Cómo garantizar una política cristiana verdadera ¿La política de la España católica es acorde o extraña al Evangelio?

Bandera española en las escaleras de un pueblo
Bandera española en las escaleras de un pueblo Sam Williams

"El Jesús rebelde fue apresado, juzgado y crucificado por las autoridades, creyéndose haber dejado así todo resuelto. Pero sus previsiones de nada sirvieron, pues  el injustamente Crucificado resucitó, mostrando ser invicto poseedor de la vida y mostrar que Él era hijo de Dios, principio y fin de toda vida; y que seguirle a él exigía comenzar  por cuidar y liberar  a los más marginados y empobrecidos en todo momento y en cualquier lugar de la tierra"

1-El planeta tierra y el ser humano

Subsistimos y seguimos explorando nuestro destino dentro del planeta tierra, territorio apto para ser habitado por el ser humano. La relación de ambos, es razón de que ninguno de los hechos ocurra al azar.

I-El después del Reino de Dios  

Aunque la historia humana comenzó mucho antes, a gran parte del mundo actual le atañe desde el momento de la llegada del Reino de Dios, aportado por Jesús de Nazaret y que   alcanza ya un recorrido de dos mil años. Se quiera o no, tal hecho ha marcado profundamente la Cristiandad universal, presente en mayor o menor grado en los cinco Continentes.

Lógicamente, para entender nuestro momento actual, se requiere analizar las vicisitudes de ese largo proceso. Sus muchas vicisitudes   nos permiten discernir y calificar lo que queda de innegable realidad y lo que ha flotado de ilusa creatividad. En este sentido, contamos con núcleos seguros de verdad, válidos para nuestro convivir actual. Apunto los siguientes:    

1.En el reino de Dios, promulgado por Jesús, quedan como principios irrenunciables:

1º)-En el reino de Dios, todos somos hermanos e iguales.

2º) -Los preferidos en ese reino son los más explotados y empobrecidos.

3º) Todo lo que se haga con ellos, es como hacerlo   a Jesús mismo.

2. ¿El reinado político actualmente vigente en países cristianos,  es  propiamente cristiano?

Pregunta sin respuesta, porque ni se la hace. Sin embargo, reconocidos juristas de la fiscalía anticorrupción, declaran que no lo es. Sus contradicciones manifiestas imposibilita luchar por hacer realidad el principio de la igualdad de todo ser humano, a pesar de estar ratificada con adhesión oficial a la Declaración universal de los derechos humanos y más directamente a la Constitución Española.

3- Inspiradora e instructiva sería la tarea de poder desgranar toda la larga historia de la bilateral relación humanidad/política. No lo vamos a hacer. Nos ceñimos a enlazar nuestra internacionalidad política a partir de Jesús de Nazaret, cuyo nacimiento bimilenario marca un antes y un después en la historia humana. Una historia que abarca todo un período que aún hoy se está dilucidando.

Jesús de Nazaret: indignado con las autoridades religiosas y el poder político (Juan José Tamayo)
Jesús de Nazaret: indignado con las autoridades religiosas y el poder político (Juan José Tamayo)

4- A este respecto, conviene destacar que todo el devenir cristiano tiene origen y sentido en JESUS DE NAZARET. De él disponemos y de él deriva el comprometerse a no relegarlo y saber cómo aplicarlo en nuestros días. Dicha aplicación presupone conocer   varios aspectos de su vida que me permito apuntar: 

* Fue clara y pública su implicación en el ámbito religioso y sociopolítico. Sin ser un político partidista, la política imperante no pudo resultarle indiferente y se confrontó con ella abiertamente.

* La confrontación la fue haciendo día a día, sacando a luz pública el   desleal comportamiento de quienes presumían de enseñar y hacer cumplir lo establecido por la legislación religiosa y política.

*Contra lo que nadie podía imaginar, Jesús hizo pública denuncia de la egoísta y retorcida interpretación de los que figuraban como maestros y regidores de las leyes religioso-políticas.

*La autoencumbrada autoridad alcanzó tales límites de falacia e hipocresía, que Jesús no dudó en denunciarla una y otra vez, sabiendo que se atraía un resentido y mortal odio: “Este hombre no nos conviene, hay que eliminarlo”.

