Movimientos neoconservadores en la Iglesia Católica La estructura organizativa del Opus Dei y de Comunión y Liberación, bajo sospecha

La estructura organizativa del Opus Dei y de Comunión y Liberación bajo sospecha
La estructura organizativa del Opus Dei y de Comunión y Liberación bajo sospecha

Dos grandes organizaciones católicas: Opus Dei y Comunión y Liberación, están siendo reconducidas y sometidas a discernimiento por Francisco I

Francisco, en su reforma de diversas estructuras de la Iglesia, no sólo ha intentado corregir fallos de estos Nuevos Movimientos, ha puesto el dedo en la llaga de muchas posturas de la Iglesia que necesitan ser revisadas y corregidas. El camino sinodal va en esta dirección: valorar más el 'sensus fidelium'

¿Cómo se explica el auge de estos Nuevos Movimientos y la coincidencia ideológica de sus planteamientos con la inmensa mayoría de los jerarcas de la Iglesia después del Vaticano II?

Dos grandes organizaciones católicas: Opus Dei y Comunión y Liberación, están siendo reconducidas y sometidas a discernimiento por Francisco I

Después del Concilio Vaticano II, aunque el Opus Dei ya existía con anterioridad, surgen una serie de organizaciones católicas, que se pueden agrupar bajo el nombre de Nuevos Movimientos. Estos van a tener una gran influencia en la Iglesia Católica y son un apoyo eficaz en la labor de reconducir y meter en la nevera al llamado espíritu conciliar que, según su opinión, rompía con algunos puntos de la tradición de la Iglesia y ponía en peligro la conservación integra del “depósito de la fe”. Esta labor fue bendecida y apoyada por los dos Papas que siguieron a Pablo VI: Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Concilio Vaticano II

La teóloga Isabel Gómez Acebo describe a estos grupos católicos neoconservadores así: “Tienen su mirada en el pasado donde encuentran las verdades de toda la vida que les dan tranquilidad frente a la oferta pluriforme del mundo actual. Sienten aprensión por lo nuevo y tachan de relativismo la evolución y los deseos de cambio. Priman la unidad sobre otros conceptos y favorecen una estructura de gobierno autoritaria. En este tipo de asociación pierde fuerza la conciencia individual mientras que se acentúa la persona del líder. El Opus, el Movimiento Catecumenal y Comunión y Liberación son ejemplos paradigmáticos de estos grupos”. (Gómez Acebo, 2006, 231)

Estas son las características básicas de todos estos Nuevos Movimientos:

-Valoración excesiva de la autoridad, la certeza y la unidad y desconfianza de la autonomía personal, la búsqueda y la diversidad.

-Búsqueda de apoyo en el poder jerárquico, el poder político y el económico para llevar adelante sus planes supuestamente evangelizadores.

-Consideración del laicismo y el relativismo como el gran peligro para la Iglesia y la sociedad.

Vivir en la certeza, refugiarse en una autoridad incuestionable que dicta cuáles son las verdades y los comportamientos correctos, da seguridad, pero destruye la autonomía personal y hace innecesaria la búsqueda. Seevita el relativismo en aras del dogmatismo y la sumisión aceptada, da lugar a personas seguras, pero intransigentes. Esto es un gran peligro que acecha a la Iglesia.

Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, tiene una serie de choques iniciales en su diócesis por culpa de “sus certezas”. Nos lo cuenta una persona nada sospechosa: Camisasca, responsable general, en ese momento, de los sacerdotes de esa organización. Nos dice que Giovanni Colombo, cardenal de Milán, como respuesta a Giussani que se queja de estar “condenado al ostracismo” le contesta así:

“Cuando expresaba mis reservas frente a algunas de tus extremas certezas, no pretendía hablar de las fundadas en Jesucristo (in neccesariis unitas), sino de las que se basan en tus puntos de vista” (CAMISASCA, 2004, 295)

El peligro está en que la seguridad, la firmeza y certeza se fundamentan en el líder fundador o el Papa, si es de su “cuerda”, y no en la persona de Jesús de Nazaret. Juan Manuel de Prada, miembro de C.yL., comentando el libro de Giussani “Educar es un riesgo”, nos dice: “La experiencia de la autoridad surge en nosotros al encontrarnos con una persona cuyo ejemplo suscita en nosotros una inevitable adhesión”

Giovanni Colombo: "El peligro está en que la seguridad, la firmeza y certeza se fundamentan en el líder fundador o el Papa, si es de su “cuerda”, y no en la persona de Jesús de Nazaret"

La autoridad, que da seguridad y certeza, es básica en estos Movimientos neoconservadores católicos. En épocas de crisis la certeza y la adhesión inquebrantable al líder atraen; pero tienen el gran peligro de promocionar a personas que acceden a los escritorios de los diversos Dicasterios en el Vaticano y proporcionar tinta china para dictar y fijar normas, condenas y leyes.

