¿Habrá prelados en la manifestación ultra contra la ley del aborto del 26-J? Otra procesión de obispos contra un gobierno socialista

Dispuesto siempre, y por oficio, el diccionario de la RAE a echarnos una mano y sacarnos de dudas, en esta ocasión nos refiere que los términos “procesión” y “manifestación” coinciden en sus respetivas etimologías, si no en los primeros grados   de consanguinidad, sí en los más próximos.   Mientras que “manifestación” es   definida como “concentración pública de un conjunto numeroso de personas para expresar una demanda o una opinión”, la palabra “procesión” alude a “sucesión de personas que caminan lentamente y de forma solemne y ordenada por un motivo religioso y portando imágenes u otros objetos de culto”.

“Concentración”, “público”, “numerosidad”, “personas”, “expresión de ideas “, “demandas” y “motivos” … son conceptos claves en la terminología de nuestra referencia. Los de “orden”,  “lentitud o apresuramiento”,  “forma solemne o no tanto”,  “griteríos o silencios”,  “eslóganes,  o jaculatorias”, “pancartas” y calificación de “patrióticos,  “religiosos”, “políticos “ y hasta “deportivos”,  no sería ni  lícito ni congruente  su aplicación , dado que en la convivencia  cívica en general  todo-todo  es y resulta tan político como religioso. , aunque sus dirigentes  y organizadores  proclamen y catequicen  lo contrario .

Este leve introito  me parece elemental y asequible   integrarlo en estas   consideraciones a propósito de la concentración masiva  a celebrar  el domingo día 26 en Madrid “contra el aborto, a favor del matrimonio tradicional y en defensa  de la clase de Religión” , impulsada sobre todo  por grupos católicos como NEOS, Hazte-Oir, , Asociación Católica de Propagandistas  y los sectores más conservadores   de la Iglesia, como refieren, comentan y  documentan los informadores” religiosos”.

¿Y los señores obispos? Por ejemplo, los de Andalucía proclamaron con tiempo y hasta enronquecer la necesidad y el compromiso de la fe cristiana  con las ideas que se contraponen  con las ya legisladas y cuya “evangelización“  habría de obstaculizar la ausencia de la asignatura  de la Religión en los centros oficiales educadores. Más concretamente   el obispo de Huelva, desde la cátedra ambulante campesina, y con efectos masivos devotamente “marianos” del Santuario de la Blanca Paloma” en sus días rocieros, mandó “tocar a rebato” -“señal de alarma”-  a sus diocesanos,, instándoles  “en el nombre de Dios y en el de la Santísima Virgen María” para manifestarse contra la ley aludida. (A los ignaros en temas relacionados con el episcopologio hispano   les ayudara recordar que el nombre el obispo actual onubense fue cabecera de titulares en los medios de comunicación social, como expresidente de CAJA-SUR  de Córdoba, “siendo inhabilitado para cargos públicos  tras  la intervención  de esta entidad  por parte del Banco de España”).

Y el pueblo fiel, rociero o no, ante la noticia de convocatoria tan masiva, religiosa y “cristiana” como la prevista, entre otras, se formula preguntas como estas:

¿Asistirán o participarán también en ella los obispos? ¿Lo harán con o sin capisayos? ¿Con mitras, báculos y anillos? ¿Es que  la manifestación- procesión, con sus reivindicaciones que la justifiquen,  no tiene dimensión auténticamente “religiosas” y eclesiales?¿No es “religión” la familia, la vida  y la asignatura  a impartir en las clases re Religión?

¿Acaso los templos son los lugares únicos o prevalentemente, “sagrados”, y no las calles, y plazas en las que se procesionan la fe y los principios ciertamente evangélicos y evangelizadores?

¿Nos encontramos, por tanto, ya en vísperas de otra nueva manifestación con presencial solemne de los obispos españoles en contra de gobiernos socialistas? ¿No hubieran sido merecedores de idénticos gestos jerárquicos otros gobiernos no socialistas y no ejemplares precisamente en relación con el Evangelio y los postulados de la vida “cristiana” de verdad?  

Mi impresión personal coincide con la de muchos, de que los obispos procesionen sus convicciones, unidos a sus diocesanos, haciéndolo además sin ahorrarse el uso y empleo de los signos y símbolos litúrgicos – mitras y báculos- que dicen calificar y determinar su condición nada menos que de ”Sucesores de los Apóstoles”, tal y como ellos son considerados  con el correspondiente  apoyo semi dogmático . Y es que, sin mitras y báculos, apenas si se es y se ejerce de obispos. Una manifestación-procesión de obispos con tales predicamentos y atuendos les confiere a las ideas, relieves de mayor - suma- e incuestionable importancia. 

La noticia lo es más - mucho más- con mitras que sin ellas. La imagen mitrada habla y predica más y mejor la homilía y las “Cartas Pastorales”, por muy bien redactada que estén, fabricadas o prefabricadas. La liturgia de los lugares de culto, como las Puertas Santas de los” Años Santos”, ha de equipararse y valorarse al menos con la empleada  en actos reivindicativos de principios que se crean, testifiquen , estimulen  y estimen de auténticamente cristianos.