"Talibanes, talibanillos y talibanes supremos, no tienen futuro, menos en 'Nuestra Santa Madre la Iglesia'" Santos talibanes 'santos'

Dicembre negro
Dicembre negro

"Mientras se amontonan coronas de flores y de invocaciones devotas y dogmáticas dedicadas a la Virgen María, el número de muertes violentas de mujeres a manos de machistas se acrecienta de manera dramática e irracional"

"Precisamente la Iglesia, desde sus más altas instancias jerárquicas a sus acólitos incipientes, es la institución en la que la mujer, por mujer, es, está y se siente más desprotegida de Dios"

"¿Para cuándo la publicación de un 'Año Cristiano- Santoral', cuyos días y páginas se consagren al recuerdo - Martirologio- de las mujeres sacrificadas en el altar de su propia condición femenina?"

"¿Cuándo y por fin, también las penas canónicas caerán de lleno sobre los maltratadores -católicos practicantes algunos de ellos-, hasta ahora sacramentalmente 'indulgenciados' de alguna manera, por prédicas de las que se dice ser ortodoxas y además, 'doctrina oficial de la Iglesia?'"

Mientras que por una parte se amontonan coronas de flores y de invocaciones devotas y dogmáticas dedicadas a la Virgen María, como “Madre de Dios y Madre Nuestra”, por otra parte, y aún en superiores proporciones, el número de muertes violentas de mujeres a manos de machistas, y solo por el hecho de ser ellos varones y ellas mujeres, se acrecienta de manera dramática e irracional.

A propósito de las estadísticas que rezan que el mes de diciembre ha superado en número, modos y maneras de muertes, al de los registrados en todos los años de los que hay constancia oficial, clamorosamente se justifica este comentario aquí y ahora, y con inexcusables referencias a la Iglesia, católica, apostólica y romana, en la que bautizaron la mayoría, si no todos y todas, de las protagonistas de tan martirial recuento.

Protesta

Y sin más prenotandos, lo primero que urge y apremia destacar es que, precisamente la Iglesia, desde sus más altas instancias jerárquicas a sus acólitos incipientes, es la institución en la que la mujer, por mujer, es, está y se siente más desprotegida de Dios y de quienes dicen ser, por vocación, ministerio u oficio, sus mediadores entre el cielo y la tierra.

Cultural, social, política y religiosamente, para la mayoría de los ciudadanos de a pie y de los que de alguna forma son y ejercen de personas, haciendo suyos los problemas de la comunidad en la que viven o perviven, la Iglesia como institución es en la actualidad, sobre todo en el mundo occidental, el obstáculo principal que encuentran las mujeres para lograr el nivel de posibilidades de desarrollo en igualdad de condiciones que el hombre varón.

La mujer, en la Iglesia, estatutariamente y por constitución - Código de Derecho Canónico- es y tiene que ser necesariamente considerada y tratada en inferioridad de condiciones respecto al hombre. “Así está mandado por el mismo Dio y sin concesión a dudas de ninguna clase,” tal y como se proclama oficialmente, con aportaciones bíblicas o seudo bíblicas, tomando el nombre sacrosanto de Dios en vano.

Calificar de dogma de fe, o algo similar, la imposibilidad del acceso de la mujer a responsabilizarse con el ministerio y gestión de la Iglesia en todos sus ámbitos y en igualdad de condiciones con el varón, es falsedad, deslealtad y alevosía “religiosa”, para muchos y muchas, teólogos, teólogas y el santo y sabio resto del pueblo de Dios. Lo es aún más al comprobarse que en otras Iglesias, también cristianas, y tan santas o más que la católica, tal circunstancia discriminatoria no se registra, por lo que nombres y ministerios, “varoniles” de siempre, como “papa, obispo, sacerdote y acólito” se pronuncian y escriben también en “femenino”, sin que la institución sufra deterioro alguno, sino enriquecimiento y espiritualidad sacramental y sacramentalizadora.

"Calificar de dogma de fe, o algo similar, la imposibilidad del acceso de la mujer a responsabilizarse con el ministerio y gestión de la Iglesia en todos sus ámbitos y en igualdad de condiciones con el varón, es falsedad, deslealtad y alevosía 'religiosa'"

Más aún, en el imposible caso hipotético de que la aseveración de desigualdad discriminatoria hombre-mujer en la Iglesia tuviera que ser aceptada como parte esencial para la pertenencia a la misma, la Iglesia habría de cambiar su CREDO, y evitar también así que el número de adeptos y adeptas bautizados dejará de acrecentarse indefinidamente, tal y como está ya sucediendo.

Hoy por hoy, la Iglesia le presta a los machistas en el ejercicio de los malos tratos a multitud de mujeres ,-con consecuencias mortales- argumentos falaces, sin más consistencia que la blasfema de que “así es como lo ha querido Dios creador, e interpretado fielmente por Jesús redentor mediante la Iglesia”.

El problema deberá afrontarse lo antes posible, sin más solución que la que ya adelantaron los tiempos nuevos, abriéndoles con gozo y satisfacción las puertas -todas las puertas- a las actividades, quehaceres, profesiones, oficios, y carreras, antes reservadas a los “dioses” o “endiosados” varones, mientras más “machos”, mejor que mejor.

"Hoy por hoy, a Iglesia le presta a los machistas en el ejercicio de los malos tratos a multitud de mujeres ,-con consecuencias mortales- argumentos falaces, sin más consistencia que la blasfema de que 'así es como lo ha querido Dios creador, e interpretado fielmente por Jesús redentor mediante la Iglesia'"

“Santos talibanes “santos”, ha sido, es y será, con impunidad pagana, de no remediarlo Dios en persona (Jesús y la verdadera Iglesia), el distintivo bochornoso en cualquier definición que se describa respecto al uso y abuso que se pueda hacer, y se haga, de la institución eclesiástica.

Estoy convencido de que monjas y las religiosas serían las primeras en firmar y confirmas el manojo de sugerencias expuesto, por vivir con mayor intensidad y “en virtud del voto de santa obediencia”, lo que ni debiera ser “voto” ni “obediencia”, por aquello de que, en cristiano, antes que monja, fraile, cura u obispo, se debe ser y ejercer, de persona. Talibanes, talibanillos y talibanes supremos, no tienen futuro, menos en “Nuestra Santa Madre la Iglesia” y mucho menos como capellanes de monjas de clausura.

¿Para cuándo la publicación de un “Año Cristiano- Santoral”, cuyos días y páginas se consagren al recuerdo - Martirologio- de las mujeres sacrificadas en el altar de su propia condición femenina?

¿Cuándo los “talibanes” católicos, apostólicos y romanos reconocerán situación tan degradante, sin formular, en veraz y pública confesión sacramental, su arrepentimiento, con la firma “autorizada” del propósito de enmienda, dolor de corazón y además y sobre todo, con la ineludible decisión de reparar los daños ocasionados al prójimo o a la “prójima”, y más siendo menores de edad y aun cuando hubieran legalmente prescrito?.

¿Cuándo y por fin, también las penas canónicas caerán de lleno sobre los maltratadores -católicos “practicantes” algunos de ellos-, hasta ahora sacramentalmente “indulgenciados” de alguna manera, por prédicas de las que se dice ser ortodoxas y además, “doctrina “oficial” de la Iglesia?

Esta Navidad, Religión Digital

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