El 'padre coraje' del 'caso Gaztelueta' responde al prelado del Opus Dei Juan Cuatrecasas: "Señor Ocáriz, el Opus nunca estuvo a la altura, quisieron tapar la verdad de los abusos"

Juan Cuatrecasas
Juan Cuatrecasas

"Esta carta solo aporta más dolor, es inapropiada, lacerante, inhumana y desde luego todos los que la han podido leer, incluso fuera de la familia, se han preguntado si este señor y la orden que representan tienen aparte de una evidente falta de humildad, un mínimo de vergüenza"

"Seguir atacando a una víctima y superviviente de abusos sexuales después de una sentencia firme que condena al agresor es una conducta reprobable, irresponsable y muy posiblemente delictiva"

"Pedir perdón significa que se reconoce que se ha cometido una injusticia, una agresión personal e institucional por parte del agresor y sus cómplices. Eso implica el perdón, el reconocimiento del relato de la víctima.Todo lo demás es negación y violencia contra la víctima"

"Confío aún que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sea o no sea Monseñor Ladaria quien lo haga, emita un comunicado reconociendo sus errores, que los hubo, tal y como confirmó una fuente vaticana en los medios, el 18 de noviembre de 2018, y que rectifique aquel burofax en donde pedían reponer el buen nombre del profesor"

"Siempre he mostrado una confianza indestructible en el Papa Francisco. Creo que si alguien dentro de la Iglesia ha demostrado cercanía y empatía con las víctimas y supervivientes de abusos y violencia sexual ha sido este Papa, además de religiosos como Hans Zollner, O’Malley o Scicluna"

"Se niegan a reconocer que como en otras congregaciones religiosas y en otros ámbitos de la sociedad, también en sus filas han existido, existen y existirán pederastas. Y lo peor es que con actitudes como la presente, la de la carta de Fernando Ocáriz, no hacen nada para prevenir que sigan cometiéndose estos delitos entre sus cuatro paredes"

"El Vaticano ya admitió y reconoció errores en la investigación, y al parecer aquella declaración de intenciones a Ocáriz tampoco le sirve"

¿Qué sentiste al recibir la carta de Ocáriz? ¿La esperabas?

La valoración que esta familia y en mi caso como portavoz de la misma, hacemos de la carta de Fernando Ocáriz es, para desgracia para quien la escribe y para lo que representa, muy negativa. Ni una sola mención a una petición de perdón a la víctima y superviviente de abusos sexuales continuados a manos de un delincuente numerario del Opus Dei condenado en sentencia firme por el Tribunal Supremo, por la Audiencia Provincial de Vizcaya y previamente por un Auto de Instrucción del juzgado de Getxo que lo imputó. Además hay varios informes periciales no de parte y de parte que acreditan que la exposición de hechos dada por la víctima es absoluta y totalmente compatible con el delito juzgado y sentenciado. Esas periciales fueron contundentes y no alojaban duda alguna para condenar al pederasta de Gaztelueta. Debo recordar además que en nuestro sistema jurídico el testimonio de un o una menor abusados y agredidos sexualmente, cuando va acompañado de criterios facultativos médicos que lo avalan es prueba suficiente para apuntalar la condena, tal y como lo ha manifestado en varias ocasiones el Tribunal Supremo y también el Tribunal Constitucional.

El recurso de amparo que el pederasta numerario solicitó al Tribunal Constitucional no fue siquiera admitido a trámite por el alto tribunal lo cual demuestra la falsedad de sus palabras. El profesor de Gaztelueta gozó de todas las garantías jurídicas preceptivas en este país y decir lo contrario es faltar a la verdad de un modo que puedo calificar de miserable, mezquino y además impropio de alguien que dirige una congregación presuntamente católica

Da la impresión de que Ocáriz no cree en el fallo judicial, aunque lo acate..

Debo además volver a mostrar mi estupefacción cuando este señor habla de defectos procesales en el juicio aunque no lleguen a anularlo. Los defectos procesales que él menciona en su carta deben de existir sólo en su imaginación. El recurso de amparo que el pederasta numerario solicitó al Tribunal Constitucional no fue siquiera admitido a trámite por el alto tribunal lo cual demuestra la falsedad de sus palabras. El profesor de Gaztelueta gozó de todas las garantías jurídicas preceptivas en este país y decir lo contrario es faltar a la verdad de un modo que puedo calificar de miserable, mezquino y además impropio de alguien que dirige una congregación presuntamente católica.

Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, en Polonia
Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, en Polonia

Si acata la sentencia, ¿por qué el Opus Dei no pide perdón, como les solicitó en la carta que les envió?

