Camilo Lucena, numerario del Opus Dei, se lanzó al tren el pasado 2 de julio ¿Por qué se quitó la vida mi hermano?

Vías del tren
Vías del tren

"Su labor, al parecer, fue estrictamente diseñada, dirigida y promovida por la Obra, que lo fue anulando, no sólo del ejercicio de su carrera, sino también de su propia familia, del seno de la misma y del contacto con los suyos"

"La captación de personas para la obra fue importante y, como no, la captación de dinero para la misma lo fue también. Era su cometido y, para bien o para mal, para gloria de Dios o para enaltecimiento del demonio, la realizó a entera satisfacción"

Mi nombre es Bernardo Lucena López, soy abogado, vivo en Sevilla y soy, era, hermano de Camilo Lucena, numerario del Opus Dei desde el año 1969 hasta el 2 de julio de 2019 fecha en la que murió, arrojándose a las vías de un tren en esta ciudad, sin que hasta la fecha yo, su hermano, entienda lo ocurrido o conozca la causa de tal atrocidad.

Como he mencionado anteriormente, mi hermano fue captado por la Obra en el año 1969. Vivía conmigo, yo me casé en esa fecha, y con nuestros padres en Sevilla, estudiaba en esos momentos la carrera de Arquitectura, carrera que terminó brillantemente pero que abducido que fue por “la Obra” nunca desarrolló ni ejerció. Su labor, al parecer, fue estrictamente diseñada, dirigida y promovida por la Obra, que lo fue anulando, no sólo del ejercicio de su carrera, sino también de su propia familia, del seno de la misma y del contacto con los suyos, hasta separarlo del ambiente familiar en el que se había criado, trasladándolo a otras localidades donde a lo largo de los casi 50 años que ha durado su permanencia en la misma, fue ocupando “cargos” de “responsabilidad”, convirtiéndose en un acólito y en un abductor, a su vez, como lo fueron con él.

Al Vicario regional de la prelatura en Madrid yo personalmente le entregué esa especie de curriculum al que me refiero, en una entrevista que mantuve con él en Valencia al socaire de los acontecimientos que se fueron desencadenando en Murcia a partir de febrero o marzo del presente año, y que motivaron su apartamiento del centro donde desarrollaba su labor en la citada Murcia y su destierro a Valencia.

Escrivá de Balaguer

Escribo estas líneas no para que las lean los responsables de la Prelatura, porque no tengo absolutamente ninguna fe en esos responsables ni en la propia Prelatura. Tampoco escribo estas líneas para que sirvan de banderas a quienes, defraudados de la Obra, y de su mensaje quieran utilizarlas para apoyo de sus propios fantasmas, porque tampoco creo en la venganza ni en los fantasmas. Escribo estas líneas para que se conozca la verdad de lo ocurrido o, al menos, se pueda atisbar la razón que impulsó a mi hermano a suicidarse de la forma en que lo hizo.

Escribo también estas líneas para mi, para que nadie, absolutamente nadie de la Obra, pueda tener la desfachatez o la tentación de rebatirlas, de difamar la memoria de mi hermano, porque en ese caso, todo el peso de mi experiencia jurídica consolidada a lo largo de más de 35 años de ejercicio en mi profesión, caería sobre quien osara tal actuación. Como le dije en aquella ocasión al miembro de la Obra, en aquella entrevista en la que intercedí y advertí, en interés de mi hermano, llegaba con una palma de olivo en la mano derecha, pero en la izquierda portaba un hacha de guerra, al final, la palma de olivo no sirvió para nada y el hacha de guerra está aún en mi mano izquierda.

Como ya he mencionado anteriormente, la actividad, llamémosle “laboral” de mi hermano se fue desarrollando en muchos centros del Opus y en muchos cargos encomendados a él por el Opus. Merced a esa labor, y lógicamente abducido por la actividad que tenía encomendada, la captación de personas para la obra fue importante y, como no, la captación de dinero para la misma lo fue también. Era su cometido y, para bien o para mal, para gloria de Dios o para enaltecimiento del demonio, la realizó a entera satisfacción y prueba de ello fue la intensa movilidad que en su labor le era encomendada.

Las víctimas del Opus Dei buscan claridad
Las víctimas del Opus Dei buscan claridad

Pero lo más importante de la labor de Camilo en ese largo periodo de su vida, fue el bien que hizo a muchísimas personas. Tras la noticia de su fallecimiento he recibido tantas pruebas y muestras de cariño hacia él, que llenan mi orgullo de hermano hasta la saciedad, paliando, en parte y si cabe, el intenso dolor que sufrí cuando ese día 2 de julio, volviendo a mi casa tras un juicio celebrado en Sevilla, lo descubrí debajo de una sábana rodeado de guardias civiles en una triste vía férrea a escasos metros de mi residencia.

Aún resuenan en mis oídos las palabras de la Juez que levantaba el cadáver, muy conocida mía de los juzgados de Sanlúcar la Mayor, quien me abrazó al identificarme por la identidad del fallecido, era mi hermano y tenía la cabeza destrozada y eso resulta muy difícil de olvidar, de entender y de justificar, y aún sigo buscando una explicación que alguien me debería dar si conociera el contenido del diario que escribía todos los días, a la vuelta de una Misa que escuchaba en una iglesia pequeñita de un convento de la localidad.

¿Por qué se quitó la vida mi hermano?

Bernardo Lucena López

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