"La cruz es el centro que une las líneas verticales y horizontales" Mi perfil de Jesús: Amar a lo ancho y a lo alto

Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret Maximino Cerezo

"Jesus se yergue en su Resurrección para divinizar la corporalidad humana que la asumió en su terrenal plenitud"

"Jesús es la antítesis de los vencedores y vencidos,  de dominadores y dominados, de los explotadores y explotados,  de victimarios y víctimas, de las injusticias y las humillaciones, de los abusadores y abusados…"

"La vocación humana está llamada a humanizarse, encarnarnos en el amor por el cual fuimos engendrados. Regresar a nuestras conciencias"

La cruz es el centro que une las líneas verticales y horizontales.  Ambas se extienden hacia lo infinito.  Jesús asumió la cruz que le impuso el imperio romano  e  instigado por el poder religioso de la época porque atentaba contra las prescripciones de la religión judía.  Jesús ya lo había pre anunciado:  ”Cuando fuese alzado todo lo atraeré hacia Mí”.

Jesús  con  nosotros

Él a su vez, su ser, su existencia era la cruz misma:  vivió la horizontalidad  humana,  Enmanuel  “Dios con nosotros”,  “compartió la amistad femenina e hizo de la  mujer una presencia protagónica en sus momentos más álgidos de su misión: en su Crucifixión y Resurrección.  Vivió 30 años al lado de su padre y de su mamá que lo aguardó con la ternura misma de la vida. 

Jesús

Por su Encarnación se identificó con la naturaleza humana : “Tuve hambre y me diste de comer,  tuve sed y me diste de beber en aquel que…”, “Pablo ¿por qué me persigues?”  Sus tres años en Misión de su Padre: “liberar a los oprimidos conviviendo con ellos”, “he venido para que tengan vida, vida en abundancia”   ”He venido a servir y no a ser servido”,  como  cocreador de la naturaleza que es un templo de servicio a la vida.  Y rotunda:   “Ama a Dios con toda tu alma y al prójimo como a ti mismo” en esto se resume el sumo, y el zumo de la vida.  

La sensibilidad de Jesús para infundirnos de su Mensaje nos horizonta la realidad invisible con las entrañas del alma, adopta las palabras que van hilvanando imágenes evocantes.  Escuchar sus parábolas  ya nos introduce a la comprensión cordial que nos hermana.  Todo en Él es vida,  trasciende las filosofías, las ideologías, los cánones civiles.  Nos hace sentir lo que más nos une en nuestras diversidades. “La letra mata, el espíritu vivifica”.

Jesús crucificado en su agonía abismal de sentirse rechazado por su pueblo  consagra  su principio vital: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”. Transparenta   su máxima transcendencia:    En su cúspide de altura infinita  brilla su corona suprema de amor ante la perversa corona de espinas.

Jesús emblema la vida como el amor mismo: “Yo soy el camino, la verdad, la vida”,  vida también de la vid del vino “que alegra el corazón”.  Jesús hará del vino su sangre como bebida para la insaciable sed de la fugitiva felicidad humana.  Jesús es la cruz por antonomasia,  es la horizontalidad de la fraternidad al compartir el pan con todos, compartir el pan del vivir, de la  convivencia recíproca. Sanarnos de nuestras fragilidades.   

Jesús

Jesús con nosotros, con su Padre

Jesús se  “Verticaliza” y nos “Verticaliza”:  Cuando quieran dirigirse a Mi Padre, díganle: “PADRE NUESTRO, que estás en los cielos… que nuestras voluntades estén en Ti..,  dános el pan del vivir… perdónanos como perdonamos… acompáñanos en nuestras crisis…. “Jesús nos pone en su esfera de filiación y pasamos a ser también En Él hijos del Padre Creador.      En su súplica postrera: “Padre, Lo que me has dado… que todos sean Uno como Tú Padre estás en Mí y yo en Ti…”.   

Su Resurrección nace de su propio Espíritu: Ser el Verbo de Dios, El Verbo que Aflora, “La Palabra Creadora”, el mismo Espíritu que se entrañó en el vientre de María, el mismo Espíritu como El Hijo bien amado por Su Padre que En Él puso  su gozo,  el mismo Espíritu que mecía las aguas de los océanos.  Su mismo Espíritu que le dio a Lázaro para levantarlo de su mortaja. 

Se yergue en su Resurrección para divinizar la corporalidad humana que la asumió en su terrenal plenitud  y nos permanece con su cuerpo de pan para una mesa donde estén todos.  “Y, donde hayan dos o más reunidos en mi nombre, yo estaré con ellos”.          