Mentir no les va a salir gratis. Es del todo imperdonable que aún a día de hoy el Opus Dei siga revictimizando a mi hijo y que lejos de acatar, como el propio Ocariz dice, la sentencia sigan jugando a un juego que lejos de respetar y mirar por los derechos de una víctima de malos tratos y abusos sexuales, además de buylling, lo que hace es recrearse con premeditación y alevosía en causar dolor y en no admitir la verdad, sin aportar reconocimiento y reparación. No menciona el perdón y tampoco una actitud positiva de acompañamiento, facilitando medidas que puedan aportar como institución católica para contribuir a la estabilidad de la víctima y superviviente de Gaztelueta.

Pedir perdón significa que se reconoce que se ha cometido una injusticia, una agresión personal e institucional por parte del agresor y sus cómplices. Eso implica el perdón, el reconocimiento del relato de la víctima.Todo lo demás es negación y violencia contra la víctima.

Esta carta solo aporta más dolor, es inapropiada, lacerante, inhumana y desde luego todos los que la han podido leer, incluso fuera de la familia, se han preguntado si este señor y la orden que representan tienen aparte de una evidente falta de humildad, un mínimo de vergüenza. Ocáriz debe saber que Gaztelueta ha mentido siempre a lo largo y ancho del proceso, que en muchas cuestiones así quedó más que demostrado en el juicio y que por muchos intentos que tengan de blanquear a un delincuente, la gente lo sabe, que son unos mentirosos y unos impresentables. Seguir atacando a una víctima y superviviente de abusos sexuales después de una sentencia firme que condena al agresor es una conducta reprobable, irresponsable y muy posiblemente delictiva.

Ocáriz debe saber que Gaztelueta ha mentido siempre a lo largo y ancho del proceso, que en muchas cuestiones así quedó más que demostrado en el juicio y que por muchos intentos que tengan de blanquear a un delincuente

¿Cuáles son los pasos a dar ahora?

El tiempo va a poner a cada cual en su lugar, el que merece y desde este mismo instante, esta familia empieza a trabajar con sus letrados en dar la respuesta debida en los tribunales y en el ministerio fiscal. La falsa cercanía, la empatía y el cariño no se deben expresar nunca mediante palabras escritas en papel mojado. Requieren sinceridad y esta se demuestra con hechos. La carta de Ocáriz podría demostrar pensando bien una clarísima ignorancia por su parte de cómo se desarrollaron los procesos judiciales, de cuantas contradicciones cometieron los testigos del caso Gaztelueta por parte de la defensa del profesor, y sobre todo de lo que supone ser víctima de abusos y agresiones sexuales.

José María Martínez Sanz
José María Martínez Sanz

La carta insiste en la conducta encubridora demostrada en este caso terrible para un niño por todo el entorno de Gaztelueta, un colegio que esconde entre sus muros muchas realidades silenciadas. Hace poco escuchaba eso de que cuando se trata de consolidar una verdad demostrada y pedir perdón por unos hechos muy graves contra el prójimo, un “pero” sobra y desde luego todo aquello que siga al pero. Ocáriz parece demostrar humanidad con su inicio y su final de carta, pero en el fondo y sin que se necesite mucha capacidad interpretativa, los ataques a la víctima son abundantes e intolerables. Debiera revisar Fernando Ocáriz algo que se enseña en el catecismo, la confesión.

Lo que Gaztelueta y el Opus Dei están haciendo con Juan Cuatrecasas Cuevas es delictivo, intolerable y demuestra que no son dignos de gozar de privilegios en la Iglesia. No tienen derecho a tratar así a una víctima de abusos sexuales y a su familia

Examen de conciencia, Acto de Contrición, Propósito de la enmienda, La Absolución y Cumplir la Penitencia. Lo que Gaztelueta y el Opus Dei están haciendo con Juan Cuatrecasas Cuevas es delictivo, intolerable y demuestra que no son dignos de gozar de privilegios en la Iglesia. No tienen derecho a tratar así a una víctima de abusos sexuales y a su familia. No lo tienen y por mi parte voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que en justicia reciban la contrapartida que merecen.

Umberto Eco escribió que el diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la Fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda. El único pecado mortal que conozco es el cinismo, lo digo yo al igual que lo expresó el jurista newyorkino Henry Lewis Stimson. Y esas dos aseveraciones definen muy bien lo que opino sobre la carta de Ocáriz y sobre el comportamiento del Opus Dei y del colegio Gaztelueta en todos estos años de delirios, arrogancias y de mentiras.

