Sin excluir al de Roma Los obispos no son dioses

Símbolos obispales
Símbolos obispales

"Los obispos, sin excluir al de Roma -papa por tal condición- no son dioses, ni representan y ni además presentaron a Dios sobre todo en cristiano, con garantías basadas en el santo Evangelio"

"Algunas frases de los Santos Padres y de teólogos desvelan parte del contenido de lo que se predicaba y predica sobre la 'deificación' de los obispos por el hecho de serlo"

Papa Pio X. 1906:"Solo el Colegio de Pastores tiene el derecho y la autoridad de dirigir y gobernar, mientras que la plebe (sic) no tiene derecho alguno a no ser el de dejarse gobernar como rebaño obediente a su pastor"

"La 'sagrada' Liturgia no coopera, sino que obstaculiza -¡y de qué manera¡- la labor netamente catequística y pastoral, respecto a lo que de verdad son y significan los obispos de las respectivas Iglesia"

"Los obispos son de carne y hueso. Con inclusión, por supuesto,En España, de los de Orihuela-Alicante, Cádiz-Ceuta, auxiliar 'itinerante' de Madrid, Córdoba, arzobispos de Oviedo, Toledo, Valencia y otros más, a quienes la connotación 'franciscana' difícilmente les es aplicable"

La frase completa que me sirve de base para esta reflexión podría coronarse de esta manera: “Los obispos, sin excluir al de Roma -papa por tal condición- no son dioses, ni representan y ni además presentaron a Dios sobre todo en cristiano, con garantías basadas en el santo Evangelio”.

Algunas frases de los Santos Padres y de teólogos de diversas escuelas de las Universidades Pontificias más doctorados del orbe católico, ya canonizados con la autoridad y devoción jerárquica que se presupone para su ascensión a los altares, desvelan parte del contenido de lo que se predicaba y predica sobre la “deificación” de los obispos por el hecho de serlo.

Dios es omnipotente, todopoderoso y fuente de todo poder y por quien reinan los reyes y en cuyas manos están todos los derechos de los reinos”. “El derecho civil debe plegarse ante el poder religioso”. “El papa es inapelable y no está obligado a dar a nadie cuenta de sus actos”.

El “poder de las llaves” identifica y define a los obispos tanto para gobernar a la Iglesia como a la sociedad civil”. “Es “Pontifex Máximus”. “Solo la Iglesia romana puede juzgar a hombres y mujeres, por lo que a nadie le será posible juzgar a papas y a obispos“. “Estos -los obispos- son y ejercen de papas en sus respectivas demarcaciones diocesanas, por lo que, si el obispo de Roma es el Vicario del mismísimo Dios, en su parte alícuota y proporcional, también lo serán los obispos”. “A Pedro no solo se le encomendó el gobierno de la Iglesia universal, sino el del mundo entero”. “El derecho civil ha de plegarse ante las instancias religiosas pontificias y episcopales“.

Cada una de estas frases, capítulos, tratados y esquemas enteros de Teología, están, y siguen estando, patroneados por santos, sin que a muy pocos se les hubiera dado la más leve y remota opción para cuestionarlo y menos con el Evangelio en la mano, cuya interpretación “única y verdadera” no podía ser otra que la oficial, acorazada con los correspondientes, “infalibles” e inefables” “Nihil Obstat”.

La gravedad, irreligiosidad, impertinencia y aún necedad de tal planteamiento “teológico” no sería tan de lamentar, si sus consecuencias en la realidad de la vida no hubieran sido las que refleja con exactitud la historia, después de comprobar que esas y otras tesis “escolásticas” y escolares llevaron a la hoguera y a la condenación en esta vida y en la otra, a “disidentes”, a quienes lo único que les preocupaba era,y es , el bien de la Iglesia y el servicio al pueblo.

Ni el papa -obispo de Roma- ni el resto de los obispos son dioses, pese a que en algunos movimientos “religiosos” , además de sobrecargarlos con los títulos de “Santos Padres”, “Su Santidad”, “Sumos Pontífices”,” Vicarios de Cristo”, tiaras, sillas gestatorias, no se les escatime el barbarismo de “Vice-Dios”, con el “totus tuus”, pagano, definitivo y rotundo.

La “sagrada” Liturgia no coopera, sino que obstaculiza -¡y de qué manera¡- la labor netamente catequística y pastoral, respecto a lo que de verdad son y significan los obispos de las respectivas Iglesia, comenzando por la de Roma y en la que el papa Francisco no se ahorra aportarle a su Curia elementos y testimonios de vida con solvencia evangélica.

Revestidos por dentro y por fuera los obispos, y más en sus solemnidades eucarísticas, con sus paramentos litúrgicos, no es hoy posible ser y comportarse como sucesores de los Apóstoles. Ni Pedro, Andrés, Felipe, Santiago - con su espada y caballo-, Judas Tadeo…, ni cualquier otro miembro del Colegio Apostólico, en activo o eméritos, se reconocerían a sí mismos en las ceremonias citadas, con serios e inminentes peligros de perder la fe.

En el organigrama de la Iglesia actual, y en el desenvolvimiento de sus ciudadanos y ciudadanas, están de más los referidos obispos. Estas palabras del bendito papa Pio X pronunciadas el año 1906, confirman y conforman la realidad de su episcopologio:”Solo el Colegio de Pastores tiene el derecho y la autoridad de dirigir y gobernar, mientras que la plebe (sic) no tiene derecho alguno a no ser el de dejarse gobernar como rebaño obediente a su pastor”.

El deísmo episcopal no es solo ceremonial, sino práctico, cívico, pastoral, teológico y además, bíblico. Los obispos no son dioses. Son, ante todo, personas normales. De carne y hueso. Con inclusión, por supuesto, en España, de los deOrihuela-Alicante, Cádiz-Ceuta, auxiliar “itinerante” de Madrid, Córdoba, arzobispos de Oviedo, Toledo, Valencia y otros más, a quienes la connotación “franciscana” difícilmente les es aplicable.

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