasil, afirman que sus obsesiones siempre le han generado más ansiedad y, en el periodismo, lo han llevado a una falta cada vez más acentuada de profesionalidad.

Más allá de cuatro expresiones pretendidamente piadosas, su discurso es convulsivo y cada vez más reñido con la verdad de los hechos.

En su última publicación en su portal digital ‘hoy en la Iglesia’, en este trágico 54 aniversario, además de insultar una y otra vez a Bertomeu sin ningún pudor dice, como mínimo, 5 MENTIRAS por otra parte fácilmente detectables.

1- "Bertomeu sí chantajeó al Sodalicio’’.

MENTIRA. Ni el título panfletario de Bermúdez, ni el audio ‘filtrado’ por un inmoral Gonzalo Flores, ni una ‘carta aclaratoria’ del último ‘asistente de temporalidades’ José Antonio Dávila (el verdadero ‘Ecónomo’ del Sodalicio siempre fue otro en la sombra) nada aclaran sobre el presunto ‘chantaje’ inventado por la Infovaticana de Javier Tebas Llanas. Ningún hecho contrastado más allá de la evidente voluntad de embarrar. Ningún argumento serio más allá del habitual ‘se rumorea’. Solo insinuaciones malvadas y una imaginación desbordante.

2- "La Secretaría de Estado carece de estructura interna para dirigir investigaciones económico-penales dentro del Vaticano etc’’.

MENTIRA. Basta leer el n. 46 de Praedicate Evangelium para saber que la Sección de Asuntos Generales, a la orden del Santo Padre, está precisamente para tratar asuntos más allá de la competencia ordinaria de los organismos curiales.

3- "La embajadora, con paciencia diplomática, le explicó etc’’.

MENTIRA. A menos que el ‘’agente secreto Bermúdez’’ o el mismo Gonzalo Flores se hayan infiltrado en la embajada norteamericana y alguno de los dos también haya grabado la conversación y puedan demostrar que ello se dijo efectivamente. Más bien, todo lleva a pensar que la obsesión enfermiza de Bermúdez por Bertomeu ya se ha convertido en delirio: lo que era un pensamiento repetitivo y no deseado, está peligrosamente derivando hacia una creencia falsa y fija que Bermúdez vive como verdadera.

4- "Bertomeu habría pedido a la Secretaría de Estado del Vaticano que la Misión Permanente de la Santa Sede ante la ONU etc’’.

MENTIRA (y otro peligroso síntoma de delirio, como ya dicho en el n.3). Lo único que ha trascendido es que las autoridades vaticanas competentes, tras examinar la documentación económica entregada por la ‘misión especial’ (no olvidemos que Scicluna y Bertomeu no son economistas sino juristas), detectó serios indicios de delitos financieros y fiscales que las empresas de la sociedad de vida apostólica de derecho pontificio Sodalicio de Vida Cristiana habrían cometido en los últimos 30 años. Todo esto está siendo estudiado en el Vaticano y parece ser cierto que más allá de algún primer contacto, aún no hay ninguna investigación en curso en USA. Aunque quizás no por mucho tiempo.

5- "Finalmente, en un esfuerzo desesperado, el pasado 14 de julio, Bertomeu solicitó en Lima entrevistarse con la fiscal adjunta de lavado de activos, Dra. Quiroz Félix… se echó para atrás y nunca apareció etc’’.

MENTIRA. La periodista Pao Ugaz, preguntada por este medio, ha afirmado que fue el estudio limeño Benítes, Vargas y Ugaz, que defiende a las víctimas desde el 2016, quién solicitó que la fiscal Quiroz Félix escuchara a monseñor Jordi Bertomeu en calidad de autoridad del Vaticano que estuvo a cargo de la investigación a dicho grupo religioso.

LA VERDAD QUE BERMÚDEZ QUIERE IGNORAR

La investigación canónica de la ‘misión especial Scicluna Bertomeu’ concluyó que el Sodalicio abusó de muchos de sus miembros. Las medidas disciplinarias que les aplicó el Vaticano están más que justificadas, entre ellas, la supresión por falta de carisma originario y por uso de métodos sectarios.

Antes de la efectiva supresión y entrada en fase liquidatoria, los dirigentes del Sodalicio fueron invitados por el Vaticano, en la persona de Bertomeu, a reparar en verdad y justicia a sus víctimas. Se les dijo claramente que, más allá de los delitos canónicos, había serios indicios de graves delitos financieros y tributarios de los que, en su caso, más temprano o más tarde tendrían que rendir cuentas ante las autoridades competentes.

Bermúdez NO ha entendido aún que aquel Sodalicio en fase de supresión NO estaba en situación paritaria con el Vaticano. NO había ninguna negociación posible. Solo una invitación pastoral a convertirse y pensar por una vez en las víctimas, con lo cual el parecer del Vaticano al denunciarles ante las autoridades norteamericanas sería más benévolo.

Ante una decisión irrevocable porque fue tomada por el mismo Papa Francisco y confirmada ahora por León XIV con el nombramiento de dos Comisarios Adjuntos, el Sodalicio juega a la difamación, Bermúdez al insulto gratuito. Mientras, las víctimas del Sodalicio aún esperan justicia y reparación.