El Supremo, con la víctima de ‘La manada’: sufrió violación La victoria de las palabras apropiadas

Protesta en Sevilla contra 'La Manada'
Protesta en Sevilla contra 'La Manada'

La Audiencia de Navarra había considerado que el delito de 'La manada' fue de abuso sexual, pero no una agresión

Después de la violación, ella ha tenido que pasar por mucha más violencia: la espectacularización de su caso en los medios, la violencia de las instituciones y el juicio público cuando, a pesar de todo, sacó fuerzas para hacer su vida

Esta mañana, mientras muchas esperábamos el fallo del Supremo sobre la condena a ‘La manada’, me he sentado en el parque con mi abuela. Ella ha querido que compartiéramos banco (porque se conocían de antes, al parecer) con otra anciana y su acompañante, una cuidadora de mediana edad, inmigrante. Y es que cada mañana, dando el paseo, son las mismas las que se encuentran. Somos siempre nosotras. Y he visto claramente cómo los mismos cánones de género que nos ponen ciertas cargas (que establecen con más o menos disimulos que seamos las mujeres las dedicadas a cuidar) son los que nos alejan muchos privilegios que tienen ellos. Como el de no tener que justificarse en cualquier momento.

Unas horas más tarde, el Tribunal Supremo ha concluido que lo que sufrió la víctima de ‘La manada’ fue una violación. La sentencia ha sido la victoria de las palabras apropiadas. Las que no camuflan la violencia con eufemismos. Una violación grupal de cinco hombres contra una mujer, con dos agravantes: la mayoría numérica y el alarde público de lo que hicieron (con sus vídeos y comentarios en grupos de redes sociales).

En todo este proceso, desde la violación durante los sanfermines de 2016 a hoy, muchas de nosotras habíamos perdido la esperanza en que la Justicia diera la razón a la víctima. Porque Antonio Manuel Guerrero Escudero, Jesús Escudero, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo y Ángel Boza han entrado y salido de prisión, paseando por España con libertad, más aún desde que la Audiencia de Navarra consideró que su delito fue de abuso sexual, pero no una agresión... De nuevo las fronteras de las palabras, que tienen más peso para nosotras que los números (los 15 y 17 años de condena o los 100.000 euros de indemnización a la víctima). De hecho, los nombres y apellidos de los violadores pesan menos. Lo importante es que la sociedad en la que vivimos no ha negado el nombre de su delito. Que haya demostrado que nos protege, porque tenemos tanto derecho como ellos a estar de fiesta sin sentirnos en peligro.

Lo importante es que la sociedad en la que vivimos no ha negado el nombre de su delito


Después de la violación, la víctima de ‘La manada’ ha tenido que pasar por mucha más violencia: la espectacularización de su caso en los medios de comunicación, la violencia de las instituciones (¿cómo hablar cuando el que escucha parece predispuesto a no creer?) y el juicio público cuando, a pesar de todo, sacó fuerzas para salir a la calle y hacer su vida. Pero al final se ha hecho justicia, aunque queda seguir venciendo en batalla a esas palabras inapropiadas, que el patriarcado diseña subrepticiamente: violencia doméstica, intrafamiliar… No. La violencia contra las mujeres es violencia machista, y ocurre en en el espacio de todos.

No acabará hasta que no dejemos de cuestionar a las víctimas y empecemos a entender que no poder decir que no nunca significa sí.

Protesta contra 'La manada'
Protesta contra 'La manada'

Volver arriba