Según el teólogo J. M. Rovira Belloso, la Iglesia tendría que escribir lo que no es esencial con la humildad del que escribe con lápiz. La raíz de las perversiones de la religión consiste en atribuir la condición de absolutas e inmutables a las mediaciones culturales que se originan a la hora de poner en práctica esa religión: normas, creencias, instituciones que surgen y sujetos que gestionan. Estas normas, instituciones y personas se convierten en ídolos que suplantan a Dios y esclavizan al sujeto religioso.

La lucha contra el laicismo y la autonomía llevó a Benedicto XVI, con motivo del JMJ 2011 en Madrid, a cargar contra quienes, “creyéndose dioses, desean decidir qué es o no verdad, lo que es bueno o malo, justo o injusto”, palabras muy duras a las que contestó con otras, no menos duras, Javier Marías en el País Semanal del 4 de septiembre de 2011: “…Cuando no otra cosa lleva dos mil años haciendo la institución que él preside, con la agravante de imponérselo a los demás”. Aquí está el principal campo de desencuentro de la Iglesia con el hombre actual que tiene plena conciencia de autonomía, siguiendo un proceso que se origina a partir del Renacimiento y la Ilustración.

Estos Nuevos Movimientos, desde un principio, consideran ilegítimo que el Estado legisle saliéndose de la “recta razón” y de una ley natural interpretada por la Iglesia. Esta convicción motiva la lucha de la jerarquía eclesiástica, apoyada fervorosamente por estos grupos, contra la ley del divorcio, de los matrimonios homosexuales o de la eutanasia.

 J. M. Rovira Belloso: "La raíz de las perversiones de la religión consiste en atribuir la condición de absolutas e inmutables a las mediaciones culturales que se originan a la hora de poner en práctica esa religión"

¿Cómo se explica el auge de estos Nuevos Movimientos y la coincidencia ideológica de sus planteamientos con la inmensa mayoría de los jerarcas de la Iglesia después del Vaticano II?

Proponemos una posible clave de interpretación:

Después de una etapa de apertura esperanzada al mundo, coincidiendo con el Concilio Vaticano II, viene una etapa de decepción, desconfianza y desánimo.

En Italia, en concreto, está en auge el PCI y otros grupos radicales, se promueven leyes, como la del divorcio, que se consideran atentatorias a la doctrina de la Iglesia, se tiene la impresión de que la cultura ha dejado de ser católica, las organizaciones eclesiales de laicos, como la Acción Católica, entran en crisis y no forman militantes seguidores unánimes de las directrices de la Iglesia.

Todo ello lleva a un replanteamiento de la relación de la jerarquía con las organizaciones católicas y a la pérdida de la confianza en los movimientos de laicos abiertos al mundo, como la AC especializada y las comunidades de base, y a la entrega de la confianza a los Nuevos Movimientos, más eclesiocentristas y preocupados por la identidad cristiana, más centrados en el tema de la increencia y menos en la lucha por una sociedad más justa, con menos optimismo antropológico y más desconfianza frente al mundo

Ratzinger, en su informe sobre la fe del año 1985, también añora las certezas, así advierte que: “la catequesis no puede seguir siendo una enumeración de opiniones, sino que debe volver a ser una certeza sobre la fe cristiana con sus propios contenidos”. Para Ratzinger las teologías innovadoras son utópicas y llevan el sello de las mentalidades de la burguesía opulenta de Occidente, ya que, según él, la Iglesia del humilde pueblo de Dios “es bien diferente de cómo se la imaginan en esos laboratorios donde se destila la utopía” (RATZINGER, 1985, 24)

Ratzinger

Para Ratzinger las teologías innovadoras son utópicas y llevan el sello de las mentalidades de la burguesía opulenta de Occidente, ya que, según él, la Iglesia del humilde pueblo de Dios

es bien diferente de cómo se la imaginan en esos laboratorios donde se destila la utopía"

Se observa una gran desconfianza en el hombre y una visión distorsionada de Iglesia. Cuando se pone a la Iglesia tan exageradamente en el centro, tenemos el peligro de olvidar que ella está al servicio del Reino de Dios y no al revés. Dios quiere que le demos gloria haciendo que el hombre viva, como nos dice San Ireneo.

Afortunadamente algo está cambiando en la Iglesia. En el discurso del Papa Francisco a los líderes de los Nuevos Movimientos, en septiembre del año 2021, les decía: “Caemos en la trampa de la deslealtad, cuando nos presentamos ante los demás como los únicos intérpretes del carisma, los únicos herederos de nuestra asociación o movimiento, o cuando, creyéndonos imprescindibles, hacemos todo lo posible para ocupar puestos de por vida.”

En el Motu proprio “Ad Charisma tuendum” (para tutelar el carisma), publicado el 22 de julio de este año 2022, dice el Papa que la forma de gobierno del Opus Dei estará basada más en el carisma que en la autoridad jerárquica y que tiene que haber renovación de cargos para no hacer líderes insustituibles. Además quien esté al frente de la prelatura ya no será obispo y pasará a depender del Dicasterio del Clero, al que rendirá cuentas anualmente.

