Intervención en la Asamblea de “Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa” Para una empresa confesional cristiana

Arizmendiarrieta
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"A lo largo de su pontificado, el papa Francisco ha pedido en numerosas ocasiones que la economía adopte un enfoque ético y que se ponga a la persona en el centro de la economía"

Papa: "Se necesita urgentemente un sistema económico que sea justo, digno de confianza y capaz de abordar los desafíos más profundos que enfrenta la humanidad y nuestro planeta"

"Una vez construida la meta a alcanzar la colaboración no sólo puede darse para lograr los resultados, sino que también debe existir coordinación en la evaluación y redefinición continua de los objetivos"

A lo largo de su pontificado, el papa Francisco ha pedido en numerosas ocasiones que la economía adopte un enfoque ético y que se ponga a la persona en el centro de la economía. Así ha fustigado el capitalismo salvaje responsable de las desigualdades y de destrozar el planeta con el cambio climático. 

Pero, en diciembre del año pasado (2020), el papa y un grupo de directivos de empresas, muchas americanas y financieras, pero también de otro signo y país, como nuestra Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa, han conformado un Consejo para un Capitalismo Inclusivo, Council for an inclusive capitalism with the Vatican.

"El Consejo invita a empresas de todos los tamaños a aprovechar el potencial del sector privado para construir una base económica más justa, inclusiva y sostenible para el mundo", como señaló un comunicado de este Consejo con ocasión de su lanzamiento, que se reunirá todos los años con el papa.

Fundación Arizmendiarrieta

El papa Francisco señaló a los miembros del Consejo que "se necesita urgentemente un sistema económico que sea justo, digno de confianza y capaz de abordar los desafíos más profundos que enfrenta la humanidad y nuestro planeta. Ustedes han aceptado el desafío buscando formas de hacer que el capitalismo se convierta en un instrumento más inclusivo para el bienestar humano integral". En efecto, en el comunicado se asegura que sus miembros "ya se han comprometido con cientos de acciones mensurables" y que "asumirán compromisos continuos para continuar impulsando el capitalismo inclusivo".

Por otra parte, el Obispo de Bilbao, Joseba Segura, en la homilía del día de su ordenación episcopal en Begoña, señalo que "no pongamos demasiada energía en señalar las contradicciones, las debilidades de otros, los signos de ignorancia, la desintegración de convicciones humanistas, los peligros que pueden aparecer... no quedemos paralizados habitando en cementerios. Mejor asumamos el reto de decir y construir propuestas significativas para el mundo. Con convicción, con autoridad".

Debe ser, añado yo, labor de los organismos o entidades de signo confesional cristiano, como la Fundación Arizmendiarrieta, la de saber aliar los grandes principios que nos legó D. José Maria, con los comportamientos, actitudes y decisiones concretas que haya que tomar, aun con riesgo de equivocarnos. “Una fe que no duda es una fe dudosa”, nos decía hace años el gran pensador Christian Ducquoc.

Asamblea Arizmendiarrieta

En un Talde de Innobasque, en el que participé, llegamos el año 2009, a proponer unos Valores para el impulso de una Sociedad Vasca Innovadora que fomente el espíritu emprendedor y la creatividad. Lo concretamos en cuatro grandes valores o áreas. Eran estos

El conocimiento: como el recurso clave, la principal materia prima de este proceso.
La cooperación: Entendemos cooperación como la forma en la que los componentes de un sistema o de un grupo realizan un trabajo conjunto para la consecución de una misma meta. Dos aspectos fundamentales: que el fin sea compartido y consensuado y que la consecución de ese fin implique la colaboración con otros. Es una Cooperación abierta a colaborar con el diferente, con el desconocido.

Apertura al cambio: como la actitud necesaria para aplicar el conocimiento adquirido.
La globalización. Como el contexto en que se desarrollan todos estos valores. Pero es un contexto que debe ser percibido por los actores y tomado como un valor en sí, el valor de la mentalidad global y la visión en el entorno global.

Volviendo a la Cooperación, el primer paso necesario es la visualización de la meta a la que se quiere llegar con ese esfuerzo colectivo. El modelo ideal es aquel en que el fin se construye entre todos. De esta forma el objetivo perseguido no sólo será propiedad de todos, sino que será interiorizado por cada uno de los protagonistas, entendiéndolo no solamente como un deseo colectivo, sino también como un deseo personal (apropiación intelectual y afectiva).