Colegio Gaztelueta
Colegio Gaztelueta Agencias

Ellos saben que lo que digo es cierto y que yo sé que no tienen ni la dignidad ni la honestidad, que decir de valentía, requeridas para reconocerlo, pero deberían de pensar en ello, reflexionar y darse cuenta que sus excusas ya no sirven, que a estas alturas todos y todas saben que sucedió realmente en aquel despacho de Gaztelueta y que lo único que consiguen con cartas como esta es quedar públicamente en evidencia.

Los tribunales han hablado, incluso teniendo que tolerar que supriman algo tan evidente como es una condición de superioridad del profesor sobre el alumno para rebajar una condena de once años. O cuando se rebaja la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia alegando que la víctima engrosó su relato a lo largo del tiempo, cuando en Mayo de 2011 ya relató desde el minuto uno de su testimonio, acoso escolar y abusos sexuales, además de amenazas y trato degradante. Dejen de mentir, dejen de proteger al pederasta. Protejan a la víctima, parece increíble que a estas alturas tenga como padre que estar reivindicando esto cuando hace un año que se acabó la vía penal con el cierre preceptivo que todos conocemos.

Ademas de escribir al prelado del Opus, también lo hizo al cardenal Ladaria. Entiendo que no ha recibido respuesta…

Nosotros como familia hemos puesto toda la carne en el asador. Si un sistema jurídico permite que un agresor sexual no entre en prisión ya el problema no es nuestro, digo yo que será el propio sistema quien tendrá que revisar esta incongruencia. Igual pasa con la Iglesia y confío aún que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sea o no sea Monseñor Ladaria quien lo haga, emita un comunicado reconociendo sus errores, que los hubo, tal y como confirmó una fuente vaticana en los medios, el 18 de noviembre de 2018, y que rectifique aquel burofax en donde pedían reponer el buen nombre del profesor. Hoy en día el buen nombre a reponer es el de Juan Cuatrecasas Cuevas, ha quedado suficientemente claro y acreditado. Pese a los intentos del Opus Dei de seguir mintiendo y machacando a una víctima de abusos sexuales.

El jesuita español y prefecto de Doctrina de la Fe es cardenal desde 2018
El jesuita español y prefecto de Doctrina de la Fe es cardenal desde 2018

Dado que ni el Opus Dei ni el cardenal Ladaria han pedido perdón… ¿cree que será el Papa Francisco quien lo haga?

Siempre he mostrado una confianza indestructible en el Papa Francisco. Creo que si alguien dentro de la Iglesia ha demostrado cercanía y empatía con las víctimas y supervivientes de abusos y violencia sexual ha sido este Papa, además de religiosos como Hans Zollner, O’Malley o Scicluna. Y se que hay mucha gente de Fe que sabe que el caso Gaztelueta nunca ha ofrecido dudas. El testimonio de Juan en todas las instancias religiosas y civiles ha sido siempre creíble y creído. Otra cuestión es que en el colegio Gaztelueta y en el Opus Dei hayan intentado falsear la realidad de mil maneras sin lograrlo porque la gente no es tonta pese a que ellos crean que sí

¿Cómo está Juan? ¿Y la familia?

Juan al igual que su madre, su hermano y yo no entiende el comportamiento de estas personas que se autodefinen como virtuosas en principios religiosos y que predican respeto, humanidad y valores, cuando luego son incapaces de pedir perdón. Algo falla en sus mentes, y es fruto de su arrogancia.

Juan Cuatrecasas (hijo), víctima y superviviente de abusos sexuales en el colegio Gaztelueta, del Opus Dei
Juan Cuatrecasas (hijo), víctima y superviviente de abusos sexuales en el colegio Gaztelueta, del Opus Dei Eldiario.es/Euskadi

Un buen amigo y compañero de asociación ANIR, Alberto, me decía el otro día tras leer la carta de Ocáriz que :

Cuanta patología mental y maldad hay en esa carta, es una radiografía de cómo funcionan y piensan, porque está muy bien que la justicia civil diga lo que sea, ellos llegaron a otra conclusión, porque lo importante no son los hechos probados en sede judicial ni lo que se estaba juzgando, que era el abuso de un menor, porque la justicia civil está ahí de pegote y hay que cumplirla pero no es lo importante. Lo importante es su justicia, su verdad y el que se ponga en su camino hay que destruirlo y desprestigiarlo por todos los medios, aunque la justicia civil diga que no tienen razón, la respuesta de la Prelatura está por encima del bien y el mal. Oscuridad del Medievo en pleno siglo XXI.

