"Lo primero no es el discurso o el dogma, sino atender a la necesidad. Lo que se pide a las iglesias es que hagamos esa pregunta juntas, ¿qué necesitas? "

'Cristian@s: mucho más que herman@s', primer Jueves de RD del año

Ana Ruiz: "Las mujeres no pensamos normalmente en términos de poder. Hay una trayectoria en resolución de conflictos, allá donde los hombres ven ejércitos, las mujeres en hijos que van a la guerra. Esto lo tenemos que llevar a la dimensión ecuménica"

Arantxa Ruiz: "Es un escándalo cuando en el escenario público veo a cristianos implicados en el enfrentamiento, parece que hubiera una incapacidad de entenderse con el otro. Si algo tiene el movimeitno ecuménico es una vocación pacificadora".

"Las religiones -añadió- debemos salir del confinamiento mental, y caminar juntos por un sueño de paz y derechos básicos"

Adela González: "Es posible un mundo habitable, y el ecumenismo, la casa común de la familia humana, es un buen ejemplo de ello"

Christing Monsalve: "En esta sociedad tan vacía, tan triste, tan sola, en vez de estar peleándonos teológicamente por ver quién tiene a un Cristo, hacer cómo mostramos este Evangelio que nos enriquece, cómo transmitimos a los demás que Cristo es uno, cuando hay tanta soledad, tanto miedo…"

Las participantes del XXXI Jueves de RD
Las participantes del XXXI Jueves de RD

'Cristian@s: mucho más que herman@s' fue el título del XXXI Jueves de RD, el primero de este 2022, en el que cuatro mujeres, comprometidas en el trabajo por la unidad, hablaron de ecumenismo, y de mucho más. Porque no podemos olvidar que las mujeres, y los hombres, de cualquier confesión religiosa, también son, y sobre todo, ciudadan@s de un mundo, y herman@s todos de un mismo Padre. Responsables, como tales, de cambiar el mundo, de preguntar al mundo '¿Qué necesitas?', y de hacerlo juntos.

Este fue uno de los ejes del webinar, organizado por RD con el patrocinio de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell y con el apoyo técnico de Católicos en Red. Al otro lado de la pantalla, dos hermanas, profesoras y teólogas, una católica (Arantxa Ruiz) y otra protestante menonita (Ana Ruiz); una misionera de la Unidad, que en estos días celebran 60 años de vida y misión, Christing Monsalve; y Adela González, que nos ofreció la visión más social del ecumenismo a través del trabajo de Manos Unidas y del ejemplo de Pilar Belosillo.

XXXI Jueves de RD
XXXI Jueves de RD

Dar respuestas juntos

"Yo creo que lo que es urgente es la unidad de acción", sostuvo Ana Ruiz. "Igual que yo no elijo ser hermana de Arantxa porque tenemos el mismo padre, el mismo compromiso tenemos todos delante de Dios. Tenemos el mismo Padre y es a eso a lo que tenemos que ser fieles. Juntos podemos dar respuesta, los retos son muchos".

Algo a lo que se sumó Christing, incidiendo en que "cada iglesia tiene algo que aportar, buscando la verdad y mostrando el amor. Si entre nosotros mismos nos mostramos con diferencia, no vamos a llegar a nada", más allá de la búsqueda de una unidad institucional, que solo puede venir "si nos respetamos como hermanos, y vivimos la unidad desde la diversidad".

Salir del confinamiento mental

Para Arantxa Ruiz, resulta un escándalo "cuando en el escenario público veo a cristianos implicados en el enfrentamiento, parece que hubiera una incapacidad de entenderse con el otro. Si algo tiene el movimeitno ecuménico es una vocación pacificadora". "Las religiones -añadió- debemos salir del confinamiento mental, y caminar juntos por un sueño de paz y derechos básicos". Algo que las dos hermanas llevan haciendo desde hace años en su aldea cántabra, invitando a gente de diferentes pensamientos. "Esto nos permite aprender mucho".

Participantes en los XXXI Jueves de RD
Participantes en los XXXI Jueves de RD

Adela González, por su parte, instó a buscar, en todo el mundo, y cada uno desde su identidad, lograr los cuatro ejes: Justicia, Paz, cuidado de la creación y de los migrantes. "Que haya paz, que las personas tengamos acceso a los derechos básicos y podamos desarrollarnos como personas y como creyentes". Desde Manos Unidas comprueban, día a día, que "es posible un mundo habitable, y el ecumenismo, la casa común de la familia humana, es un buen ejemplo de ello".

"Estamos unidos, todos buscamos la unidad, trabajamos juntos", sostuvo, como Christing, que subrayó cómo "hacemos la unidad cuando yo me preocupo por el otro, por la riqueza que tiene el otro. Reconocer al otro como un don es importante para que pueda existir un ambiente ecuménico".

XXXI Jueves de RD
XXXI Jueves de RD

"En esta sociedad tan vacía, tan triste, tan sola, en vez de estar peleándonos teológicamente por ver quién tiene a un Cristo, hacer cómo mostramos este Evangelio que nos enriquece, cómo transmitimos a los demás que Cristo es uno, cuando hay tanta soledad, tanto miedo…", añadió la misionera, quien reivindicó la casa común como un tema directo de unidad, y animó a "continuar generando espacios en los cuales las cosas comunes nos están uniendo, pero dar una respuesta a la sociedad de qué es el cristianismo, independientemente de la orilla de cada uno".

Somos parte de la sociedad

"Es urgente la unidad de acción", añadió Ana. "Como creyentes somos parte de la sociedad, la sociedad tiene unos retos brutales, tenemos que unirnos y aportar todo lo que la dimensión cristiana nos da como ciudadanos para traer soluciones a los conflictos, no traer problemas".

Hay una trayectoria en resolución de conflictos, allá donde los hombres ven ejércitos, las mujeres en hijos que van a la guerra. Esto lo tenemos que llevar a la dimensión ecuménica

Para Arantxa, es preciso "trabajar juntos al servicio de la sociedad, del mundo y de las personas", porque "cuando Jesús evangelizaba, no hacía otra cosa que ocuparse por las personas. Todo comienza por preguntar al otro '¿Qué necesitas?'", porque "lo primero no es el discurso o el dogma, sino atender a la necesidad. Eso nos distingue de otras propuestas, el cuidado. Lo que se nos está pidiendo a las iglesias es que hagamos esa pregunta juntas, ¿qué necesitas? La religión de dios es la persona".

"Tenemos que avanzar mucho, en España el encuentro ecuménico no ha sido fácil, pero el mandato evangélico es afrontar las heridas y avanzar", glosó Ana. "Es urgente, y no porque el mundo se vaya a pique, sino porque formamos parte de la sociedad, y tenemos un compromiso de esperanza". Como mujeres, además, "tenemos una posibilidad mayor, porque las mujeres no pensamos normalmente en términos de poder. Hay una trayectoria en resolución de conflictos, allá donde los hombres ven ejércitos, las mujeres en hijos que van a la guerra. Esto lo tenemos que llevar a la dimensión ecuménica".

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