Se intenta corregir la visión personalista de esas organizaciones cristianas. Se busca que el grupo no gire en torno al líder, al que se sacraliza y se le dan poderes casi absolutos, sino que tenga un sentido más de comunidad de iguales. Divinizar a una persona facilita la sumisión incondicional, da seguridad, pero es fuente de serias desviaciones.

Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación desde la muerte de su fundador Luigi Giussani en el año 2005, dimitió de su cargo y ya no estuvo, junto a los líderes de los Nuevos Movimientos, en el duro discurso del Papa Francisco en septiembre de 2021. Dimite, según sus palabras, para favorecer el cambio al que el Papa Francisco llama a todos los Movimientos. El Decreto, al que hace referencia, es el emitido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida por el que se regula la duración y el número de los mandatos de gobierno y la necesaria representatividad de los miembros en el proceso de elección del órgano de gobierno.

Con relación al Movimiento “Comunión y Liberación, el Papa Francisco nombró el 24 de septiembre de 2021 un delegado especial para que supervise la Asociación de los “Memores Domini”, laicos consagrados. Un año antes, el 26 de junio de 2020, el Padre Chirlanda había sido nombrado como asistente pontificio para los asuntos canónicos relacionados con la Asociación. Se señala en el Decreto que debe velar para que en los “Memores Domini” “haya una clara separación entre el ámbito de gobierno de la Asociación y el ámbito de conciencia de sus miembros”. Se da la circunstancia de que Benedicto XVI vive junto a cuatro miembros de esta asociación (laicas consagradas), quienes lo asisten en su vejez.

Está claro que se quieren corregir algunas características de estos grupos excesivamente conservadores, dependientes de su líder espiritual y confiados en el poder civil y religioso para tener influencia y poder; de hecho, buscan estar en puestos de influencia para sacar adelante sus planteamientos religiosos y “sus verdades”. Muchos de los miembros son austeros en lo personal, pero demasiado dependientes y servidores de una organización que quieren poderosa, rica e influyente. La excesiva influencia del líder que se considera intocable y la falta de pensamiento crítico y autonomía personal son defectos estructurales que la Iglesia quiere corregir.

Papa Francisco

Pero el Papa Francisco, en su reforma de diversas estructuras de la Iglesia, no sólo ha intentado corregir fallos de estos Nuevos Movimientos a los que hemos hecho alusión. Él ha puesto el dedo en la llaga de muchas posturas de la Iglesia que necesitan ser revisadas y corregidas. El camino sinodal va en esta dirección: valorar más el “sensus fidelium” (el sentir de los fieles). Uno de los males más subrayados ha sido el excesivo clericalismo en la acción de la Iglesia y el estar cerrada en sí misma e inamovible en planteamientos y normas no inmutables. Esto excede la brevedad de un artículo y merecería tratarse con más detenimiento. Sólo unos breves apuntes:

Las parroquias siguen sin dar pasos para convertirse en verdaderas comunidades de vida, de acción y de comunicación de bienes. El número, en descenso, de practicantes podría ir facilitando esta transformación, pero preferimos cerrar los ojos y continuar como si nada estuviera pasando.

La vida cristiana sigue pivotando sobre el cleroy la participación de los laicos sigue siendo de colaboración, no de corresponsabilidad, se les puede consultar, pero no deciden.

Vemos que el descenso alarmante del ministerio ordenado (sacerdotes) y la disminución de creyentes y practicantes está llevando a cerrar algunas Iglesias y a agrupar fieles que siguen siendo masa. No se plantea mantener y dar valor y protagonismo a las pequeñas comunidades cristianas que se consideran algo más que masa. Todo esto no es sólo cuestión de palabras y buena voluntad. Se necesitan reformas estructurales para hacerlo posible.

Los Nuevos Movimientos necesitan un planteamiento más evangélico, pero no debemos olvidar que todos los cristianos necesitamos un nuevo ímpetu y unos nuevos modos para hacer presente y creíble el mensaje del evangelio a los hombres y mujeres de hoy.



Referencias bibliográficas

CAMISASCA,M. (2004), Comunión y Liberación (La reanudación, 1969-1976), Ed. Encuentro. Madrid.

GIUSSANI, L. (1990), El Movimiento de Comunión y Liberación. Una entrevista en dos tiempos: 1976/1986, realizada por Robo Ronza. Ed. Encuentro. Madrid.

GÓMEZ-ACEBO, I., (2006) Balance del Laicado, en AA.VV., 25 años de Teología: Balance y perspectivas. Ed. PPC. Madrid

MARÍAS, J. “Excomuniones de quita y pon” El País Semanal, 04/09/2011

PRADA, J. M.. “Autoridad”. XLSEMANAL, 09/04/2006.

RATZINGER, J. (1985), Informe sobre la fe. Ed. BAC. Madrid.

Motu Proprio 'Ad Charisma tuendum'

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