Diálogo interreligioso: Nicea
El primer viaje internacional del papa León XIV y mis reflexiones como musulmán
Diálogo interreligioso: Nicea
(Vatican News).- El papa León XIV eligió Turquía y el Líbano como destino de su primer viaje apostólico. Se trata de dos países que tienen varias características en común y, al mismo tiempo, desafíos muy diferentes. El primero es de mayoría musulmana, en él la Iglesia Católica representa una minoría dentro a su vez de una pequeña minoría cristiana. Sin embargo, la ciudad de Nicea, que es considerada una de las cunas del cristianismo y simboliza el desarrollo de su Iglesia, se ubica en el territorio turco. Hoy en día, en un mundo en el que los sitios sagrados están bajo una creciente amenaza, la visita del pontífice a Nicea da cuenta de la importancia de preservar los lugares históricos porque ello va de mano de la protección de sus fieles, especialmente en el caso de los grupos minoritarios.
Vale recalcar, en relación con aquellas sociedades musulmanas en las que los cristianos son hoy discriminados o perseguidos, que el propio Sagrado Corán avala la libertad religiosa hasta tal punto que declara un deber de los creyentes defender el honor de cada sinagoga, cada iglesia y cada templo religioso. Es decir, según el islam, todos los credos gozan del derecho absoluto y equitativo de confesar libremente su fe, sin ninguna excepción. Al mismo tiempo, permítanme responder a las personas que acusan al islam de ser incompatible con sus valores “occidentales”. Por ejemplo, el término "Sharia", que es a menudo malinterpretado, no consiste en su esencia en reemplazar las constituciones seculares por las leyes islámicas o en imponer los preceptos de nuestra fe a los no musulmanes. Todo lo contrario, Sharia significa literalmente en árabe "camino", y la senda del islam se camina únicamente por propia elección y decisión. Asimismo, "Yihad" no alude a la guerra contra los "infieles", sino al esfuerzo noble contra la propia maldad en la búsqueda del amor divino.
En resumen, el encuentro en Nicea dirige nuestra atención hacia la responsabilidad compartida de defender y garantizar la libertad religiosa para todos, sin ninguna excepción.
Por otro lado, me alegra como musulmán observar que el nuevo Papa haya elegido continuar con el legado de su antecesor. El papa Francisco había propuesto en su encíclica “Fratelli Tutti” (Todos Hermanos) el diálogo con el otro y, en especial el encuentro interreligioso, como meta para acuñar un mundo más humano y fraterno. En un momento en el que hay cada vez más voces que sostienen la preferencia de volver a una época de “cruzadas medievales” o a una partición entre “Occidente vs Oriente”, la esencia de “Hermanos Todos” nos propone que la solución no es la construcción de más muros, sino de más puentes.
La imagen del papa León XIV en la mezquita Azul en Estambul fue una clara muestra de que las diferencias teológicas, ideológicas o políticas no pueden ser excusas para alejarnos unos de otros. Es importante aclarar que dialogar con “el otro” no consiste en renunciar a tu propia identidad o negar tus principios, sino en escuchar y buscar las similitudes con “el otro”. De hecho, el Sagrado Corán, en el capítulo 3, versículo 65, hace hincapié en que es imprescindible que las religiones estén en armonía y enfatiza en que, como musulmanes, es nuestra responsabilidad tender puentes con el fin de buscar los valores comunes que nos unan a todos, como judíos, cristianos, musulmanes o seguidores de cualquier religión. Con esta premisa coránica en mente, agradezco al líder máximo de la Iglesia Católica por seguir impulsando la acción de escuchar al “otro” en vez de ignorar, de dialogar en vez de discutir, de conocer en vez de prejuzgar.
El Líbano, a diferencia deTurquía y de muchos estados árabes, es un país muy diverso donde el cristianismo posee una mayor relevancia y representatividad que en otros. No obstante, los libaneses ya hace décadas padecen una crisis política, social y económica y, sobre todo, están ensombrecidos por los conflictos bélicos en la región y en su propio territorio. Aunque formalmente se estableció un alto al fuego con Israel, los misiles y los cohetes siguen destruyendo no solo las vidas humanas y la infraestructura, sino también la esperanza de que haya paz. No debemos olvidar que la raíz de muchas tensiones regionales y la confrontación entre árabes e israelíes se basa en la ocupación israelí de territorios palestinos. Me consta que las declaraciones del Papa no fueron casuales cuando sintetizó la situación del Medio Oriente, en la víspera de su llegada a Beirut, capital del Líbano, en las siguientes palabras: “Todos sabemos que, por el momento, Israel todavía no acepta esta solución (la creación de un estado palestino), pero la consideramos la única posible”. En fin, me interpela que el pontífice, a diferencia de muchos otros líderes, tanto políticos como religiosos, en vez de ignorar y optar por el silencio y la indiferencia ante el sufrimiento de las víctimas de la guerra, haya favorecido la paz y la santidad de la vida humana, sin ninguna discriminación por etnia, por credo o por nacionalidad.
Me interpela que el pontífice, a diferencia de muchos otros líderes, tanto políticos como religiosos, en vez de ignorar y optar por el silencio y la indiferencia ante el sufrimiento de las víctimas de la guerra, haya favorecido la paz y la santidad de la vida humana, sin ninguna discriminación por etnia, por credo o por nacionalidad
Por todo esto, es imprescindible ahora sacar conclusiones concretas y prácticas de este viaje papal a Turquía y al Líbano. Insisto en que la paz, que es la esencia de todas las religiones, no sólo implica la ausencia de guerra. No la alcanzamos con meras expresiones verbales y sentimentales. Una paz duradera requiere de una construcción activa y colectica enraizada en principios de justicia y de equidad. En nombre de la Comunidad Musulmana Ahmadía, a la que yo represento en Argentina, quiero manifestar nuestro apoyo y extender nuestra colaboración a todos aquellos que se sientan identificados con este mensaje y esta causa.
Marwan Gill es Imam (teólogo islámico) y Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina.
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