* Pero, lo escandaloso y lo más comentado fue que Jesús, sin título alguno que lo acreditase, no sólo enseñó lo que debía hacerse para honrar Dios, sino que sorprendió al proclamar que se había cumplido el plazo y El venía a implantar el reino de Dios, un reino que - ¡oh paradoja!- reivindicaba la primacía de los últimos, es decir, de los que nada representaban o valían en la sociedad:  los marginados, los más explotados y empobrecidos.

* Obviamente, la propuesta de Jesús se expandió como un rayo, era una revolución de arriba abajo, inaudita e intolerable.

- Y, en efecto, tras ser febrilmente espiado, increpado y difamado, fue apresado, juzgado y crucificado por las temidas autoridades, dándolo como por definitivamente acabado.

*  Pero, sus previsiones de nada sirvieron, pues el injustamente Crucificado, resucitó mostrando ser invicto poseedor de la vida y que era en verdad hijo de Dios, el Mesías esperado, principio y fin de toda vida y señalaba como inapelable en su reino la primacía de los más marginados y empobrecidos.

Primacía que exige primero de todo publicitarlo para comprobar y reprobar la programación y objetivos de Gobiernos y Partidos que proyectan ser palmariamente antidemocráticos.

Lo son, pues conciertan un sistema económico y político que favorecen a los más poderosos, con normas anticonstitucionales y que no intervienen cuando las empresas actúan contra el interés general, apoyando lo más propio de un capitalismo que ofende la dignidad y libertad de los ciudadanos. ¿A quiénes sirven los Partidos? ¿Su ética pública   está guiada por la Justicia y el Bien de los ciudadanos, que no son mercancías sino ser es humanos con una dignidad y derechos inviolables?

 La vida de cada día demuestra que para esta política neoliberal y para quienes la aplican, estos principios pueden ser menospreciados legitimando el ilícito enriquecimiento de los gobernantes.

En asunto de tal importancia, los ciudadanos deben ser conscientes y exigir al Estado y Partidos gobernantes, que eliminen toda prescripción o mandato que atentan contra los derechos fundamentales del ser humano y que el pueblo español puso a salvo con su adhesión mayoritaria   a la Declaración universal de los Derechos humanos y más directamente a la Constitución Española, cuyas normas se han quebrantado con oficial escándalo, por ejemplo, en el caso de los desahucios.

Es de gran interés para los ciudadanos que sepan cuáles son las fuentes de donde dimanan las normas que por mayoría fueron aprobadas:

*Declaración universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración” (Art. 2) “Todos los pañoles son iguales  ante la Ley y tienen, sin distinción, derecho  a cualquier protección de la Ley “ (Art. 7).

* La Constitución española y los derechos humanos: “Reconociendo que todos los españoles son iguales ante la ley los poderes públicos deben promover las condiciones para que  la libertad y la igualdad sean reales y efectivos”( Tit. Preliminar, ar. 9).

Queda, por tanto, legislado según estos principios, un gobierno que, siendo consecuente, asegure jurídicamente los derechos de todos.

Pero, ante el rimbombante y neoliberal panorama de las elecciones:  ¿Quién  reivindicó la primacía de los últimos, clave que abre  la puerta al reino de Dios?.

Epígrafe final

En la España actual, se lleva ya un largo retroceso respecto a la presencia de un Estado y Gobierno democráticos, garantes de los derechos sociales. En opinión de autores muy renombrados, campea un neoliberalismo cínico, que favorece y legitima la acumulación del capital y, unido a él, una guerra contra el Estado democrático, claramente enemigo de la desigualdad y que trata de desvincular de ella a todos los ciudadanos y aplaude a cuantos triunfan sobre el fracaso   de los demás. Circula apenas el luchar contra toda desigualdad y se acabó con defender la primacía de los últimos.

 ¿No se entiende hora el porqué de la novedad y urgencia del Nazareno, al anunciar el reino de Dios y por El dar la vida? ¿Cuántos, aún, que alardean de ser “cristianos”, pero que no son seguidores del Jesús histórico, que declara y nos quiere a todos hermanos e iguales y no bandoleros los unos de los otros?  ¿De dónde o de qué otra parte surge esa nueva e irradiante luz del reino de Dios? ¿Somos al fin portadores de una nueva sociedad: ¿igualitaria, justa, fraterna, libre, de victoria y gloria imperecederas, unidos para siempre al único Dios verdadero, Padre de todos y creador del universo?

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