En estos procesos colectivos el liderazgo no puede ser jerárquico ni unitario, pero no puede obviarse su necesidad. Sería un error caer en el “falso igualitarismo”, donde no se asuman las consecuentes responsabilidades y no se consiga avanzar al ritmo necesario. Un liderazgo colaborativo donde todos compartan fines y métodos, y algunos asuman responsabilidades es la fórmula idónea en este tipo de procesos.

Arizmendiarrieta

La sociedad secularizada de hoy es muy distinta a la de la era de la cristiandad de los tiempos de Arizmendiarrieta. (Fundó las cooperativas de Mondragón en 1956). Hay que ser conscientes de que los contextos cambian, las percepciones varían y también los deseos y realidades de cada uno, con lo que los fines también pueden cambiar. Una vez construida la meta a alcanzar la colaboración no sólo puede darse para lograr los resultados, sino que también debe existir coordinación en la evaluación y redefinición continua de los objetivos, dentro de un marco que en palabras de D. José María Arizmendiarrieta, supone que “en la mente de los cooperativistas está la idea de que la sociedad futura ha de ser probablemente pluralista en todos los órdenes y también en el económico: se conjugará y se concertará la economía pública y privada, el mercado y la planificación, las entidades de signo paternalista, capitalista o social”.

Si el Papa Francisco es capaz te llevar a cabo una acción conjunta sin excluir grandes empresas financieras de Norteamérica, es para significar la necesidad de la apertura de un planteamiento confesional en el doble sentido de: a) poder hablar con todos y b) hacerlo desde sus propios planteamientos confesionales. Esto significa que en la vida cotidiana podemos encontrarnos con relaciones profesionales de trabajo, o empresariales con entidades o empresas con cuyos planteamientos no estemos de acuerdo.

¿Qué tenemos que hacer entonces? ¿Relacionarnos solamente con las empresas o entidades con las que mantengamos una conformidad de principios? En ese supuesto nuestras relaciones exteriores serían extremadamente limitadas. No podríamos tener relaciones, por ejemplo, con Cuba o con Arabia Saudita, tampoco con la Unión soviética o con China pues, se diría, que no están en la onda de los planteamientos éticos y religiosos de una entidad confesional como nuestra Fundación. 

Arizmendiarrieta

Me atrevería a resumir, con mis palabras, unos puntos del pensamiento de D. José María, de rabiosa actualidad

Una vida encarnada más allá del naturalismo dogmático (solo lo natural es bueno) y el idealismo (solo lo creado por los hombres es bueno).
Una vida comunitaria que vaya más allá del individualismo y del colectivismo.
Una libertad condicionada: ni absolutamente determinada por las circunstancias, ni absolutamente libérrima. Una libertad “de” actuación, pero “para” lograr unos objetivos concretos, evaluables.
Una acción comprometida, más allá del fatalismo (los mercados mandan) y del voluntarismo irresponsable. Decía D. José María, que “las buenas ideas en hombres incapaces de llevarlas a la práctica pueden ser una morfina peligrosa”
Una vida anclada en la Trascendencia: contra el relativismo o el objetivismo impersonal de los valores. Una espiritualidad “con carne” que diría Jesús Martinez Gordo.

Quiero concluir con unas palabras de Juan María Uriarte, Obispo Emérito de San Sebastián cuando en una mesa Redonda en torno a la figura de D. José Maria, en noviembre de 2012 afirmó que “la canonización de D. José Mª sería un gran bien porque pondría de relieve ante todo el mundo un modelo que dedicó su vida a humanizar la empresa, su aliento participativo y solidario con un espíritu y un modelo que se han revelado económicamente sostenibles y generadores de satisfacción de las personas en el trabajo. Tal testimonio es tanto más necesario cuanto mayor se ha tornado la competitividad feroz, el ansia desbordada del máximo beneficio y la exclusión de tantas personas de sus puestos de trabajo en tiempos de crisis”.

Arizmendiarrieta

Mila esker. Gracias por el interés

Notas para la intervención en la Asamblea de “Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa” (Fundación Arizmendiarrieta) del 3 de noviembre de 2021

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