Grandes misterios de la Iglesia española Menos nuncio y mejores obispos

Misterio
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Por dondequiera que se contempla y estudia, la Iglesia es todo un “misterio”

Y de gran parte del "misterio" al que me refiero aquí y ahora, con reiterada insistencia, se relaciona con el Nuncio de SS. en España y más con el nombramiento -que no elección- de los obispos

La Iglesia en general, más en España y sobre todo en su episcopado, demanda urgente y profunda reforma. Y el pueblo fiel, sobre todo los nacidos después del Vaticano II, se hacen preguntas

¿Por qué no se adelanta y hace públicos algunos de los misterios "dolorosos" del rosario de recomendaciones que engrosan la cofradía de “episcopables”, y las plazas-mitras que por defunción u obligada jubilación, quedan vacantes?

Y, por fin, ¿quién será el nuevo arzobispo castrense?

Por dondequiera que se contempla y estudia, la Iglesia es todo un “misterio”. tanto en su acepción civil de “asunto secreto y muy reservado”, como en el “religioso“ de “aquello que no se comprende de por sí y se cree por la fe”. Si la institución es un misterio, quienes oficialmente la representan y además aseguran hacerlo, y lo hacen, “en el nombre de Dios”, han de participar de tal condición de manera inequívoca y por definición.

Y de gran parte del “misterio” al que me refiero aquí y ahora, con reiterada insistencia, se relaciona con el Nuncio de SS. en Españay más con el nombramiento -que no elección- de los obispos. Partir del hecho de que son ellos -los Nuncios-, más el equipo de sus asesores, quienes seleccionan los nombres de los obispos, sobre la base de unos predicamentos -“prestigio o estimación particulares y concretos”-, es y ofrece la posibilidad de que se nos entreabran, dentro de lo que cabe, las puertas del aludido “misterio”, aún, en ocasiones, con ausencia del Espíritu Sato, tantas veces invocado en estos ministerios…

La Iglesia en general, más en España y sobre todo en su episcopado, demanda urgente y profunda reforma. Esta necesidad se hizo patente universalmente en el Concilio Vaticano II, en el que sus aportaciones y las de sus teólogos, fueron tan precarias e inútiles, que su peso se valoró casi en exclusiva en los momentos del recuento democrático de los votos.

Pero en el tema relacionado con los obispos y España la situación o no ha cambiado o lo ha hecho de manera tan timorata que apenas si el pueblo y sus sacerdotes lo han percibido. A España, y a consecuencia de los obispos que mayoritariamente han regido y rigen sus diócesis, aún no ha llegado el Vaticano II, o este ha pasado de largo. Los Nuncios que les fueron enviados y circunstancias, civiles y eclesiásticas, de convocarse otro Concilio, aportarían poco o nada de “franciscanismo”, sino todo lo contrario.

Y el pueblo fiel, por antonomasia “católico, apostólico y romano” de toda la vida, sobre todo los nacidos después del Vaticano II, se hacen, entre otras, preguntas como estas:

“¿Es que en la Iglesia no hay otros Nuncios capaces de promover tan necesaria reforma, deseada e impuesta además por el papa Francisco? ¿Pero para qué sirven de verdad los Nuncios y cuales su función y ministerio? ¿Son Nuncios de la Iglesia-Iglesia, o lo son de los “Estados Vaticanos”? ¿Cuál es la clasificación “religiosa”, social, económica, política que ampara y condiciona el comportamiento de todos y cada uno de los asesores que tienen su asentamiento y nómina en el palacio de la Nunciatura de la madrileña calle de Pio XII?

¿Qué informador “religioso” -que también están para eso- será el primero en desvelarnos sus nombres y sus apellidos? ¿No habrá de sentirse aludido y hasta interpelado, el Nuncio actual solo con esta leves s y prudentes insinuaciones, primando el de la necesidad de la información documentada y veraz sobre el de otra clase de sigilos dudosamente “sacramentalizados” y “juramentados”?. ¿No habrá de sentirse aludido e interpelado el Nuncio con estas leves y prudentes insinuaciones? ¿Por qué no se adelanta y hace públicos algunos de los misterios “dolorosos” del rosario de recomendaciones que engrosan la cofradía de “episcopables”, y las plazas-mitras que por defunción u obligada jubilación, quedan vacantes? ¿ Es la pastoral, la teología y el bien de la Iglesia, junto con otros valores sobrenaturales los que hacen correr el escalafón propio de la “carrera” eclesiástica, tan denostada por el papa Francisco?

Parte importante del pueblo de Dios, -y más los jóvenes y las mujeres- llegaron ya a la conclusión de que “esto es lo que hay”, por lo que seminarios, noviciados, vacíos o semivacíos, jamás podrán suplir la desidia, el temor, la rutina y, en mayor proporción por y la falta de fe transmitida por buena parte de le jerarquía, sobre todo, diplomática. Del futuro de “esta” Iglesia sería muy aventurado aseverar su permanencia salvadora “por los siglos de los siglos”.

El estilo de los obispos “pre” o “anti” conciliares -y ”franciscanos”, que caracteriza en gran parte todavía a miembros de la Conferencia Episcopal, ejerce suma influencia en buena parte del clero, de los religiosos y religiosas y del pueblo de Dios. El Código de Derecho Canónico y la Liturgia, que no los santos evangelios, siguen siendo referencias supremas en la valoración religiosa, dentro y fuera de la “función” eclesiástica y celebraciones solemnes, más que la capacidad de ministerio y servicio, por su condición de sucesores de los Apóstoles…¡Pobres Apóstoles si tuvieran que presidir las Eucaristías actuales con mitras, báculos, acólitos, ornamentos sagrados e inciensos, además de estar avecindaos en mansiones palaciegas…

Y, por fin, ¿quién será el nuevo arzobispo castrense? Y si lo es el obispo de Ávila, ¿aceptará o no el papa visitar la ciudad de santa Teresa a la que fuera invitado personalmente por el obispo y autoridades civiles, tal y como difundieron esta noticia los medios de comunicación religiosos? . Y es que hay comportamientos que dan la impresión de ser propios de niños…

Interrogantes
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