"El mensaje real de la festividad, adorarlo en todo ser humano concreto" Somos todos los nuevos Reyes Magos bajo su estrella-guía

La estrella de Belén
La estrella de Belén

Resulta desconocido casi por completo el mensaje real de la festividad de los Reyes Magos

Lo mismo que en ellos, también en cada uno de nosotros, la estrella que les guía brilla o desaparece

Para dar con su verdadero significado, partimos de una verdad innegable: Dios vive en cada uno de nosotros y adoramos de verdad a Jesús y manifestamos poseerlo cuando amamos a los demás

Resulta desconocido casi por completo el mensaje real de la festividad de los Reyes Magos.

Lo mismo que en ellos, también en cada uno de nosotros, la estrella que les guía brilla o desaparece.

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A decir verdad, el relato lo hemos entendido siempre como un hecho histórico, sin captar que se trata de un relato fantástico que hace Mateo (2, 1-12.) con el fin de mostrar la grandeza de Jesús desde el principio, ya que vienen a buscarle tales reyes de tan lejos. 

Para dar con su verdadero significado, partimos de una verdad innegable: Dios vive en cada uno de nosotros y adoramos de verdad a Jesús y manifestamos poseerlo cuando amamos a los demás.

"Dios vive en cada uno de nosotros y adoramos de verdad a Jesús y manifestamos poseerlo cuando amamos a los demás"

Esta es la estrella que nos guía: adorarlo en todo ser humano concreto, estrella que, al igual que en los Reyes Magos, desaparece cuando intentamos buscarlo en lugares y personajes modernos (los múltiples  Herodes  actuales), que tratan de suplantar la presencia y reinado de Cristo en nosotros y reemplazarlo  falsamente; es entonces cuando la estrella que nos guía, en posesión de él para manifestarlo amando a todo ser humano, se apaga.

Un extraordinario Rey Mago en este sentido fue Pedro Casaldáliga, cuya estrella- guía nunca se apagó:  “Al final del camino me dirán: —¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres”.

"Al final del camino me dirán: —¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres. (Casaldáliga)"

• El miedo de Herodes y de los jefes judíos es también nuestro miedo. El reinado de Dios amenaza nuestro egoísmo; un Dios que reina sin hacernos reinar a nosotros, no nos interesa.

 • Por arrogancia, podemos llegar a creer que sólo nosotros somos poseedores de la verdad, que fuera de la Iglesia no hay salvación, cuando lo cierto es que toda criatura humana es imagen viva del amor y bondad de Dios y puede cuestionar nuestra altiva seguridad.

 • Lo que celebramos hoy es la apertura de Dios a todos los seres humanos, ver qué es lo que hay de cristiano en cada ser humano, aunque no conozca a Jesús, no el sometimiento de todos a la disciplina de una Iglesia. 

“Es relevante que la estrella como signo de la presencia de Dios se detenga en el lugar donde se encuentra Jesús; nos está recordando que al que busca de verdad, Dios lo guía y terminará encontrando lo que busca” - “El verdadero creyente será siempre un buscador de la verdad, no un guardián”.

“Dios se manifiesta a todos los hombres de todas las épocas”. - “En el momento en que nos sentimos detentadores de la verdad, hemos hecho polvo el mensaje de esta fiesta. La capacidad de salir de uno mismo e ir al otro, son posibilidades universales y abarcan a todos los hombres”. - “Allí donde haya un hombre que crece en humanidad, amando a los demás, allí se está manifestando Cristo” - “Dios está dentro de mí, formando parte de mi propio ser. Si encuentro mi verdadero ser, ya le he encontrado a Él”. (Fray Marcos).

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