Jesús en nuestra temporalidad

Insoslayable es acotar que reunirse en su nombre  es para vivir de Su Espíritu, de su fraternidad, de su savia “yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. Estar Con Él, En Él no es para elucubrar ideas y dogmas es para impregnarnos de su amor de cielo y de tierra. Nos misiona “Vosotros sois la sal de la tierra, luz del mundo”.   ¿Qué tanto damos sabor, que tanto abrimos ventanas y puertas? ¿Qué tanto separamos la paja del trigo? 

Yo soy la vid

Jesús no escribió nada, los evangelios se escribieron  muchos años después que ascendiera a los cielos.   Sin embargo se ha escrito sobre Jesús montañas de escritos y de no pocas películas.  Quién nació en un establo le han construido  templos  majestuosos, suntuosos para su gloria, pero su gloria Dios mismo la Gloria es una humanidad de buena voluntad en amasar la paz, la justicia.     

Jesús es la antítesis de los vencedores y vencidos,  de dominadores y dominados, de los explotadores y explotados,  de victimarios y víctimas, de las injusticias y las humillaciones, de los abusadores y abusados….  de la mediocridad  que lapida la conciencia,  de la soberbia vacua, de las prepotencias, de “los ciegos que no quieren ver” pero saben  dividir para reinar, dejar a otros en el camino bajo el dogma de la competencia que desarrolla pero nos enrolla.

Una sociedad ¿contra sí misma?

Se crucificó a Jesús con máximas crueldades para anular su “revolución del amor”.  Pero es la Humanidad misma que se crucificó y quedó enclavada de sus propias ambiciones, de sus egolatrías, de sus propias “riquezas” que crean las miserias,  sociedades,  países  en eternas rivalidades y guerras,  “el hombre lobo para el hombre” endiosado de su inteligencia con pies de barro…  

La humanidad se apoderó de la naturaleza, ha violado sus leyes y ahora es impotente ante el calentamiento global.  En sus “encruci-jadas”  debaten y debaten por años, quién renuncia primero a desactivar las armas nucleares, a descontaminar lo que han contaminado.   Llevamos 26 años que los Gobiernos se comprometen a disminuir el CO2 y aún estamos en los niveles conducentes a futuros catastróficos,  sus ciegas obsecaciones no le permiten ver que  sus hijos y los hijos de sus hijos vivirán un planeta arruinado.  Pese a vivir en  ascuas, el  mundo científico tecnológico  crea el transhumanismo…  “seres humanos  inmortales robotizados”.

Covid y mundo
Covid y mundo

No en vano nos llegó el revolucionario Covid 19 que puso de rodillas a nuestra humanidad para que reaprendamos a valorar la vida, reaprendamos que todos nos somos interdependientes.   Mi pregunta con muchas aprehensiones es:  ¿El Covid 19 sería más eficiente en recentrar la existencia humana confinándola por meses y meses en sus casas…? ¿ Y  Jesús qué habría logrado?  La diferencia que el Covid 19 nos tortura,  Jesús nos desbordó su amor liberador y su existencia permanece como un Faro irreductible: “Antes y después de Cristo”.  

Con Jesús no podemos cuestionar al Padre Creador que nos haya abandonado…

La Vocación Humana:

Está llamada a humanizarse, encarnarnos en el amor por el cual fuimos engendrados. Regresar a nuestras conciencias ….    Amar a lo ancho y a lo alto, sumarnos al coro de la creación.  

El  bien           El  mal

El bien convive con el mal porque lo comprende y lo busca…,   el mal lo rechaza,  se acoraza.

El bien ama, construye y se auto recrea…, el mal odia, destruye y se destruye.

El bien es de todos y para todos….,   el mal  excluye.

El bien es belleza, libera.., el mal horroriza, esclaviza.

El bien común en los hogares, en el cuerpo social es su columna vertebral.   Su ausencia disocia, corrompe.  

Ángeles de la Navidad

AL PERSONAL DE SALUD PÚBLICA EN PANDEMIA

Nuestra  gratitud  infinita  que  ha encarnado el bien supremo  de  exponer sus  vidas  con  jornadas  extenuantes   por meses  y meses  al rescate  de  los  pacientes  graves  por el Covid 19.

Nuestro  profundo silencio de amor por los profesionales  mártires  del  Covid 19. 

(Los  buenos  Samaritanos y Samaritanas que Jesús  se  refirió  en su parábola ¿quién  es mi prójimo?:  Hoy  el Personal  de la  Salud  Pública,  quizás sin   haberla leído, la  ha cristalizado). 

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