Jairo del Agua La lengua bífida y venenosa de los populismos

(Jairo del Agua).- No me gusta escribir sobre política. Quizás por miedo. A nadie le gusta adentrarse en terrenos pantanosos o embarrados y terminar arrastrado por los profesionales del fango, que los hay y muchos, incluso entre "personas de iglesia".

Pero hay veces que la realidad social es tan oscura y desesperanzadora que hay que volver a la religión para recuperar algo de lucidez y esperanza. Y ese sí es mi tema preferido. Además la Política consiste, básicamente, en distinguir el bien del mal. El buen camino siempre conduce a la prosperidad y el malo a la desgracia. No todas las opciones políticas son positivas. La unidad, el amor, la prosperidad y todos sus derivados son "valores humanos". Los opuestos son "contravalores" que conducen al abismo. (¡Obispos catalanes, "guías ciegos", os equivocáis y sois cobardes cuando afirmáis que "todo el monte es orégano"!).

¿Qué son los populismos?

Nada nuevo, son tan antiguos como sus progenitores: AMBICIÓN y PREPOTENCIA. Se trata de convertir la LENGUA en arma letal para derribar al oponente y atraer a los votantes. Por eso está floreciendo de nuevo en democracias enfermas y débiles con el apoyo de los modernos y potentes "medios de comunicación".

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