Transcribo estas líneas porque definen muy bien lo que la gente puede vislumbrar tras una carta en donde no hay el reconocimiento debido a un niño, hoy ya adulto, por parte de personas que se niegan a reconocer que como en otras congregaciones religiosas y en otros ámbitos de la sociedad, también en sus filas han existido, existen y existirán pederastas. Y lo peor es que con actitudes como la presente, la de la carta de Fernando Ocáriz, no hacen nada para prevenir que sigan cometiéndose estos delitos entre sus cuatro paredes. Negacionismo maldito. Conductas de gravísima irresponsabilidad. Y es que señor Ocáriz en efecto deben acatar la verdad judicial, pero lo que usted hace en esa carta no tiene nada que ver con el verbo acatar. No se engañe ni pretenda que engaña a alguien, la gente sabe la verdad judicial y también la otra: la de una congregación que nunca estuvo a la altura requerida en un caso de abusos sexuales continuados a un menor en un colegio del Opus perpetrados por un numerario delincuente y encubiertos por todo un grupo de numerarios y empleados del centro escolar, cometiendo además la torpeza de involucrar a golpe de silbato a otros alumnos con firmas notariales pagadas por el colegio como quedó demostrado en el juicio. Porque el cúmulo de falsedades y mentiras de ustedes nada tiene que ver con la verdad, tampoco la de Imanol Goyarrola que sabe perfectamente de qué hablo. Sus verdades siempre fueron distintas en público y en petit comité, en los medios de comunicación y en el chalet de Gaztelueta. Porque querían tapar la verdad y pretenden seguir haciéndolo sin rubor pero las máscaras, las suyas, ya cayeron.

En los próximos meses Ocáriz llegará a una conclusión, para su vergüenza y la de todo el sector más ortodoxo de la Obra, que con su carta se equivocó. Y que en esta vida defender lo propio, lo que representas requiere de vez en cuando limpiar la suciedad y sacudir las alfombras y ventilar las alcantarillas porque aunque parezca que tapar lo negativo y delictivo es defender ocultando la terrible realidad, en el fondo es justo lo opuesto por el vértice

En los próximos meses Ocáriz llegará a una conclusión, para su vergüenza y la de todo el sector más ortodoxo de la Obra, que con su carta se equivocó. Y que en esta vida defender lo propio, lo que representas requiere de vez en cuando limpiar la suciedad y sacudir las alfombras y ventilar las alcantarillas porque aunque parezca que tapar lo negativo y delictivo es defender ocultando la terrible realidad, en el fondo es justo lo opuesto por el vértice. Es poner en marcha el cronómetro del tiempo que resta para que la verdad fluya, como ha ocurrido con el caso Gaztelueta, y los hechos probados te dejen en evidencia. En breve Ocáriz se dará cuenta de ello pero ya será tarde. Porque el Vaticano ya admitió y reconoció errores en la investigación, y al parecer aquella declaración de intenciones a Ocáriz tampoco le sirve. Nada le sirve salvo su prepotencia, la de sus huestes, y ese pálpito de arrogancia que dice muy poco de todos ellos.

Fernando Ocáriz
Fernando Ocáriz

Dijo Camilo José Cela que “Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una.” La defensa de una verdad que los que tratan de defenderla saben de antemano que no lo es, que es mentira, ha sido lo que hicieron Gaztelueta, su director, el consejo de administración y el AMPA. Por eso cuando tuvieron que racionalizar sus insultos hacia la víctima, sus mentiras y acusaciones delirantes, no dieron ni una. Y siguen en la misma línea pese a que ellos saben que ni defectos procesales, ni duda alguna al respecto, ni leche de higuera. Triste de ti, Fernando Ocáriz. Triste carta, demostración de cobardía y de falta absoluta de principios. Desde hoy y hasta el final, que cada palo aguante su vela. El examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma. Le llamo a reflexionar sobre los actos cometidos y cómo estos pueden afectar al entorno y le recomiendo realizar un examen íntimo de los pensamientos y obras para determinar si se ha actuado de buena o mala fe con el prójimo, con mi hijo y mi familia.

Parece como si Ocariz y los suyos se abrazaran a Chomsky, cuando explicaba el concepto de posverdad, se llama posverdad a la distorsión deliberada que se hace de la realidad con el fin de moldear la percepción y las opiniones de la gente. Aunque para desgracia de ellos el gran Chomsky les quede muy lejos y la gente a estas alturas ya sepa cuál es la verdad, sin calificativos, la verdad jurídica y la no jurídica.

Triste carta, demostración de cobardía y de falta absoluta de principios. Desde hoy y hasta el final, que cada palo aguante su vela

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